Ella misma es biodiversidad en su máxima expresión. También es educación y cultura. Es mucho más que una bióloga que lleva tiempo andando por el mundo con un mensaje sobre la naturaleza y una apuesta por la conservación. Brigitte Baptiste es uno de esos seres humanos que, ojalá, nunca estuviera en peligro de extinción, así ella misma reconozca sin dramatismos su condición de vulnerabilidad.
Nunca es suficiente con haberla escuchado, porque siempre tiene algo nuevo que decir y un sentimiento que expresar. Nos pasó otra vez cuando, a instancias del IPBES, la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, sostuvo una larga conversación sobre valores, cultura y conocimiento, cuyos alcances los retomamos para Territorios Sostenibles, dada su importancia y su representatividad en estos momentos en que el mundo atraviesa por una pandemia y, en consecuencia, deberá definir cuál es el mejor camino para enfrentar el futuro del planeta.
La conversación al natural con Brigitte hace parte de una serie de podcast que el IPBES ha denominado Visión de la Naturaleza: cita rápida con el futuro (*) y será un encuentro permanente con el conocimiento puesto al servicio de la naturaleza. Actualmente, Brigitte es la rectora de la Universidad EAN.
Qué se entiende por “valores”
Brigitte: Hay una gran diversidad de significados que las diferentes culturas con las que hemos trabajado le atribuyen a la idea de los “valores”. Para nosotros hace referencia a la importancia que la gente le da a la biodiversidad. Puede ser en términos de valor económico, pero también en el valor cultural, que es menos tangible y más complejo de entender. Un ejemplo es el bosque, que puede significar muchas cosas diferentes para la gente. A veces, lo pensamos como un recurso: una fuente de madera, una fuente de “carne de monte” (bushmeat: la vida silvestre que se caza para consumo humano), una fuente de muchos materiales diferentes. Para otros, el bosque es un lugar para caminar, para disfrutar, para inspirarse. Otros creen que el bosque es una pieza clave de funciones y seguridad ecológicas. Tendemos a valorar el bosque en términos de nuestra cercanía y relación con sus diferentes componentes.
Una especie, muchas visiones
Brigitte: Trabajé por algunos años con las comunidades indígenas en la región norte de Colombia. Ellos vivían de la caza de tortugas marinas, que están protegidas, pues corren peligro de extinción, pero por décadas las han cazado y es su fuente de ingresos, de alimento. Consumen los huevos y los animales. De alguna manera, es también tradición.
Luego se trasladaron al mercado y las comunidades comenzaron a vender las tortugas y la carne preparada en ciertas recetas y tenían mucho éxito. Pero a raíz de esto, las tortugas empezaron a escasear y a tener más importancia en términos de valor monetario que en términos de tradición. Empezamos a discutir con ellos cómo crear una especie de “cuota” o cómo diferenciar entre estos dos tipos de valores. Finalmente, ellos aceptaron liberar las tortugas pequeñas, solo cazar cierta cantidad al año, hacer tarea de monitoreo a cambio de soporte técnico y otros tipos de sistemas.
Al final, todo el mundo estaba tan asustado de romper la ley, ya que las tortugas están protegidas en el orden internacional como especies en peligro que permitir, incluso, una pequeña cuota habría roto este acuerdo internacional. La tradición de los pescadores no estaba bien establecida, entonces nos metimos en una especie de desorden de diferentes tipos de valores, de los cuales ninguno estaba claro para sostener el proyecto. Acá aprendí que los valores no son fijos, que cambian a través del tiempo, cambian por la comunicación, por las relaciones interculturales. Hay muchos caminos para la modificación de valores. Además, hay que ser conscientes de que construir valores globales probablemente es difícil, pero también mantener esos valores locales para siempre es imposible. Hay que entender la historia, la ecología, la ley y todas las condiciones que los rodean para tomar mejores decisiones.
Los valores de la naturaleza: el otro es sagrado
Brigitte: El valor y la diversidad son cosas que crecen con las personas a partir de experiencias muy tempranas. Mi padre me enseñó a pescar en el mar cuando estaba muy joven, pero él siempre me dijo que respetara el pez que atrapara y a comerlo como un primer deber. Cada vez que pescaba algo, con la felicidad de capturarlo y tener éxito en la actividad, tenía que preparar el pez para comer, compartirlo con mi familia y agradecer por la vida de ese pez. Desde eso, y no soy una persona religiosa, siempre he enseñado que la vida del otro es sagrada y que no se puede dar la vida de vuelta. Se puede plantar, se puede ayudar a criar animales jóvenes y se puede intentar proteger la biodiversidad, pero no se le puede devolver la vida a ninguno de ellos. Y eso es parte de mi vida cotidiana, con mis propias hijas, y está detrás de nuestras conversaciones sobre no desperdiciar nada. No se puede desechar un pedazo de carne que viene de un ser vivo, y es una conversación fuertemente ética, pero desde la vida cotidiana. Creo que esto prácticamente formó mi educación y mi experiencia como bióloga.
Hay que entender los contextos desde la sensibilidad
Brigitte: Tener la oportunidad de viajar alrededor del mundo me ha convertido en una persona muy sensible a la diversidad cultural. Las cosas que son completamente normales para ciertas culturas son completamente dramáticas para otras. Necesitamos entender realmente el contexto ecológico, los procesos históricos y las formas de vida. El problema es que no podemos juzgar algo que vemos desde la distancia.
