La advertencia: El ritmo y la escala de la acción climática actual son insuficientes para enfrentar el cambio climático.
El desafío: Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de forma generalizada, rápida y drástica para crear un mundo más seguro y sostenible.
La esperanza: La incorporación inmediata de la acción climática efectiva y equitativa permitirá reducir las pérdidas y los daños en la naturaleza y las personas.
El Reporte Síntesis está conformado por un Reporte Largo (LR por sus iniciales en inglés) [8] y un Resumen para Responsables de Políticas (SPM por sus iniciales en inglés) [9]. El SPM debe ser aprobado línea por línea de manera unánime por parte de las 195 delegaciones que hacen parte del IPCC. Por su parte, el LR debe ser adoptado página por página. Esta aprobación se desarrolla en una plenaria que involucra a las delegaciones de los 195 países miembros del IPCC; organizaciones veedoras, Secretariado del IPCC, Bureau del IPCC y autoras y autores del reporte. La plenaria de aprobación de este Reporte Síntesis fue la más larga en la historia del IPCC, al tener una duración de 7 días de intensa actividad, entre el lunes 13 y el domingo 19 de marzo de 2023.
El SPM del Reporte Síntesis presenta una narrativa fundamentada en siete figuras. La Figura 1 muestra que el cambio climático ha generado impactos adversos en prácticamente todos los aspectos de los sistemas humanos y naturales generando pérdidas y daños. Estos impactos se agravan con cada incremento en la temperatura global, afectando la disponibilidad de agua, la seguridad alimentaria, la salud y el bienestar humano; así como las ciudades, los asentamientos e infraestructura, la biodiversidad y los ecosistemas. En particular, el panel c) de esta figura ha recibido mucha atención pues muestra los cambios de temperatura a los que se han visto o se verán expuestas diferentes generaciones humanas. Por ejemplo, aquellas personas nacidas en 1980, a sus 40 años (2020) experimentaron un calentamiento de 0.5°C con respecto a las temperaturas de su año de nacimiento, y a sus 70 años (2050) experimentarán temperaturas entre 0.5°C y 1.5°C mayores a las actuales. Así mismo, las niñas y los niños nacidos en 2020 experimentarán a sus 70 años (2090) temperaturas entre 0.5°C y 4°C más cálidas que las actuales. Así, esta figura muestra de forma contundente que nuestras acciones ahora afectarán la vida de futuras generaciones.
Ante los aumentos de la temperatura global, se intensifican los cambios no solo en el clima promedio sino también en los eventos extremos (Figura 2). Por ejemplo, los cambios de la temperatura máxima anual (panel a), del contenido de humedad en el suelo (panel b), y de la precipitación máxima anual se incrementan al aumentar el calentamiento global. Por tanto, cada décima de grado centígrado que aumenten las temperaturas globales genera mayores cambios en el clima.
Los cambios proyectados en las condiciones climáticas incrementarán la severidad de los impactos en sistemas naturales y humanos, aumentando las diferencias regionales (Figura 3). Un mayor calentamiento global sin esfuerzos de adaptación aumenta los riesgos de pérdida de especies (panel a), los riesgos en la salud humana asociados a cambios en la temperatura y la humedad (panel b), y los riesgos en la producción de alimentos como maíz (panel c1) y la pesca (panel c2).
De esta manera, cualquier calentamiento adicional del sistema climático aumenta los riesgos experimentados por sistemas únicos y amenazados, así como los riesgos asociados a eventos meteorológicos extremos (Figura 4 panel a). Estos riesgos varían entre los diferentes sistemas, por ejemplo, entre los sistemas naturales terrestres y oceánicos y disminuyen al considerarse opciones efectivas de adaptación. Hay evidencia de esfuerzos de adaptación, aunque existen brechas regionales. En este sentido, se requiere mayor financiación para la adaptación, particularmente del Sur Global.
Aunque ha habido esfuerzos para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no vamos por buen camino para limitar los aumentos de la temperatura planetaria entre 1.5°C y 2°C, con respecto a los niveles pre-industriales. Para este fin, se requiere de reducciones rápidas, profundas e inmediatas de emisiones de todos los gases de efecto invernadero.
La posibilidad de alcanzar un desarrollo resiliente ante el clima existe, pero la ventana de acción se está cerrando (Figura 6). Para alcanzar esta meta requerimos acciones individuales y colectivas relacionadas con una gobernanza inclusiva, inclusión de conocimientos y valores diversos, financiación e innovación, integración entre sectores, conservación de ecosistemas, sinergias entre acciones climáticas y de desarrollo, cambios de comportamiento acompañados de cambios en políticas, infraestructura y cambios en aspectos socio-culturales. Sin embargo, existen barreras como la pobreza, la inequidad y la injusticia, barreras económicas, institucionales, tecnológicas, sociales y de capacidad, y falta de financiación, entre otras. Las posibilidades de alcanzar un desarrollo resiliente al clima se limitan si superamos 1.5°C de calentamiento con respecto a los niveles pre-industriales. Así mismo, son fundamentales las sinergias con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Este reporte resalta que existen múltiples posibilidades para la acción climática, que potencian tanto la mitigación como la adaptación al cambio climático (Figura 7). Estas opciones existen desde la oferta de servicios (por ejemplo, energía, usos del suelo, alimentación, agua, asentamientos e infraestructura) pero también desde la demanda (alimentación, transporte, infraestructura, industria, electricidad).
Aunque no es una figura del SPM del Reporte Síntesis, la Figura 8 está incluida en el LR que soporta el SPM. Esta figura resalta un elemento fundamental alrededor de la justicia climática: las mayores emisiones de gases de efecto invernadero han corrido por cuenta de las poblaciones menos vulnerables, mientras que las poblaciones más vulnerables (y que han percibido los mayores impactos negativos) han contribuido en una medida mucho menor a las emisiones, lo que resalta la importancia de abarcar enfoques de justicia y equidad al emprender estrategias de adaptación y mitigación ante el cambio climático.
Referencias
[1] https://www.ipcc.ch/ar6-syr/
[3] https://www.ipcc.ch/srccl/
[4] https://www.ipcc.ch/srocc/
[5] https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/
[6] https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/
[7] https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg3/
[8] https://report.ipcc.ch/ar6syr/pdf/IPCC_AR6_SYR_LongerReport.pdf