Durante los años setenta los ecólogos comenzaron a interesarse por los ecosistemas urbanos, hasta hace pocas décadas no se consideró importante la protección de la naturaleza y el paisaje en aquellas áreas en las que la influencia humana es mayor y más duradera como las ciudades y las áreas metropolitanas. Las investigaciones han revelado una gran cantidad y variedad de plantas y animales, que actualmente ocupan parte de la planificación urbana para su protección, conservación, y restablecimiento mediante la estrategia de la restauración de los ecosistemas naturales urbanos altamente degradados por causas antrópicas. Los ecólogos iniciaron desde esta primera perspectiva, el estudio de la naturaleza en el hábitat urbano (plantas, pájaros, insectos), desde esta primera perspectiva estos estudios han sido llamados en muchos casos ecología urbana, aunque también pueden identificarse con el término de “ecología en la ciudad” o “naturaleza en las ciudades”, definida como un esfuerzo para conocer la manera en que los patrones y procesos ecológicos difieren entre la ciudad y las zonas menos urbanizadas que la rodean o espacios naturales dentro de ella. (Figueroa, 2006).
Otros autores desde una segunda perspectiva, tuvieron una aproximación a la ecología urbana, hoy con gran impulso en la comunidad internacional, también denominada como “ecología de la ciudad” a partir de la aplicación de flujos de materia y energía en ecosistemas urbanos considerando a los seres humanos como una parte activa fundamental de ellos, capaz de transformarlo pero también de procurar la autorregulación para prevenir sus desajustes y deterioro, (entropía propia de cualquier sistema), la influencia humana sobre el ambiente y resultado del metabolismo urbano, se puede medir, por ejemplo desde la huella ecológica, hídrica y de carbono; útiles para percibir el impacto de nuestras ciudades muy alejadas de la autosuficiencia y procesadora de inmensas cantidades de energía para su funcionamiento, así como un alto consumo de suelo, materiales y recursos naturales.
Ambas acepciones se usan entre los ecólogos y son igualmente válidas, pero abarcan temas claramente diferenciados. Esta última perspectiva no sólo es mucho más amplia que la primeramente expuesta, sino que la contiene. En esta visión no se trata sólo de la naturaleza en la ciudad (o si se quiere de la biodiversidad y ecosistemas naturales estratégicos), sino de su interdependencia e interrelación con el subsistema social, el subsistema económico; la planificación y el diseño urbano. Los ecosistemas naturales presentan un alto grado de complejidad, pero el ecosistema urbano presenta además un alto grado de heterogeneidad, lo cual supone que no se puede avanzar en el conocimiento de la ecología urbana sin realizar una aproximación multidisciplinar que aprecie los aspectos económicos, sociopolíticos, culturales y urbanísticos.
La aparición de algunas disciplinas híbridas o interdisciplinares, como la ecología urbana, se han constituido a partir de esfuerzos en la búsqueda de conocimiento para soportar la sustentabilidad. Ellas representan intentos serios y legítimos por superar la separación entre las llamadas ciencias duras y las ciencias blandas en diversos campos del conocimiento como la urbanística, la cultura, la política, la economía, la producción de alimentos, la educación, la historia y la geografía, que se circunscribe a dimensiones específicas de la realidad.
“Estos nuevos campos híbridos operan como reacciones particulares al proceso general de excesiva compartimentación y especialización y como expresión de una especie de “ciencia de rescate” (salvage science) en busca de información para detener y revertir la crisis ambiental. Este fenómeno ha tenido como su principal foco de propagación a la Ecología (biológica), que es la disciplina que ha logrado sintetizar conocimientos —de las ciencias de la vida y la tierra, incluyendo la geología, la física y la química—, para identificar discontinuidades en la naturaleza, es decir, unidades-totalidades. Esta síntesis cristalizó en la propuesta y decantación del concepto de ecosistema, que es su objeto de estudio” (Toledo, 2015)
La Teoría de Sistemas del biólogo Ludwig Von Bertalanffy, quien la introdujo a partir del cuestionamiento de la aplicación del método científico en problemas de la biología, por considerar que el método científico tradicional se basaba en una visión mecanicista y causal que lo hacía débil como esquema para la explicación de los grandes problemas que se dan en los sistemas vivos (Liévano, 2012), ha evolucionado hasta aceptarse como una forma de interpretación, que pretende organizar el conocimiento para dar más eficacia a la acción en torno al “sistema”, de allí emerge el enfoque sistémico, que no tiene la pretensión de verse como ciencia o disciplina, sino como una metodología para entender la complejidad organizada.
