Pérdidas, daños y litigios por el cambio climático

El cambio climático está causando grandes pérdidas y daños alrededor del mundo. ¿Quiénes son los principales responsables? ¿Llegarán a pagar por los costos de estos impactos? ¿Por qué? Acá les cuento mis respuestas a estas preguntas.

Pérdidas, daños y litigios por el cambio climático
Vanessa Nakate junto a otras personas sosteniendo un aviso que dice en inglés “paguen por las pérdidas y daños”. Foto tomada de: Twitter @vanessa_vash.

La foto muestra a Vanessa Nakate sosteniendo un aviso que dice en inglés “paguen por las pérdidas y daños”. Ella es una mujer africana que, siguiendo los pasos de Greta Thunberg, decidió convertirse en activista climática. El mensaje está dirigido a los principales países y sectores económicos causantes del cambio climático que hoy en día tenemos muy bien identificados. 

La siguiente figura muestra los principales focos de emisiones de CO2 en el mundo. Estados Unidos, China y Europa ocupan los tres primeros lugares tanto en las emisiones actuales como en las emisiones acumuladas desde mediados del siglo XVIII cuando comenzó la revolución industrial. Las emisiones combinadas de los tres son mayores que las del resto del mundo.

Principales responsables de las emisiones de CO2 en la actualidad (izquierda) y acumuladas desde la revolución industrial (derecha). Datos actualizados hasta 2017. Adaptada por Territorios Sostenibles con imágenes de Our World in Data [1]. 

Está claro que los principales causantes del cambio climático con sus emisiones son, por mucho, los países industrializados del Norte Global que además son los países más ricos del mundo. También está claro que la quema de combustibles fósiles —petróleo, carbón y gas— es la principal causa de estas emisiones.

Si una persona o empresa sufre daños o pérdidas graves y sabe quién los causó, es lógico que espere una compensación. Esto pasa todos los días en la sociedad; por ejemplo, en los choques de carros: al responsable o su aseguradora le corresponde pagar por los daños.

Con el cambio climático sabemos bien quiénes son los principales responsables, y además sabemos que han acumulado inmensas fortunas causándolo. Mientras algunos países y sectores de la sociedad se han enriquecido —y lo siguen haciendo— causando el cambio climático, otros países y sectores de la sociedad sufren —y sufrirán— sus principales impactos con grandes pérdidas y daños.

Las empresas petroleras son inmensamente ricas. Las ganancias combinadas de algunas de las compañías petroleras más grandes del mundo —Chevron, ExxonMobil, BP, Shell y TotalEnergies— ascendieron a casi 200 mil millones de dólares en 2022 [2]. Solamente estas ganancias equivalen a más del doble del Presupuesto General de la Nación de Colombia en el mismo año, y son mayores que el presupuesto anual individual de la mayoría de los países del mundo. En Colombia, el presupuesto anual del departamento de Antioquia apenas ronda los mil millones de dólares.

Las empresas petroleras siguen obteniendo estas ganancias enormes a sabiendas de su papel preponderante como causantes del cambio climático y sus impactos.

Los pioneros de la revolución industrial como James Watts quien inventó su máquina de vapor en el siglo XVIII, o después Henry Ford, que a principios del siglo XX inventó la producción en línea que permitió la masificación de los automóviles, no sabían del cambio climático. Ellos no tenían cómo predecir los efectos que sus inventos han llegado a tener sobre el planeta. Pero en la actualidad la ignorancia dejó de ser excusa hace décadas.

En Estados Unidos, el periódico New York Times reveló documentos que evidencian que la compañía petrolera ExxonMobil —antes Exxon— sabía, por lo menos desde los años 70, y gracias a sus propios estudios científicos, sobre su papel como causante del cambio climático. Sus propios análisis predijeron con bastante precisión el calentamiento global que hoy en día observamos [3,4]. A esto se debe el hashtag #ExxonKnew —en español #ExxonSabía— que circula por las redes sociales. 

Además, a pesar de su conocimiento, la empresa ExxonMobil gastó millones de dólares para promover la desinformación sobre el cambio climático, de manera similar a como las empresas tabacaleras promovieron la desinformación y sembraron dudas sobre los efectos cancerígenos de fumar [5].

