Cuando de preservar la vida en la Tierra se trata, la “cantaleta” nunca sobra. Sabemos, pero queremos ignorar por múltiples razones e intereses propios, que hemos provocado enormes daños en nuestra Casa Común. No sólo por lo que hacemos en ella, sino, y sobre todo, por lo que no hacemos.
Hoy, más de medio siglo después de que Naciones Unidas decidiera conmemorar el Día Mundial de la Tierra como un acto de reconciliación con ella, los resultados son dramáticos y ratifican que nos hemos olvidado de protegerla. Las cifras son elocuentes, pero necesitamos recuperar como especie la capacidad de asombro y repensar nuestra relación con la naturaleza.
Un buen comienzo podría estar en las acciones que ejecutamos todos los días y que, por inercia, se convirtieron en una especie de patente de corso que debemos cambiar y pasar de la destrucción a la regeneración. Acá compartimos algunas de esas buenas acciones y de inmediata aplicación para darnos una nueva oportunidad de merecernos vivir en nuestra Casa Común.
1. Revisa la forma en que has venido comprando tu ropa y piensa cuántos recursos de la naturaleza demanda esa prenda. Es claro que la industria de la moda es la segunda más contaminante y produce más daño que sectores como el aéreo y marítimo juntos, según datos de la ONU. Comprar ropa de segunda y reciclar la propia son buenas herramientas para disminuir esa contaminación y demanda de insumos.
2. Balancea tus dietas y procura reducir el consumo de carnes, pues el sector de la ganadería es uno de los mayores generadores de gases de efecto invernadero y producir una libra de carne requiere decenas de litros de agua. La FAO estima que una dieta sana, con vegetales, reduciría cerca de 330 millones de toneladas de CO2 cada año.
3. No uses plásticos de un solo uso e incentiva en tus compras la utilización de bolsas biodegradables o de materiales de larga duración. Una bolsa de plástico tarda cientos de años en descomponerse en el suelo de la Tierra.
4. El uso de los sistemas de transporte limpio no son una opción, sino una obligación con nuestras futuras generaciones, porque las ciudades están atrapadas entre cientos de miles de toneladas de partículas contaminantes provenientes, entre otros, de los vehículos que consumen energías fósiles. La bicicleta es una excelente opción para movilizarnos entre la ciudad. La llegada de los carros eléctricos o híbridos también merecen una oportunidad.
5. Procura cambiar esos aparatos electrónicos que demandan grandes cantidades de electricidad y son fuente de contaminación por equipos con tecnologías limpias y sistemas de refrigeración que no usan aerosoles. Un bombillo con luces LED puede hacer la diferencia. La energía solar ha ganado un espacio importante en la generación de electricidad y los costos vienen a la baja.