A mediados de 2023, estábamos saliendo de una inusual racha de casi tres años bajo la influencia del fenómeno de La Niña, que en Colombia causa aumentos de la lluvia, los caudales de los ríos y, a menudo, inundaciones.
Pasamos de La Niña a El Niño que produce los efectos contrarios, es decir, disminuciones de la lluvia, los caudales de los ríos y, en general, la disponibilidad de agua.
Bastaron unos meses para que El Niño provocara racionamientos de agua en distintas regiones del país y pusiera en jaque al sector eléctrico que depende mayoritariamente de los embalses para producir electricidad.
A principios de abril de 2024, de los 27 principales embalses del país, 19 tienen agua por debajo del 50% de su capacidad, incluyendo 10 con menos del 30%. Hidroituango, que es el más grande, está cerca del 15%[1]. La foto inicial muestra al Río Cauca en Santa Fe de Antioquia, aguas arriba de Hidroituango. Ese día de marzo de 2024, el agua cubría apenas una fracción del cauce habitual.
En menos de un año, las noticias sobre inundaciones atribuidas a La Niña le dieron paso a las del bajo nivel de los embalses y los acueductos que se han quedado sin agua debido a El Niño.
Ni las empresas más fuertes se salvan. Durante esta temporada de escasez, EPM, o sea Empresas Públicas de Medellín, ha tenido que implementar racionamientos de agua para decenas de miles de familias en sectores del Valle de Aburrá que se abastecen de la quebrada La Iguaná y el embalse Piedras Blancas (en la foto), entre otros casos.
Mientras escribo esta columna, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) anunció que iniciará racionamientos de agua en Bogotá hasta que su principal fuente de abastecimiento, el sistema Chingaza, que actualmente está por el 17% de su capacidad, se recupere[2].
Bastan unos meses
Una conclusión de lo que vengo contando es que nuestros sistemas de abastecimiento de agua y generación hidroeléctrica en Colombia, incluso los más robustos, pueden llegar al límite de su capacidad con apenas unos meses bajo la influencia de El Niño, aún tras años de abundancia de agua como la que generó La Niña entre 2020 y 2023.
Lo que estamos esperando, o mejor dicho deseando, en abril de 2024, es que El Niño se vaya pronto, porque de lo contrario la disponibilidad de agua y energía (electricidad) estarían seriamente comprometidas. Por suerte, los pronósticos indican que así será. Es probable que hacia mediados de 2024 desaparezca El Niño del Océano Pacífico.
De hecho, es probable que regresemos a La Niña. Si llega a darse este pronóstico, ajustaríamos unos cinco años oscilando entre las inundaciones de La Niña y la escasez de agua de El Niño sin pasar por los llamados “años normales” (sin El Niño ni La Niña), que últimamente no han sido tan normales.
Puede ser entonces que, con la ida de El Niño, vuelva la disponibilidad de agua y se aleje la posibilidad de más racionamientos en 2024. Sin embargo, nos queda una pregunta que no deberíamos eludir.
La pregunta
La pregunta es si podemos seguir contando con que El Niño durará tan poco como para que logremos aguantar sus impactos. Si este o los eventos El Niño próximos no durarán más que algunos meses de manera que nuestra capacidad de aguantar sea suficiente para mantener la disponibilidad de agua y energía.
La respuesta es no. La razón primordial es el cambio climático.
En una de mis columnas anteriores, titulada “¿Cuánto durará el fenómeno de El Niño y cómo deberíamos planear el país para afrontarlo?”[3], expliqué algunas de las razones por las que no podemos dar por sentado que El Niño seguirá siendo como lo conocemos, es decir, que durará más o menos un año y tendrá una intensidad que podremos soportar.
En el mundo del cambio climático, deberíamos planear el país para la posibilidad de que El Niño dure más, sea más intenso, o ambas.
¿Qué hacemos entonces?
En mi opinión, cada municipio y departamento de Colombia necesita revisar urgentemente (porque contra el cambio climático estamos corriendo una carrera en la que sus efectos adversos crecen rápidamente) sus sistemas de abastecimiento de agua y energía, que en muchos casos ya son insuficientes, y robustecerlos para soportar periodos de escasez de agua más prolongados que algunos meses. Suponer que El Niño vendrá y se quedará no uno sino dos o tres años y robustecer los sistemas en concordancia.
