Puntos de inflexión del clima y por qué necesitamos “economistas del cambio climático”

La ciencia acaba de reafirmar una grave advertencia para la humanidad: si no aceleramos su mitigación, el cambio climático podría detonar varios puntos de inflexión del clima con consecuencias desastrosas para la sociedad global. ¿Qué significa esto? y ¿cómo podemos evitarlo?

Puntos de inflexión del clima
Puntos de inflexión del clima que podrían superarse como consecuencia del cambio climático. Elaborada por Territorios Sostenibles sobre mapa de la NASA, basada en McKay et al. (2022).

La revista Science, una de las más importantes del mundo en ciencias naturales, acaba de publicar un artículo que hace una de las más graves advertencias de la ciencia para la humanidad [1]. La advertencia es que distintas partes del planeta Tierra podrían superar puntos de inflexión (tipping points en inglés) durante las próximas décadas como consecuencia del cambio climático. Si esto llegara a suceder, cambiarían peligrosamente muchas cosas vitales para la existencia de las sociedades humanas. Estoy hablando de impactos como perder la disponibilidad de agua, energía o alimentos, pérdida de biodiversidad, extinción de especies, pandemias, y al final de cuentas, el colapso de sociedades y naciones enteras. No estoy exagerando, así de grave es la advertencia.

¿Qué son los puntos de inflexión del clima?

Comencemos con una analogía. Imaginemos un resorte que podemos estirar y recupera su forma inicial al encogerse. Sin embargo, si lo estiramos más allá de cierto límite, el resorte pierde su capacidad de recuperar la forma original. Incluso, si lo estiramos todavía más el resorte llegará a romperse. Es decir, un resorte no tiene una capacidad ilimitada de estirarse y existen límites más allá de los cuales el resorte sufre cambios irreversibles. Un detalle adicional importante es que estos cambios pueden ser abruptos, como cuando el resorte se rompe. 

Los puntos de inflexión del clima son como los límites en la analogía del resorte. Si alteramos el clima más allá de los puntos de inflexión, entonces ocurrirán cambios que pueden ser muy drásticos, abruptos e irreversibles. Las consecuencias previsibles de traspasar los puntos de inflexión del clima “son demasiado riesgosas como para apostar en contra”, como dice el título de otro artículo publicado por la revista Nature en 2019 [2].

¿Cuáles son los principales puntos de inflexión del clima?

El estudio publicado en Science identifica un conjunto de elementos del clima terrestre que podrían superar puntos de inflexión durante las próximas décadas causando impactos globales. Resumiendo y simplificando, estos puntos de inflexión son:

  1. El colapso del hielo de invierno en el Ártico, es decir, la desaparición del hielo que cubre el océano en el Polo Norte. Esto causaría alteraciones del clima global porque, por ejemplo, el océano absorbe más (refleja menos) radiación solar que el hielo.
  2. El colapso del hielo en Groenlandia, es decir, el derretimiento del hielo que cubre esta isla. Esto causaría aumentos del nivel del mar a escala global poniendo en riesgo muchas islas y regiones costeras.
  3. La pérdida del permafrost (suelo congelado) en el hemisferio norte. Esto liberaría grandes cantidades de dióxido de carbono y metano a la atmósfera, exacerbando el cambio climático.
  4. El colapso de la corriente oceánica conocida como AMOC, una especie de río submarino que recorre el océano Atlántico conectando los trópicos con el hemisferio norte. La posibilidad de que algo así suceda inspiró la película (de ciencia ficción) “El día después de mañana” en la que gran parte de Norte América sufre una glaciación repentida porque deja de recibir energía vía la circulación oceánica.
  5. La muerte regresiva (dieback en inglés) del bosque Amazónico. Además de los impactos globales, la desaparición del bosque Amazónico afectaría la disponibilidad de agua en muchas regiones de Suramérica. Este asunto lo hemos discutido antes en Territorios Sostenibles hablando de los ríos aéreos que “nacen” en los bosques del Amazonas y “desembocan” en distintas regiones del continente en forma de lluvia [3].
  6. La pérdida de hielo y el desprendimiento de glaciares en el círculo polar Antártico (el Polo Sur). Por ejemplo, un estudio publicado en junio pasado por la revista Nature Geoscience [4] indica que dos grandes glaciares de esta región están perdiendo hielo más rápido que en cualquier momento durante los últimos cinco mil quinientos años. Uno de estos glaciares ha sido apodado “El glaciar del Día del Juicio Final” porque de liberar completamente su agua hacia el océano causaría un aumento del nivel promedio del mar de más de tres metros.

Además, hay puntos de inflexión de relevancia más regional que global. Alrededor de Colombia tenemos dos importantes: la pérdida de arrecifes coralinos en el Mar Caribe y la pérdida de glaciares de montaña en los Andes. En un estudio que publiqué recientemente con Edisson Cepeda (autor principal) y Julio Cañón en la revista Hydrological Sciences Journal [5], discutimos el caso de la Sierra Nevada del Cocuy cuyo glaciar está desapareciendo creando una abundancia aparente pero insostenible de agua.

