Las personas que antes no se interesaban por la crisis climática pueden responder con miedo si un gobierno local declara una emergencia climática, pero ese miedo se puede canalizar a la acción si su gobierno local también brinda información clara y realista sobre las formas más efectivas para que todos puedan actuar y los resultados que se esperan de esas acciones. Si las personas no saben qué hacer durante una emergencia, pueden entrar en pánico, desesperarse o resistirse a entrar en modo de emergencia.
Entre más se pueda proporcionar estructuras para el compromiso de las personas y organizaciones: instrucciones claras y apoyo para las personas que están listas para enfrentar la emergencia climática, más personas entrarán en modo de emergencia.
Para comprender el uso adecuado del lenguaje en el contexto de la declaratoria de emergencia climática es importante comprender la diferencia entre las palabras Crisis- Emergencia y Cambio Climático.
Cambio climático
“Cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables.”. Artículo 1, 1992, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
El término de «Cambio Climático» fue apareciendo progresivamente en la literatura científica y después en la política, a favor de «calentamiento global», ya que permitía abarcar todos los fenómenos complejos que el aumento de emisiones trae en el planeta, más allá del simple aumento de temperaturas. Su uso sigue siendo preferido por las instancias de gobernanza global, y al estar menos cargado de emoción puede denotar más objetividad frente a públicos no sensibilizados al fenómeno.
Emergencia .
Suceso, accidente que sobreviene. Situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata.
Este término se asocia a fenómenos como las emergencias relacionadas a conflictos o desastres naturales. Las emergencias por definición son momentos en el tiempo. Emergencia también puede ser asociado con “medidas excepcionales” o el “estado de emergencia”, que tienden a ser percibidos como vocabularios poco democráticos.
Frente a los temas climáticos, la emergencia permite traer lo difuso y eventual de lograr metas de aquí al 2050, al registro del presente. La emergencia también “emerge” en la conciencia del público permitiendo valorizar la inmediatez y realidad de las consecuencias del cambio climático en fenómenos como pueden ser los incendios masivos en Australia, o la realidad de los desastres generados en inundaciones.
Crisis
Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o situación.
Una crisis es una etapa vitalmente importante o decisiva en el progreso de cualquier cosa o punto de inflexión, es un cambio decisivo para bien o para mal que conlleva en sí etapas, de su aparición, a su gestión, a un eventual fin. Las crisis varían en términos de causas, intensidad, duración, geografía, difusión, y actores sociales involucrados.
Frente al cambio climático usar “crisis” lleva a que el público pueda percibir una estructura y una solución La urgencia que denota el término puede ayudar a tomar las acciones necesarias. Según Mike Hulme profesor de la Universidad de Cambridge las crisis económicas, políticas o de cualquier otra naturaleza abundan, lo que al usar el término crisis puede traer una desventaja, al plantear la crisis climática como otra crisis más entre todas las anteriores.
Amenaza
Para llevar a las personas al modo de emergencia, es fundamental que la “amenaza” se combine con una “solución a la emergencia” (siempre que esté disponible). Primero y más fácil, el movimiento climático debe adoptar plenamente el lenguaje de la crisis inmediata y el peligro existencial. Debemos hablar sobre el cambio climático como una amenaza que puede causar un colapso de la civilización, matando a millones de personas y millones de especies. El consenso científico es que estos resultados nos esperan durante este siglo, posiblemente incluso en la primera mitad si la situación no es abordada.
No se trata de «proteger el planeta para las generaciones futuras», sino de proteger nuestras vidas y las de nuestros seres queridos. Estamos en peligro ahora y en los próximos años y décadas. La crisis climática es, de lejos, nuestra principal amenaza para la seguridad, salud pública y la principal amenaza para la economía global.
Solución de emergencia
Cuando la escala de la respuesta necesaria a la crisis climática se minimiza, impide que los actores entren en modo de emergencia. Necesitamos visibilizar el modo de emergencia: «alarmista» del clima, atemorizados por la crisis y preparados para realizar cambios importantes en nuestros hábitos y economía.
La movilización de emergencia solo puede ser coordinada por un gobierno con las herramientas, legitimidad y poderes necesarios. Necesitamos eliminar las emisiones netas de gases de efecto invernadero en años, no décadas, y eliminar el exceso de gases de efecto invernadero de la atmósfera hasta que se restablezca un clima seguro. Esto requerirá un esfuerzo total de toda la sociedad. También requerirá cambios significativos en el estilo de vida.
¿Cuál es la diferencia entre un plan de emergencia climática y un plan de cambio climático?
Las diferencias clave entre el Plan de emergencia climática y el Plan de acción climática incluyen un mayor énfasis en:
- Cambiar las prioridades del gobierno e integrar la respuesta de emergencia climática en toda la institución/organización, incluida la educación interna y la participación del personal en toda la organización.
- Compromiso y colaboración con otros gobiernos e instituciones a local, regional y a nivel mundial.
- Fuerte articulación con los gobiernos estatales y regionales.
- Movilización de la comunidad: compromiso con la comunidad (por ejemplo, residentes, contribuyentes, trabajadores, organizaciones y empresas) para entregar soluciones localmente y movilizar a la gente local.
- Reducción de emisiones, y avanzar más allá de cero emisiones. Un Plan de emergencia climática tiene como objetivo ir más allá de las emisiones cero, reconociendo que es necesario reducir las emisiones existentes.
Mitos y realidades sobre el cambio climático
Representar la verdad y llevar al público al modo de emergencia significa dejar de lado las falsas narrativas que alejan al público de la realidad.
Mito: “2°C o 1.5°C de calentamiento por encima de los niveles preindustriales representan «límites seguros» para el calentamiento global.”
Realidad: De acuerdo al IPCC un aumento de la temperatura del planeta a 1.5 grados traería consecuencia graves para la supervivencia humana y de los ecosistemas.
Mito: «Nuestros nietos» pueden estar en una «emergencia climática» en el futuro si nosotros no cambiamos.
Realidad: Ya estamos viviendo una emergencia sin precedentes, las generaciones futuras vivirán situaciones de mayor gravedad.
Mito: “Todavía nos queda un considerable «presupuesto de carbono» global para usar de manera segura antes de que las cosas se salgan de control.”
Realidad: No existe tal cosa como un “presupuesto”, el planeta ya superó su capacidad de carga…..
Mito: “La transición a cero emisiones puede ser un esfuerzo de varias décadas, se puede seguir emitiendo”
Realidad: Hay que limitar tan pronto como sea posible las emisiones, la transición debe ser acelerada…
Mito: “La crisis climática es solo un problema de energía que puede resolverse sin otras acciones”
Realidad: No solo es un problema energético, también tiene que ver con la producción, el consumo, a agricultura, ganadería, los residuos
Mito: “Resolver la crisis climática es una utopía: nada de lo que podamos hacer ayudará a la situación. La humanidad definitivamente se extinguirá para 2030 y todos aquellos que piden acciones para para evitar catástrofes”
Realidad: No es cierto hay muchos caminos posibles, tecnologías y soluciones disponibles pero se requieren acciones aceleradas ya.
Mito: “El mercado traerá todas las soluciones necesarias para la reducción de emisiones.”
Realidad: Las soluciones no pueden venir solo del mercado, sin duda este proporciona algunas opciones como los mercados de carbono, o el impuesto al carbono, pero no puede ser el mercado quien regule una situación de emergencia.
Autores: Low Carbon City en alianza con Territorios Sostenibles.