La crisis climática que afrontamos no tiene marcha atrás, pero sus impactos sí. Y son fáciles de revertir, si comenzamos con nuestras propias acciones. De la casa al vecindario y del vecindario al barrio. Son los llamados puntos de inflexión social y funcionan como un efecto multiplicador, una especie de tornado que gira en favor del planeta.
Ya está ocurriendo en muchas regiones del mundo, pero es necesario extenderlas y rápido, porque el deterioro ambiental crece con el deshielo de los polos, el aumento de las temperaturas, la desaparición de bosques y los arrecifes, entre muchos otros estragos. La buena noticia es que hay esperanza para restablecer el equilibro del planeta y está en los puntos de inflexión social, según la Organización Germinando.
La investigación que acaba de publicar esa entidad asegura que la acción frente a los problemas ambientales sigue rezagada y muy atomizada, por lo que solo un cambio rápido y radical, en especial desde lo local y en la dirección correcta, podría cambiar el ritmo y el rumbo de las cosas que hasta ahora no han funcionado bien.
La clave radica, según Nerea Morán, en que si bien las posibilidades reales de que se produzca un vuelco repentino y coordinado pudieran parecer escasas, los científicos insisten en que los grandes cambios sociales no son lineales. De ahí el poder transformador de los puntos de inflexión social, esas “ventanas de oportunidad en las que pequeños grupos sociales o conjunto de actitudes tendrían un efecto multiplicador capaz de precipitar un cambio a gran escala en la dirección positiva para el medio ambiente”.
Morán, arquitecta y miembro de Germinando, es una de las coautoras de la investigación, quizás la más sólida sobre el concepto de puntos de inflexión social, y compartió algunos de los alcances del trabajo, en el que también participó Roger Cremades, científico en la Universidad de Wageningen (Holanda).
“Estos cambios expandirían, del mismo modo que una mancha de aceite, una acción transformadora que permitiría salir de los procesos lineales de deterioro ambiental y nos conducirían, de manera irreversible, a un nuevo estado estable para el planeta”, señaló Cremades a la agencia española EFE.
Cómo convertir las calles en escenarios de cambio
El escenario para conseguir esos cambios rápidos también pasa por la apropiación de los espacios de alta confluencia social. La calle es uno de ellos.
Es así como hace unas semanas nació en Holanda, por ejemplo, una iniciativa ciudadana que exige un gobierno de coalición cuya acción se centre en aplicar los puntos de inflexión social.
Y es que los investigadores coinciden en que salvar el planeta depende más de pequeños cambios multiplicadores con efecto mariposa que de grandes declaraciones o acuerdos internacionales para lograr objetivos de forma acompasada.
“Es un paso natural, hay personas que ser van a organizar y van a propagar estos cambios hasta que tomen velocidad y sean imparables. Cambiarán el mundo tal y como lo conocemos”, concluyó Cremades.
De ahí el valor y la importancia de hacer visibles y proteger los esfuerzos de las comunidades y grupos sociales que trabajan por el medio ambiente y la conservación de la naturaleza.
Colombia tiene un reto fundamental en ello, pues no sólo la cifra de personas amenazadas por defender los ecosistemas y los derechos humanos de grupos minoritarios es alarmante, sino porque cada vez son más urgentes las acciones en pro de cuidar nuestra inmensa riqueza en biodiversidad.
Estamos en el mejor momento de convertir esos puntos de inflexión social en verdaderas ventanas de oportunidades.
Estos son los siete pasos del futuro
Según los científicos, estas son las siete grandes áreas con potencial de producir vuelcos sociales para tratar de salvar el planeta antes del colapso:
- Energía
Uno de los cambios con gran potencial de tener un efecto mariposa consistiría que en un número significativo de gobiernos pusiera fin a todo tipo de ayudas a los combustibles fósiles e incentivara de forma masiva el autoconsumo energético con renovables.
- Ciudades
Los usos residenciales suponen el 20% de las emisiones globales, una cifra en alza debido a la cada vez mayor concentración de gente en las ciudades.
El punto de inflexión se producirá el día en el que las tecnologías libres de combustibles fósiles se conviertan en la primera opción para nuevos proyectos de construcción, y las opciones de movilidad bajas en emisiones superen a las contaminantes.
- Desinversión
El sistema financiero puede ser otra de las palancas fundamentales para dar un vuelco en lo ambiental. Para actuar como tal debe percibir el riesgo de que los activos relacionados con los combustibles fósiles o que implican contaminar el planeta pueden perder valor.
Los fondos de pensiones y las compañías aseguradoras ya han comenzado a desinvertir, a diferentes velocidades dependiendo del país y de la fuente fósil.
- Contagio social
Los científicos advierten de que una minoría comprometida lo suficientemente grande, de aproximadamente el 25% de un grupo, puede desencadenar grandes cambios en el otro 75% por un efecto de contagio social.
- Educación
La introducción de manera generalizada de los impactos ambientales en el currículo escolar hace una década, acompañados de estrategias de aprendizaje menos rígidas y más en contacto con la naturaleza han tenido un impacto visible en los millones de jóvenes que han protestado en todo el mundo por el planeta que van a heredar.
- Información
¿Qué ocurriría si los consumidores tuvieran información de las emisiones que ha generado un alimento o utensilio en su etiquetado? Los investigadores han constatado que a más información sobre la huella ecológica de la bolsa de la compra, más respetuosa es ésta con el planeta.
- Alimentación
Un giro hacia un mayor consumo de proteína vegetal en detrimento de la animal, así como hacia alimentos ecológicos y de proximidad para fomentar economías más localizadas y circulares, sería otro punto de inflexión fundamental.