Hay gente que se niega a darle un valor económico a la biodiversidad y, por otro lado, hay quienes se niegan a darle importancia a otros tipos de valores. Tienes que asegurarte de darle a cada uno una voz. Hay muchas fuentes de conocimiento y muchas otras formas de expresión. Por ejemplo, las historias muchas veces reemplazan o existen mucho antes que el texto escrito. En muchas culturas que no tienen un alfabeto escrito, historias y fábulas componen su conocimiento sobre el comportamiento de los animales, las discusiones morales sobre sus derechos, los derechos que tienen las comunidades hacia ellos.
Por ejemplo, los tapires son sagrados en el Amazonas, porque deambulan por el bosque realizando diversas funciones ecológicas, pero al mismo tiempo son deidades, porque para ellos son ancestros de la gente. Por esto, no sería aceptable cazarlos y comerlos. Entonces esta es una fuente interesante de información para la evaluación de los valores de la biodiversidad.
Hay un llamado abierto para la contribución de las comunidades locales y grupos indígenas, y esperamos recibir muchas de estas contribuciones de forma escrita, en video, canciones, historias. Cualquier forma que la comunidad considere que puede ilustrarnos sobre la importancia de la biodiversidad.
Educación y cultura
Brigitte: No sé cuantos grupos culturales existan en el mundo. En Colombia existen más de cien, con sus lenguas vivas, con sus percepciones y sus formas de hacer las cosas. Esta es, por lo menos, una forma de reconocer que hay una gran variedad de visiones, formas de vida y valores alrededor del mundo.
Cada cultura tiene sus propias instituciones, sus propias formas de entender el liderazgo, sus propias formas de entender quién tiene el saber y cómo darle soporte a ese conocimiento. Por ejemplo, para varias culturas son las mujeres las responsables de la producción de comida y si están a cargo de la jardinería, les darán un rol específico a diferentes plantas en nutrición y biodiversidad comestible.
Dentro de esta diversidad de roles, no podemos preguntar o marcar un solo nombre como representante si esta cultura no está organizada de esta forma. Lo que es necesario hacer es invitar a estas personas que son validadas por sus propios pares como los conocedores de los valores y las visiones de esa cultura en específico.
El concepto de Naturaleza
Brigitte: El concepto de Naturaleza ha sido una piedra angular en el trabajo de IPBES. Es una noción tan importante que a veces la tomamos como obvia. Para las evaluaciones globales o regionales, hablamos de la naturaleza casi como una convención que todos entendemos, pero luego, hablando de valores, entiendes que su significado se convierte en algo mucho más complejo porque ¿estás dentro? ¿Estás fuera? ¿La naturaleza te rodea?
La misma palabra “naturaleza” tiene diferentes significados en diferentes culturas. En algunas, la palabra ni siquiera existe, porque no hay una separación entre la sociedad y el resto de la biodiversidad. Pensemos en nuestros cuerpos: somos orgánicos, tenemos una anatomía particular y todo está basado en procesos biológicos. Necesitamos entender que todo lo que hacemos, de alguna manera, es natural, y nosotros mismos definimos lo que es natural, bajo nuestro propio lenguaje y nuestras normas culturales. Por esto mismo, la naturaleza es una definición cultural y diferentes culturas tienen sus formas de entenderla. Todavía se nos hace complejo, no voy a decir mentiras.
Pensamiento vs. Conocimiento
Brigitte: Lograr un balance entre ambos conceptos es un reto grande. Nada más llegar a un consenso de lo que significa “valorar” nos está tomando bastante tiempo. Muchos de los miembros de IPBES son académicos, así que les gusta mucho la idea de discutir alrededor de los conceptos y es inevitable, pues enriquece el trabajo. La construcción de una “verdad oficial” alrededor del mundo es un proceso complejo. IPBES no es un portador de la verdad, por suerte, pero todos los gobiernos aceptarán ciertos descubrimientos que deberían ser parte de sus políticas en el futuro. Así que estamos conscientes del riesgo, especialmente con el tema de los valores, se puede generar más conflicto si no se es verdaderamente cuidadoso.
Valores y biodiversidad
Brigitte: Me ha gustado siempre compartir mi experiencia personal con la biodiversidad, pero también con mi propio cuerpo. Creo que somos parte del mundo biológico y necesitamos recuperar nuestra relación con él. Tengo una infinidad de momentos significativos en los que encontré un sentido de propósito en la vida. La mayoría de veces se remonta a mi infancia: cuando me puse en contacto con la naturaleza, como sea que pueda definirse. Cuando nadé con los peces salvajes en el Amazonas durante mis estudios de biología. Cuando camino por las montañas. Todo es tan importante en esta encarnación de la biodiversidad y el mundo natural. Eso es lo que yo quisiera poder ofrecerles a las siguientes generaciones: el poder nadar en los mismos ríos que yo, ver las mismas aves que yo pude reconocer en mi propia ciudad. Esto es un sentimiento de querer compartir, pero también un sentimiento de los derechos que merecemos a futuro y que están completamente entrelazados con la existencia de la naturaleza.