La Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) se recertificó como un campus con carbono neutro y obtuvo el reconocimiento, en la categoría Oro del Icontec por su ‘Sistema de gestión basura cero’. Estos dos reconocimientos continúan el trabajo que viene realizando esta institución en materia de sostenibilidad y, además, la mantienen como un referente en esta materia en el país y en América Latina.
Desde el Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible reconocen la labor que viene realizando la UPB a favor del medio ambiente y se destacó, además, que hace parte de las 566 empresas que han firmado acuerdo de Carbono Neutralidad con esta cartera.

La UPB, además, hace parte del Nodo Regional de Cambio Climático de Antioquia y del Programa de Carbono Neutralidad del Minambiente. “Estamos aprendiendo de un modelo económico bajo en carbono que pide que seamos más rápidos; al sector académico le queremos decir que debemos ser más rápidos en la capacitación de capital humano para economía circular, movilidad eléctrica y transición energética”, dijo Carlos Eduardo Correa, ministro de Medio Ambiente, quien felicitó el trabajo de la universidad.
Territorios Sostenibles conversó con cuatro profesionales de esta institución educativa, quienes nos cuentan cuál fue el proceso para obtener estas distinciones y cómo se realiza el trabajo dentro del campus. Además, nos muestran sus visiones acerca de los retos que se avecinan para el territorio en materia de sostenibilidad.

¿Cómo ha sido el proceso de la universidad para mantener la certificación desde 2019?
Responde Luisa Fernanda Úsuga, profesional de Sostenibilidad.
Después del logro de las certificaciones, la tarea ha sido mantener un engranaje armónico entre temas estratégicos, operativos y formativos. Estos han sido permeados de manera transversal por un manejo riguroso de la información, tanto en función de la calidad del los sistemas, como en la comunicación de resultados. Esto también tiene el propósito de fortalecer la cultura de la sostenibilidad en la universidad.
¿Qué retos se presentaron para lograr las dos certificaciones?
Responde Alexánder Chalarca, profesional de Sostenibilidad.
El mayor reto fue la motivación a las personas del campus, en sus diferentes roles, para generar una conciencia conjunta que materialice las iniciativas estratégicas y técnicas dirigidas a los sistemas y sus posteriores certificaciones.
¿Cómo puede aportar la universidad al resto de instituciones que están en la ruta hacia la carbono neutralidad y la basura cero?
Responde Carlos Bustamante, líder de Sostenibilidad.
La Universidad está alineada con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y tiene un ejercicio de priorización de esos ODS. Uno de los que tiene mayor pertinencia en la institución es el ODS 17, de Alianzas. Esto nos ha permitido establecer esos canales de comunicación y participación en redes para acompañar a otras instituciones que están emprendiendo este camino de certificaciones. Brindamos el bagaje de experiencia en estos procesos. De ahí surgen iniciativas importantes como el G8 de Sostenibilidad, que nace como una iniciativa para dar acompañamiento a las demás instituciones y se logró establecer una red robusta con diferentes temas asociados a la sostenibilidad.
Nosotros convocamos a diferentes empresas que van en este camino para mostrar metodología y avances. Además, con las compañías que ya son carbono neutro, nos reunimos para trabajar más allá de la carbono neutralidad en adherencia a los lineamientos de los gobiernos Nacional y local.

¿Cuál es el papel de los estudiantes en los logros obtenidos con estas certificaciones?
Responde Alexánder Chalarca, profesional de Sostenibilidad.
El papel de los estudiantes es fundamental para la continuidad de los sistemas. Ellos son dinamizadores activos en materia de divulgación, incorporación de hábitos responsables y promotores de la cultura de la sostenibilidad.
¿Qué sigue para la UPB, en materia de sostenibilidad, tras obtener estos reconocimientos?
Responde Carlos Bustamante, líder de Sostenibilidad.
Vienen unos retos importantes en materia de sostenibilidad. Ya estamos trascendiendo el modelo de operación del campus verde, por así decirlo. Lo que queda es trasladar ese modelo a la sociedad y llevar los avances y las iniciativas desde un punto de vista de proyección que permita mostrar la aplicabilidad en otros escenarios diferentes al campus. Para esto se está buscando permear los currículos y así generar un impacto multiplicador en la sociedad. Además, se están estableciendo iniciativas de cooperación con diferentes organizaciones de los sectores público y privado. Además, con la sociedad civil e instituciones intergubernamental y trasnacional para mirar en qué otros escenarios se puede impactar

¿Cuál es el llamado de la universidad a las demás instituciones de educación superior y, en general, para todas las organizaciones del territorio?
Responde Isabel Rendón, profesional de Sostenibilidad.
Nuestro compromiso nos ha permitido consolidarnos como referente nacional e internacional. Este es un llamado para que otras instituciones se sumen para trabajar, de manera conjunta, por el territorio. Estas acciones permiten entender y aportar los objetivos globales y el compromiso que tenemos como sociedad.
¿Qué ha cambiado en el comportamiento colectivo de la comunidad educativa con estos reconocimientos?
Responde Isabel Rendón, profesional de Sostenibilidad.
La comunidad educativa reconoce a la universidad como una institución que asume un papel activo en materia de sostenibilidad y conservación de su entorno. Esto ha llevado a ser importantes colaboradores asumiendo actos más conscientes y sostenibles.