Frente a la calentura política que vive ahora Estados Unidos, el anuncio oficial del retiro de ese país del Acuerdo de París sobre Cambio Climático resulta una anécdota, pero no sus consecuencias.
Donald Trump no sólo lo hizo a la entrada, sino también a la salida, de confirmarse los resultados electorales que hasta ahora pronostican un triunfo apretado del candidato demócrata, Joe Biden, pese a la incertidumbre que seguirá reinando en Estados Unidos por cuenta de las denuncias de fraude en algunos estados y la demora en el conteo de votos en otros.
Lo que es un hecho es que el segundo mayor contaminante del mundo está por fuera del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, en el que 195 países se comprometieron a reducir un 20 por ciento las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) causantes del calentamiento global, así como avanzar en la descarbonización de sus economías a 2050 e impedir aumentos de temperatura del planeta por encima de 2ºC.
Pese a las medidas de contención que dejó planteadas el Acuerdo, en el sentido de permanecer en él mínimo tres años y solicitar el retiro con otro de anticipación, Trump logró este miércoles darle la patada final a un proceso que, no obstante, es irreversible y podría, incluso, perjudicar más a Estados Unidos que al resto de compromisarios.
Cuáles son los efectos
El agite político en Estados Unidos, por supuesto, concentra la atención del mundo, pero sobre quién gane también, pues un triunfo de Joe Biden, hasta ahora adelante en el número de colegios electorales (248 de 270 que necesita), significaría otra derrota para Trum, pues el candidato demócrata aseguró que regresaría al Acuerdo de París de inmediato, una vez asuma la Presidencia. Este trámite podría tardar unos cinco o seis meses.
Pero si gana Trump, Estados Unidos dejará por los próximos cuatro años cualquier compromiso global contra el cambio climático, que él mismo ha negado, pero no librarse de los efectos geopolíticos que ello conlleva, dada la posición de China y de Europa en bloque de reducir sus emisiones y honrar los compromisos, entre otros, las regulaciones económicas existentes y los llamados castigos que los consumidores globales pueden propinar a los productos estadounidenses.
De hecho, algunos de los grupos de presión más importantes de los propios Estados Unidos advirtieron que no dejarán de avanzar en la transición energética que hace años vienen haciendo y mantendrán sus compromisos locales en torno a la producción limpia, el consumo responsable, la sustitución de los hidrocarburos y la consolidación de la economía circular.
Así, pese al peso que tiene Estados Unidos en torno a la producción y el comercio internacional y, por ende, en la emisión de gases contaminantes, la dinámica global no tiene freno de mano y seguirá adelante con o sin la potencia americana.
Algunos analistas, incluso, consideran que eso sería bueno para los países firmantes del Acuerdo de París, pues sin Estados Unidos resulta más fácil aumentar los compromisos de reducción de los GEI y la transición limpia. Algo que ayudaría, por demás, a que China, Rusia y gran parte de la Unión Europea, consoliden sus economías desde la perspectiva de los negocios verdes y los sellos de origen sostenible que cada vez demandan más los consumidores.
“En todo el país, una coalición de estados, ciudades, empresas, universidades, organizaciones religiosas, tribus y otros actores clave se han unido para decir que aún seguimos en la lucha”, aseguró hace algunas horas Carter Roberts, presidente de la organización de defensa de la naturaleza World Wildlife Fund (WWF).
Este apoyo, dijo, “representa más de la mitad de la población de Estados Unidos y casi dos tercios de la economía nacional”, pero insistió en que pese a sus esfuerzos por reducir las emisiones no pueden cumplir con el compromiso por sí solos.
Trump prometió en la campaña a la presidencia de 2016 que abandonaría el Acuerdo, al argumentar que ponía en permanente desventaja la economía y los trabajadores estadounidenses. Desde que llegó al poder, el presidente republicano ha retirado a EE.UU. de varios pactos y foros multilaterales, entre ellos el acuerdo nuclear con Irán, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), e inició el trámite para salirse de la OMS.