Luego de seis semanas, en enero y febrero, en las que el número de casos disminuyó, llevamos ahora cuatro semanas consecutivas con el número de casos en aumento.
La semana pasada, el número de defunciones aumentó por primera vez en siete semanas.
El número de casos va en aumento en la mayoría de las regiones. Estas tendencias son inquietantes, mientras seguimos observando las consecuencias de las nuevas variantes, la apertura de las sociedades y la distribución desigual de las vacunas.
El Acelerador ACT lleva casi un año en actividad y es hoy más importante que nunca.
Es increíble pensar lo que hemos conseguido juntos en el último año, con nuevas pruebas, tratamientos readaptados, nuevas vacunas y una colaboración sin precedentes.
La estrategia recientemente revisada describe nuestros logros y ofrece a los donantes los detalles necesarios para asegurar que el Acelerador ACT está plenamente financiado.
Ahora bien, nuestro entorno operacional es tremendamente difícil.
Una vacunación de tal magnitud en un plazo tan breve no se había realizado nunca antes y, en ese contexto afrontamos importantes retos que conciernen a la fabricación a tan gran escala.
Todavía observamos tratos bilaterales que obstruyen el sistema y generan un entorno caótico.
Mantenemos conversaciones con fabricante y países de todos los niveles de ingresos, a fin de hallar la manera de impulsar la producción y superar los atascos.
Seguimos examinando opciones para la transferencia de tecnología, en particular a través del mecanismo C-TAP.
Aunque las vacunas ocupan actualmente el centro de nuestra atención, no debemos olvidar que los tratamientos y medios de diagnóstico también desempeñan un papel vital en la respuesta, si bien la financiación es insuficiente.
El Acelerador ACT se encamina a su segundo año y podemos celebrar nuestro éxito, pero también los insto a prestar particular atención a los problemas críticos que afrontamos para asegurar que las vacunas, los medios de diagnóstico y los tratamientos no sean solo una fuente de esperanza para algunos, sino la esperanza para todos.
Esto no es solo un desafío, sino también una oportunidad para innovar y hallar soluciones que sirvan a la humanidad en esta pandemia y más allá.
Hoy más que nunca, aspiro a un mundo donde cada persona pueda llevar una vida sana y productiva, independientemente de quién sea o dónde viva.
Creo que el compromiso global con el desarrollo sostenible (consagrado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible) ofrece una oportunidad única para abordar los determinantes sociales, económicos y políticos de la salud, y para mejorar la salud y el bienestar de las personas en todo el mundo.
Alcanzar esta visión requiere una OMS fuerte, eficaz, que puede hacer frente a los nuevos desafíos de salud y alcanzar las metas de salud establecidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Necesitamos una OMS acorde con el siglo XXI, que pertenezca a todos por igual, que se gestione de manera eficaz, con recursos adecuados y orientada a resultados, dedicando atención especial a la transparencia, la responsabilidad y la optimización de recursos.
(*) Tomado de la página Oficial de la OMS