Para Camilo Prieto Valderrama, plantear la transición energética solo en términos de descarbonización es un error. Asegura que se debe hacer un planeamiento basado en la realidad socioambiental colombiana. No solo se debe hacer ese cambio basado en los combustibles fósiles, sino también en el grueso de las emisiones, que viene de la deforestación y la ganadería.
Además, sostiene que es imperativo mirar el gas de una manera distinta y no solo emplearlo para quemarlo y sacar energía. “Puede ser usado para hacer abonos que permitan mejorar variables de seguridad y soberanía alimentaria en el país. Eso también es transición energética”, expresa.
Prieto es profesor de posgrados en las áreas de Cambio Climático y Salud Ambiental en la Pontificia Universidad Javeriana y en la Universidad del Rosario. Forma parte del comité asesor del Foro Nacional Ambiental y es consultor del Instituto Latinoamericano de Liderazgo en asuntos ambientales y de salud. Es médico, magíster en Energía y Sostenibilidad, y magíster en Filosofía, entre otros títulos y ha publicado diferentes libros sobre estas temáticas.
¿Qué tan viable es la transición energética en Colombia?
Creo que existe un riesgo y es enfocar el concepto de transición energética simplemente en la descarbonización; y en ver esa descarbonización solo en una relación exclusiva con los combustibles fósiles. Porque, si bien la descarbonización hace parte del concepto de transición energética, el principal foco de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) no está en la energía ni está en el transporte. Está particularmente en la ruralidad vinculada a actividades como la deforestación, que responde al 30% de las emisiones de GEI; y a la ganadería extensiva 14,8%. Solo en esas dos actividades tenemos un 44,8%. Si pensamos en el transporte 12% y energía 8%. Entonces, si el foco se centra solo en combustibles fósiles y, particularmente en el gas natural, tendríamos un problema porque estaríamos olvidando el grueso de las emisiones. Parte del concepto de transición energética implica comprender las particularidades socioambientales de cada país. La matriz de emisiones de Colombia es diferente a la de países de Europa y a la de Estados Unidos. Por eso tenemos que hacer un planeamiento basado en nuestra realidad socioambiental.
¿Cómo retirar combustibles fósiles sin alterar la energía firme?
La transición energética, su nombre lo indica, es pasar de un lado a otro. Pero no es dar un salto cuántico. ¿Por qué no se puede hacer ese salto cuántico? Porque hay una limitante que es la energía firme, o sea, la que está disponible de manera permanente todos los días del año. Para esto hay unos energéticos que tienen un protagonismo, que, fundamentalmente, son los fósiles, la energía nuclear y la energía geotérmica.
Con el viento y el sol, la variabilidad no nos permite decir que esto nos va a asegurar energía firme. Ayuda, por supuesto, pero necesitamos otro tipo de alternativas. Esto es fundamental a la hora de pensar la transición, porque decimos: ¡listo vamos a sacar los fósiles! Entonces, ¿qué vamos a tener para respaldar la energía firme? Esa es una pregunta que hay que responder. Si vamos a soltar energéticos de la energía firme tenemos que soltar el carbón térmico. Y ¿cómo voy a reemplazar el carbón térmico? Ahí es donde el aliado, inmediato, o sea ya, es el gas natural. Y los aliados futuros son las energías geotérmica y nuclear.
¿Cuál es la nueva visión que se debe tener del gas natural en el país?
Por razones de emisiones de GEI y de emisiones contaminantes podemos pensar que el gas es un energético de transición. Eso es importante tenerlo presente.
La perspectiva del gas en Colombia debe ser del siglo XXI. Eso no implica solamente quemar. Puede ser usado para hacer abonos que permitan mejorar variables de seguridad y soberanía alimentaria en el país. Eso también es transición energética, porque la energía también es la comida. El gas no solo sirve para tener electricidad en las casas y la industria.
Si queremos ir soltando los otros fósiles, el gas tiene un rol muy relevante para ir soltando los energéticos líquidos. Voy a ponerlo en perspectiva. Colombia tiene registrados en el RUNT al menos 18 millones de vehículos. De ellos 10 millones son motos y un millón se mueve con diesel. Si quiero soltar la gasolina y el diesel eso no se puede hacer con sol y viento. Acá el gas puede servir para sustituir con buenas eficiencias para el transporte que se mueve con diesel.
¿Qué papel puede cumplir el biodiesel en la transición?
El biodiesel, mezclado con el diesel, mejora las emisiones de material particulado y de óxido de nitrógeno. Debe ser mezclado, porque el biodiesel solo es muy costoso. Hoy estamos en mezclas del 10% con muy buenos resultados ambientales.
En Colombia, como generadores de emisiones de CO2 primero está la deforestación y después la ganadería. Como puede ayudar una ganadería sostenible en el propósito de mejorar esa problemática?
Es claro que descarbonizar la ruralidad no implica acabar con la ganadería, sino hacer una transición hacia la sostenibilidad.
Hay una estrategia que se puede implementar que son los Sistemas Silvopastoriles Intensivos (SSPI). Con ellos se hace un uso más eficiente del suelo. Implica sembrar bosques y utilizar esas podas de los bosques para alimentar el ganado. Eso reduce las emisiones, mejora la captura de carbono y hace un uso más eficiente del suelo.
¿Qué tan viable es la energía nuclear como alternativa energética en Colombia?
Es absolutamente necesaria. Primero, hay que decir que la energía nuclear no es nueva en Colombia. El país maneja energía nuclear desde 1965 y maneja residuos nucleares desde ese mismo año. Hay una idea errónea de que Colombia no tiene historia ni experiencia. Sí la tiene y de hecho Colombia tiene un liderazgo en América Latina con el manejo de residuos nucleares. En lo que estamos colgados es en involucrar nuevas tecnologías.
Otros países de América Latina se están adelantando en proyectos de generación y aplicación de tecnologías. Brasil, México y Argentina están por delante. De hecho, Argentina diseñó su propio reactor. Incluso Perú y Bolivia, tienen ley nuclear. Es increíble que en Colombia no tengamos ley nuclear.
La energía nuclear se puede aplicar en zonas no interconectadas para generar electricidad y se pueden usar reactores modulares que permitan reemplazar el diesel. Ojalá en el Amazonas se deje de quemar diesel para usar reactores modulares.
En cuanto a los residuos nucleares, por acuerdos internacionales, nunca se quedan acá. El país no es destino final. Entonces por eso Colombia tiene que iniciar esa discusión ya, para que en 2037 podamos tener reactores modulares en zonas no interconectadas.
¿Cuál es su visión de estos primeros meses de gobierno del presidente Gustavo Petro ante las decisiones climáticas tomadas?
Estamos en un momento de diálogo y eso es positivo. El Gobierno, la academia y la industria tienen que aprovechar estos escenarios de diálogo. Quisiera hacer un llamado en que ojalá el Gobierno Nacional escuche más a la academia.
Está bien el diálogo con la industria, está muy bien el diálogo con la ciudadanía, pero también es fundamental, que esté mucho más atento con la academia.
¿Qué opina de los anuncios de Minminas de parar las exploraciones mineras?
Creo que hay que intensificar los diálogos para que se evalúe este argumento. Ojalá se piense más a profundidad esa decisión. Vale la pena que el Gobierno siga discutiendo el tema. No creo que el mejor argumento sea, simplemente, que esa fue una propuesta de campaña. Propuesta de campaña no es sinónimo de última verdad.
Se puede evaluar si las propuestas que se hicieron realmente son convenientes o no. Ojalá reformulen ese argumento.