¿Esto es posible? Sí, y lo seguirá siendo a pesar del cambio climático. Afortunadamente, Colombia es una región del mundo en donde abunda el agua y dicha abundancia permanecerá en el tiempo a pesar del cambio climático. No estamos en una de esas regiones del mundo que se están secando por el cambio climático.
Por eso, en el fondo, la incapacidad para satisfacer las demandas de agua y energía en Colombia no es, ni será, una consecuencia de la falta de agua sino de la falta de sistemas de abastecimiento mejores que los actuales. El agua alcanza, pero necesitamos sistemas más robustos.
La manera de robustecer los sistemas de abastecimiento de agua y energía depende de muchos detalles y particularidades de los territorios que hay que revisar en cada caso, por ejemplo, para cada municipio o acueducto. Pero les voy a ofrecer por lo menos dos ideas generales.
La primera es que deberíamos agregar redundancias a nuestros sistemas de abastecimiento de agua. Una redundancia es una alternativa que permite soportar dicho abastecimiento en caso de que una parte del sistema falle. Por ejemplo, si una población depende de una única captación (bocatoma) y esta falla, entonces se interrumpe el abastecimiento de agua. En cambio, si en vez de una, hay dos captaciones (bien estudiadas y diseñadas), es posible que falle una pero no la otra y de esa manera se pueda mantener el abastecimiento. Otra posibilidad es que ambas captaciones funcionando a medias logren cumplir su función.
Una analogía es lo que hacen los hospitales con su electricidad. En vista de que no deberían quedarse sin electricidad nunca porque de eso depende la vida de sus pacientes, los hospitales tienen fuentes redundantes. Por ejemplo, una planta eléctrica que se activa cuando “se va la luz”.
Por supuesto, no es posible diseñar sistemas completamente infalibles, pero sí es posible robustecer los que existen. En el mundo del cambio climático, no deberíamos dejar que algo tan vital como el agua penda de un solo hilo.
La segunda idea es que necesitamos agrandar bastante nuestra capacidad de producir electricidad y eso podríamos hacerlo, al menos, por dos caminos: la energía solar (fotovoltaica) y la energía hidroeléctrica. Colombia tiene un gran potencial no aprovechado en ambas formas de energía.
Por su ubicación tropical, Colombia recibe grandes cantidades de radiación solar durante todo el año que es posible transformar en electricidad mediante tecnologías que hoy en día están mejorando continuamente.
Por sus montañas y su agua, Colombia tiene una gran cantidad de “energía potencial gravitacional”, es decir, una gran capacidad de producir electricidad mediante sistemas hidroeléctricos, que no necesariamente tienen que ser grandes embalses, sino que también pueden ser sistemas más pequeños, menos invasivos del territorio, como las pequeñas centrales hidroeléctricas o las pequeñas plantas que generan energía directamente con el flujo de los ríos (sin embalse). Cada río es una posible fuente de energía.
En síntesis
Que haya nuevos racionamientos de agua o energía en Colombia dependerá de si robustecemos los sistemas de abastecimiento actuales, lo cual es posible. Si no lo hacemos, será solo cuestión de tiempo para que tengamos nuevos y muy costosos racionamientos.
Agradecimiento
Como autor de esta columna, agradezco al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia, MINCIENCIAS, por financiar el programa de investigación SOS-Cuenca (Sostenibilidad de Sistemas Ecológicos y Sociales en la Cuenca Magdalena-Cauca bajo Escenarios de Cambio Climático y Deforestación). Esta investigación me ha permitido investigar y reflexionar durante años sobre los asuntos que expongo en la columna.
Referencias
[1] https://www.elcolombiano.com/colombia/una-decena-de-embalses-del-pais-esta-por-debajo-del-30-de-su-capacidad-HA24173163
2 https://www.eltiempo.com/bogota/atencion-habra-racionamiento-de-agua-en-bogota-anuncia-el-alcalde-galan-3330705
3] https://territoriossostenibles.com/cambio-climatico/cuanto-durara-el-fenomeno-de-el-nino-y-como-deberiamos-planear-el-pais-para-afrontarlo/