“La Ecología es una disciplina de elección para la definición de sistema. Es difícil concebir algún fenómeno ecológico que no se inscriba dentro del marco de un sistema integrado. Los grandes ciclos del agua, del oxígeno, del carbón, del azufre, del nitrógeno, del fósforo y de sus compuestos químicos en el planeta, constituyen –cada uno– un sistema integrado, el cual, a su vez, es parte del ecosistema planetario (Odum,1972). La noción es también de aplicación en el estudio de los biotopos locales de cualquier especie (comunidades vegetales, animales, suelos, lagos, etc.). En unión con la antropología cultural, el estudio de la influencia del entorno sobre el grupo humano y de éste sobre su entorno, difícilmente puede concebirse sin recurrir a la misma noción de sistema”. (Alfonso y Galindo, 2015)
La hibridación de la ecología con otras disciplinas puede ser vistas como modalidades interdisciplinarias de aproximación a la realidad, basadas en la integración del estudio sintético de la naturaleza (ecología biológica) y el estudio de diferentes dimensiones de la realidad social o humana. Una de estas disciplinas híbridas es la ecología urbana. La ecología urbana, entonces aparece como un nuevo campo interdisciplinario en el cual la integración entre ecología y ciencias sociales resulta en una de las más activas intersecciones entre procesos biofísicos y sociales.
La Ecología Urbana comparte campos de interés científico, con la ekística que es el estudio de los asentamientos urbanos y la ecología industrial. La primera contribuyó con la definición de las temáticas de la primera conferencia de hábitat en Vancouver en 1976 y la creación del programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos ONU-Habitat. La ecología industrial modela el sistema industrial propio de la modernidad, en un intento por pasar de una concepción de la producción de bienes desde un metabolismo lineal en la que se produce y deshecha en igual medida, a una concepción de producción circular que reduce la presión sobre los recursos naturales, recicla los bienes usados y limita los deshechos.
Abarcan diversos campos (Duque et al, 2012), entre los que podemos mencionar a titulo enunciativo los siguientes:
✔ Flujos metabólicos: describe el proceso lineal mediante el cual se usan recursos y los retorna al medio en una forma de menor calidad (gases, vertidos, residuos sólidos).
✔ Urbanismo ecológico: incluye los flujos metabólicos, pero además tiene como objetivos la preservación de valores geográficos y naturales, la gestión de la logística urbana (servicios urbanos como el agua, el gas y las telecomunicaciones), la movilidad, el espacio público y las tecnologías.
✔ Servicios de los ecosistemas: son servicios urbanos generados por las zonas verdes de la ciudad, también conocidos como “ecoservicios”.
✔ Resiliencia: capacidad de un sistema socioecológico o social de soportar perturbaciones en un contexto cambiante conservando sus funciones sin pasar a un estado no deseado.
✔ Ecología en la ciudad: estudios enfocados al entorno físico, suelos, flora y fauna de las ciudades.
✔ Zonas verdes: espacios verdes urbanos, públicos o privados, cubiertos por vegetación y proveedoresde ecoservicios.
✔ Dinámicas sociales y Gobernanza: relacionado con el estudio de temas sobre la población y el poblamiento; y la gobernanza, las estructuras institucionales y las organizaciones.
✔ Territorio: unidades socioecológicas de gestión que, por encima de los límites políticos, proponen límites en relación al flujo de ecoservicios.
✔ Conservación y Áreas protegidas: hace referencia a las zonas de manejo especial dentro de la ciudad con el fin de proteger y conservar la biodiversidad.
✔ Biodiversidad: Si bien sus artículos están relacionados a las zonas verdes y la conservación, el enfoque de las investigaciones está orientado a expresar la variabilidad de vida dentro de estas zonas.
✔ Cambio climático: Alteraciones en el clima, no solo producidos a escala geológica, sino también en nuestra historia reciente (últimos miles y cientos de años, alterando las dinámicas socioecológicas de los ecosistemas.
✔ Ciudad como Socio-Ecosistema: sistema complejo de ecosistemas y ciudad que establece a través de un flujo de servicios, estrechos vínculos de interdependencia en todo su contexto territorial.
Entender a la ciudad como ecosistema es una manera de entenderla en su totalidad, como un todo orgánico en el que sus componentes (históricos, energéticos, biológicos, climáticos, sociales, arquitectónicos) diferentes en naturaleza y grado de presencia, tienen entre sí grados de influencia recíproca. Pero además es necesario comprender que existen una serie de dinámicas socioeconómicas y de gobernanza que afectan directamente el flujo de los servicios de los ecosistemas externos de los que depende la ciudad.
Lea la parte 1 de este artículo: La ecología urbana: un enfoque sistémico en la sostenibilidad urbana.
Lea la parte 2 de este artículo: De la Carta de Atenas a la Nueva Agenda Urbana.