Es más, al menos desde principios de los años 90 cuando salió el primer reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y tuvo lugar la primera reunión COP de las Naciones Unidas sobre cambio climático —la Cumbre de Río de 1992—, todo el mundo tiene información disponible y de la mejor calidad científica sobre las causas y los efectos del cambio climático. Hoy en día, el IPCC ha llegado al punto de afirmar que el cambio climático causado por los humanos es inequívoco. No queda ninguna duda razonable de que el cambio climático está ocurriendo, tiene impactos muy dañinos y peligrosos, y es causado por efectos antrópicos —es decir, de origen humano—, principalmente la quema de combustibles fósiles. Quienes argumentan lo contrario simplemente están ignorando la mejor ciencia de la humanidad, como quienes todavía insisten en que la Tierra es plana.

La causa principal del cambio climático está clara. Los efectos también, y son devastadores en muchos casos y para muchas personas, países, empresas y sociedades. Las pérdidas y daños atribuibles al cambio climático abundan por todo el mundo, y serán peores en la medida que las acciones para mitigarlo —esencialmente reducir las emisiones que lo causan— no avancen o lo hagan tan lentamente como en el pasado. Hablamos de impactos tan severos como que grandes regiones del mundo dejen de ser habitables y miles de millones de personas se vean forzadas a migrar por falta de agua y alimentos.

¿Los principales causantes del cambio climático deberían pagar de alguna manera por sus efectos? Muchas personas pensamos que sí y esperamos que lo hagan, no como un castigo sino como un acto de responsabilidad y solidaridad con los países y sectores de la sociedad menos ricos y más afectados por el cambio climático, y también como un acto de cooperación humana sin la cual el futuro previsible parece muy sombrío. Dado el cambio climático, la cooperación jugará un papel decisivo en el futuro de la humanidad —como sugiere, por ejemplo, Noam Chomsky al titular su libro “Cooperación o extinción”—.

Parece muy difícil que los países y sectores más ricos y poderosos de la sociedad global accedan a pagar por —al menos parte de— los daños y pérdidas debidos al cambio climático. Pero no es imposible. Podrían hacerlo, por ejemplo, condonando deudas de los países que no son ricos y sí son muy vulnerables al cambio climático, como han propuesto distintos gobernantes. Una de las principales novedades de la última reunión COP que se realizó el pasado mes de enero en Egipto —la COP27— fue precisamente la discusión sobre daños y pérdidas. 

Un campo interesante que está creciendo en el mundo de las leyes y los tribunales es el de las demandas o litigios climáticos. Ya existen casos en que una parte demanda a otra por pérdidas y daños o violaciones de derechos atribuibles al cambio climático. La lógica de partida es simple. Si una parte sufre perjuicios que la ciencia atribuye al cambio climático, entonces tiene argumentos para demandar a los causantes, sobre todo a los principales, que además son muy ricos y desde hace mucho saben lo que están haciendo.

Si las empresas petroleras llegaran a incluir en sus cuentas los costos de las demandas climáticas y los pagos por pérdidas y daños, su contabilidad cambiaría bastante. Incluso es posible que el principal negocio causante del cambio climático dejara de ser rentable. De hecho, el temor por la magnitud de las pérdidas y daños —que sin duda es enorme— fue una de las causas principales del poco avance de estas discusiones en la COP27. Los países industrializados saben que ni sus abundantes riquezas alcanzarían para pagar por todos los daños y pérdidas que el cambio climático está causando y causará en el mundo. Temen que si abren la puerta a estas demandas entonces simplemente no podrán pagarlas. Necesitamos que los gobiernos y empresas del mundo encuentren la manera de negociar estas cosas para que sean posibles y justas.

Además, el problema no es sólo entre unos países poderosos y otros débiles. Si así fuera, es probable que se impusiera la lógica del pez grande que se come al pequeño. Pero no es así, el problema también es entre sectores de la sociedad poderosos para los cuales la cancha está menos desnivelada. 

No es solo que algunos países ricos sean los principales causantes del cambio climático mientras muchos países pobres sufren sus efectos más devastadores, sino también que algunos sectores de la sociedad se siguen enriqueciendo mientras otros sufren grandes pérdidas y daños por el cambio climático. Las demandas climáticas que veremos también serán entre sectores de la sociedad y al interior de los países ricos. Veamos algunos ejemplos incluyendo casos en Estados Unidos, el país más rico del mundo y a la vez el principal causante del cambio climático global por sus emisiones acumuladas durante la época industrial.