Terminemos esta sección con otra analogía. Supongamos que los elementos que podrían sufrir cambios drásticos e irreversibles son los órganos del cuerpo humano. Si estos órganos fallan, el cuerpo enferma o incluso muere (colapsa). La advertencia de la ciencia sobre los puntos de inflexión del clima es como si un médico le dijera a un paciente que está en riesgo de sufrir fallas en varios de sus órganos vitales y que necesita tomar medidas urgentes para evitarlo. Evitar que sobrepasemos los puntos de inflexión del clima no es opcional para la humanidad si es que queremos mantener vivas nuestras sociedades.

¿Qué tan cerca estamos de sobrepasar los puntos de inflexión del clima?

Uno de los grandes problemas científicos que tenemos es que responder esta pregunta es muy difícil y cualquier respuesta tiene todavía bastante incertidumbre. Sin embargo, tenemos indicios muy importantes. Una idea clave la da el calentamiento que hemos causado los humanos con el cambio climático desde la época preindustrial, o sea desde el momento hace entre uno y dos siglos en que comenzamos a quemar de manera masiva los combustibles fósiles para encender motores y otros inventos. Hasta la actualidad, las emisiones de gases de efecto invernadero han causado un aumento de la temperatura promedio del planeta en más o menos 1,1ºC con respecto a niveles preindustriales. Esto parece poquito si uno piensa que la temperatura de un territorio puede cambiar más que eso entre el día y la noche. El problema está en que ese 1,1ºC de temperatura promedio global equivale a una cantidad de energía enorme que los humanos le hemos agregado a nuestro planeta por aumentar el efecto invernadero. Para que tengamos una idea, estamos hablando de una cantidad de energía comparable con la que liberarían miles de bombas atómicas como la de Hiroshima explotadas cada segundo durante muchos años. 

Este aumento de 1,1ºC ya nos tiene en una zona de peligro para sobrepasar los puntos de inflexión del clima. Tras revisar la evidencia científica más actualizada, el artículo de la revista Science hace dos advertencias muy serias. La primera es que si seguimos emitiendo gases de efecto invernadero al ritmo actual superaremos el nivel de 1,5ºC en las próximas décadas y esto podría detonar uno o varios puntos de inflexión del clima. La segunda es que esto tendría impactos enormes para las sociedades humanas. Estamos hablando de multiplicar catástrofes como las que vemos hoy en día por sequías prolongadas, embalses y ríos casi secos, cultivos al borde del colapso que amenazan la seguridad alimentaria, pérdida de biodiversidad, y en general, las consecuencias de la escasez de agua en muchos territorios. Y también catástrofes en el otro extremo como lluvias más abundantes e intensas que detonan inundaciones y derrumbes muy destructivos. En fin, el riesgo de sobrepasar los puntos de inflexión del clima se puede resumir en que muchos territorios y sociedades se volverían insostenibles y colapsarían.

El compromiso central del Acuerdo de París es “mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales y aunar esfuerzos para limitar este aumento de la temperatura a 1,5ºC, reconociendo que esto reduciría significativamente los riesgos y los impactos del cambio climático”. Con la política y economía actuales la posibilidad de cumplir este compromiso se ve aún distante. Ante la magnitud de los riesgos por los puntos de inflexión del clima, la pregunta que deberíamos estarnos haciendo como sociedad (nacional y global) es cómo evitar a toda costa llegar a niveles por encima de 1.5ºC. La pregunta no es cómo proteger la economía actual sino cómo sobrevivir en las próximas décadas.

Necesitamos economistas del cambio climático

Considero que la economía es un campo del conocimiento muy importante y acostumbro escuchar a los economistas tratando de aprender. De hecho, hace poco escuché dos podcasts de A Fondo Con María Jimena Duzán enfocados en la economía de Colombia. En el primero, los prestigiosos economistas Rudolf Hommes y Luis Fernando Mejía discutían sobre lo bueno, lo malo y lo feo de la reforma tributaria. En el segundo, el doctor en sociología y columnista de El País, Jorge Galindo, analizaba cifras económicas para concluir con María Jimena sobre la velocidad que debería tener la transición energética en Colombia. La conclusión a la que llegaron es que no puede ser muy rápida (menos de una década) porque la economía no lo permite. 

En ambos ejemplos de análisis económicos, el cambio climático brilla por su casi completa ausencia. La premisa de partida parece ser que es la economía la que determina lo que se debería o no hacer en mitigación y adaptación del cambio climático. Otra premisa parece ser que las medidas responsables no pueden ser muy aceleradas sino graduales, “sin afán”, para que la economía no sufra mucho.

Me preocupa mucho que analistas económicos tan prestigiosos sigan tratando el cambio climático como un tema marginal y saquen conclusiones a partir de muchas cifras económicas, pero sin considerar los números del cambio climático. Revisando solamente datos económicos no se puede concluir sobre la velocidad necesaria de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático, incluyendo la transición energética. Esto es tan absurdo como que un paciente le consulte a un economista por la financiación de un tratamiento antes de consultarle a un médico por el estado de su salud y los tratamientos recomendados, incluyendo su nivel de urgencia. 