Los bienes raíces constituyen un sector económico poderoso en muchos países. Según un estudio publicado el pasado 16 de febrero por la prestigiosa revista científica Nature, el costo de los bienes raíces en Estados Unidos está sobrevalorado en una cifra entre los 121 y 237 mil millones de dólares [6]. Dicho en moneda colombiana, las propiedades en Estados Unidos cuestan cientos de billones de pesos menos que su avalúo actual. La razón de fondo es el cambio climático. Y eso que este estudio no considero todos los riesgos, sino que se concentró en el riesgo por inundaciones que ya no solo afecta a las personas más pobres y vulnerables. Entre las casas evacuadas por las inundaciones de enero de 2023 en California están las mansiones de Oprah Winfrey, el Príncipe Harry y otras celebridades ubicadas en el pueblo de Montecitos [7].

No es difícil imaginar relaciones entre riesgos que están creciendo con el cambio climático como el riesgo por inundaciones extremas y el precio de los bienes raíces. Por ejemplo, pregúntese por el precio de un edificio frente al mar si usted sabe que dicho edificio está en una zona en donde los riesgos por huracanes, inundaciones y erosión costera están creciendo considerablemente. ¿Le parece que una propiedad así cuesta una fortuna a pesar de los riesgos? Yo pienso que no.

Otro sector económico poderoso al que el cambio climático le está cambiando el negocio es el de los seguros. En La Florida, Estados Unidos, es común que las personas aseguren sus propiedades contra eventos climáticos extremos como los huracanes. Si la siniestralidad aumenta —o sea si los daños causados por estos eventos se vuelven más frecuentes o intensos—, las empresas aseguradoras aumentan el precio de sus seguros o dejan de venderlos. Parece que este mercado ya está percibiendo los costos del cambio climático, aunque no lo pregonen públicamente. 

Alrededor de una docena de empresas aseguradoras se declararon insolventes entre 2021 y 2022, dejando a miles de propietarios con problemas para obtener un seguro que, en muchos casos, es un requisito de los bancos para respaldar sus préstamos hipotecarios [8]. Los precios de los seguros relacionados con el cambio climático —inundaciones y huracanes— han crecido aceleradamente durante los últimos años en La Florida. Intuyo que tanto allá como acá en Colombia, las empresas que venden este tipo de seguros están realmente preocupadas por el cambio climático; o deberían estarlo.

El día que el sector financiero incluya en sus cuentas los daños y pérdidas que causará el cambio climático, es posible que se desate una crisis financiera difícil de imaginar. El crédito, que es uno de los principales negocios de este sector, depende críticamente de la confianza en el futuro. Por ejemplo, cuando un banco hace un préstamo hipotecario asume que el valor de la propiedad hipotecada aumentará o por lo menos se mantendrá durante varios lustros o décadas. El cambio climático cuestiona esta suposición. Por ejemplo, ¿qué podría pasar en Estados Unidos si el sector financiero acepta las estimaciones de que las propiedades hipotecadas cuestan cientos de miles de millones de dólares menos que su avalúo actual?

Una de las predicciones más confiables del cambio climático es que los eventos extremos se volverán más extremos. Por ejemplo, habrá más agua en las inundaciones y menos durante las sequías. Esto es particularmente preocupante para el sector agropecuario. Una amiga que trabaja en dicho sector me dijo un día que su negocio siempre estaba “al sol y al agua”. Dada su alta dependencia del clima, el sector agropecuario es uno de los más sensibles al cambio climático. Eventos climáticos extremos como olas de calor, sequías e inundaciones pueden causar grandes daños y pérdidas en el sector que empeorarán con el cambio climático, comprometiendo no sólo las finanzas de las empresas agropecuarias sino también la seguridad alimentaria a escala global [9]. 

Según un análisis presentado en 2015 por la FAO —la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura—, alrededor del 25% de todos los daños y pérdidas debidos a desastres climáticos como sequías, inundaciones y tormentas en países en desarrollo afectan al sector agropecuario. Según este análisis, “el cambio climático está modificando profundamente las condiciones en las que se desarrollan las actividades agrícolas” [10].  

Las demandas y litigios por el cambio climático no son posibilidades hipotéticas. En junio de 2023 irá a juicio en Estados Unidos un caso en el que un grupo de jóvenes demandan al Estado de Montana por “apoyar un sistema de energía impulsado por combustibles fósiles, que está contribuyendo a la crisis climática” y, de esa manera, “violar sus derechos constitucionales a un ambiente limpio y saludable; a buscar seguridad, salud y felicidad; y a la dignidad individual e igual protección de la ley” [11].

Hasta mayo de 2021, el IPCC había identificado 1841 casos de litigios climáticos, de los cuales 1387 fueron presentados en cortes de Estados Unidos y el resto en otros 39 países y 13 tribunales internacionales o regionales, incluyendo las cortes de la Unión Europea [12]. Con los pocos avances en la mitigación del cambio climático que hemos tenido en las últimas décadas, uno podría pensar que estas demandas son inocuas para los principales responsables del cambio climático. Sin embargo, puede ser que lo que hemos visto hasta ahora sea solo la punta de un iceberg cuyo tamaño real descubriremos a medida que más personas, países, empresas y la sociedad en general sufran daños y pérdidas por el cambio climático y decidan demandar a sus principales causantes apoyándose en una evidencia científica muy sólida.

El número de demandas climáticas contra gobiernos y empresas ha crecido aceleradamente en los últimos años [13,14] y parece un hecho que seguirá creciendo. A juicio del IPCC en su último reporte [12], los litigios climáticos pueden llegar a cambiar significativamente la forma como los gobiernos, las empresas petroleras y otros sectores con alta responsabilidad en el cambio climático definen sus políticas. Además, estos litigios le ofrecen a muchos otros sectores de la sociedad la oportunidad de, por lo menos, llevar a juicio sus reclamos. Una clave para estas discusiones es que la evidencia sobre las causas, los efectos y los principales responsables del cambio climático está disponible para todo el mundo y respaldada por la mejor ciencia de la humanidad.

En síntesis, los daños y pérdidas debidos al cambio climático ya son enormes y están creciendo y afectando cada vez a más personas, países y sectores de la economía y la sociedad. No es posible que esto continúe indefinidamente mientras algunos grupos siguen amasando inmensas fortunas a costa de exacerbar el cambio climático. La situación es simplemente insostenible, ni el clima del que dependemos se va a mantener como lo conocemos, ni la sociedad va a soportar indefinidamente que algunos sectores se sigan enriqueciendo a costa de daños y pérdidas que afectan a la mayoría. La situación es insostenible tanto climática como humanamente.

Anécdota para concluir

Revisando esta columna en reunión con la Editora Científica de Territorios Sostenibles —Angela M. Rendón—, mi amigo y también columnista del portal, Jorge Zuluaga, me preguntó si yo pensaba que lograríamos hacer los grandes cambios que se requieren antes de que el cambio climático haga colapsar sociedades enteras. Parte de su argumento es que las demandas climáticas pasarán más tiempo en los tribunales que el plazo que tenemos para producir dichos cambios y evitar los mayores desastres. Entiendo su pesimismo —está muy bien respaldado por la experiencia—-, pero pienso que estos litigios pueden llegar a desencadenar un efecto bola de nieve que impulse los grandes cambios que necesitamos para mitigar y adaptarnos al cambio climático. Los síntomas actuales sugieren que esta bola de nieve ya comenzó a rodar. Veremos…

Referencias

[1] https://ourworldindata.org/co2-emissions

[2] https://www.energymonitor.ai/finance/big-oil-profits-soared-to-nearly-200bn-in-2022/

[3]https://www.nytimes.com/2023/01/12/climate/exxon-mobil-global-warming-climate-change.html

[4]https://www.nytimes.com/2023/01/12/climate/exxon-mobil-global-warming-climate-change.html?smid=tw-nytimesscience&smtyp=cur

[5]https://www.scientificamerican.com/article/exxon-knew-about-climate-change-almost-40-years-ago/

[6] https://www.nature.com/articles/s41558-023-01594-8

[7]https://www.bloomberg.com/news/articles/2023-01-09/california-town-that-s-home-to-oprah-and-prince-harry-evacuated

[8]https://www.washingtonpost.com/climate-environment/2022/09/30/ian-florida-economy-insurance/

[9] https://www.science.org/doi/abs/10.1126/science.1239402

[10] “Cambio climático y seguridad alimentaria: riesgos y respuestas”. FAO, 2015. https://www.fao.org/3/i5188e/I5188E.pdf

[11] https://www.ourchildrenstrust.org/montana

[12] https://www.ipcc.ch/report/sixth-assessment-report-working-group-3/

[13]https://www.theguardian.com/environment/2023/jan/04/why-2023-will-be-a-watershed-year-for-climate-litigation

[14]https://www.theguardian.com/environment/2022/jun/30/fossil-fuel-industry-surge-climate-lawsuits

Juan Fernando Salazar.
Juan Fernando Salazar.

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