La ciencia del cambio climático converge cada vez más en una conclusión: si no introducimos cambios grandes en nuestros modelos sociales, económicos y políticos, entonces superaremos la cifra de 1,5ºC de calentamiento global en las próximas décadas, y esto causará catástrofes generalizadas en el mundo con impactos inconmensurables, incluyendo el colapso de sociedades y naciones enteras por riesgos tan grandes como los de sobrepasar los puntos de inflexión del clima. Ningún cálculo económico va a cuadrar si esto pasa. Lo irresponsable no es acelerar a fondo las medidas de mitigación y adaptación sino seguir estirando el resorte del clima con el peligro de romperlo. 

Hoy en día, cualquier proyección de la economía nacional (y mundial) es una “cuenta alegre” si no considera el cambio climático. Por ejemplo, en el debate electoral colombiano que acaba de pasar, escuché a analistas preocupados por la estabilidad del sistema pensional colombiano hacia finales de siglo considerando el cambio etario de la población. Si no logramos limitar el calentamiento global y evitamos sobrepasar los puntos de inflexión del clima, lo que puede colapsar mucho antes que eso no es el sistema pensional sino la sociedad entera.

Juguemos un juego de la imaginación. ¿Qué hubiese pasado si en 2019 María Jimena le preguntara a unos prestigiosos economistas por la posibilidad de tomar medidas como obligar a la mayoría de la población a permanecer encerrada, suspender gran parte del transporte, cerrar gran parte del comercio, y similares, durante semanas o meses? Estoy prácticamente seguro de que la respuesta hubiera sido que estas medidas no tienen sentido económico, ni son realistas, ni posibles, ni necesarias, o algo así. Sin embargo, al año siguiente los gobiernos del mundo tuvieron que implementar medidas de este tipo por la pandemia de COVID19 que “nadie vio venir”, a pesar de las muchas advertencias que hizo la ciencia durante décadas. Los costos de estas medidas fueron inmensos, pero no tuvimos alternativa. Así son los puntos de inflexión. La pandemia no lo fue porque de alguna manera hemos podido retornar a la “normalidad”. Un ejemplo de punto de inflexión sería una pandemia que no cesa, un año 2020 que no acaba y tiende a empeorar, ¿lo imaginan?

Mi crítica a los economistas (y también a periodistas como María Jimena a quién admiro y escucho frecuentemente) es que están analizando el problema con el lente estrecho de la economía, sin prestarle suficiente atención a la ciencia del cambio climático. No pienso que debamos prescindir de los conocimientos y recomendaciones de los economistas; al contrario, los necesitamos. Pero necesitamos economistas del cambio climático que dejen de pensar como si el cambio climático no existiera o fuera a desaparecer por arte de magia o gracias simplemente al tan venerado mercado. Necesitamos economistas del cambio climático que inventen rápidamente (porque tenemos mucho afán) una economía compatible con la mitigación y adaptación del cambio climático sin las cuales está comprometida la supervivencia de las sociedades humanas. Es indispensable e inaplazable implementar estas medidas por costosas que sean. Tenemos que evitar cruzar los puntos de inflexión del clima a cualquier costo. Tenemos que acelerar a fondo tratando la situación como lo que es: una emergencia climática.

Referencias

[1] McKay, D.I.A., Staal, A., Abrams, J.F., Winkelmann, R., Sakschewski, B., Loriani, S., Fetzer, I., Cornell, S.E., Rockström, J., & Lenton, T. (2022). Exceeding 1.5°C global warming could trigger multiple climate tipping points. Science, 377. https://doi.org/10.1126/science.abn7950

[2] Lenton, T. M., Rockström, J., Gaffney, O., Rahmstorf, S., Richardson, K., Steffen, W., & Schellnhuber, H. J. (2019). Climate tipping points—too risky to bet against. Nature, 575. https://doi.org/10.1038/d41586-019-03595-0

[3]https://territoriossostenibles.com/biodiversidad-y-ecosistemas/rios-aereos-elementos-fundamentales-pero-subestimados-de-la-sostenibilidad

[4] Braddock, S., Hall, B. L., Johnson, J. S., Balco, G., Spoth, M., Whitehouse, P. L., … & Woodward, J. (2022). Relative sea-level data preclude major late Holocene ice-mass change in Pine Island Bay. Nature Geoscience, 1-5. https://doi.org/10.1038/s41561-022-00961-y

[5] Cepeda Arias, E., Cañon Barriga, J., & Salazar, J. F. (2022). Changes of streamflow regulation in an Andean watershed with shrinking glaciers: implications for water security. Hydrological Sciences Journal, (in press). https://doi.org/10.1080/02626667.2022.2105650

Juan Fernando Salazar.
Juan Fernando Salazar.

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