Si no se adoptan medidas mucho más ambiciosas, las consecuencias del cambio climático serán cada vez más devastadoras. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Unidos por la ciencia’, de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el que esta instancia multidisciplinaria recalca, además, que hay una gran distancia entre las aspiraciones y la realidad climática que se vive hoy en el planeta.
El documento, publicado el pasado 13 de septiembre, deja en claro que las concentraciones de gases de efecto invernadero siguen creciendo y alcanzando nuevos máximos. Además, revela que “el descenso temporal de los índices de emisión de los combustibles fósiles, que se produjo durante los confinamientos por la COVID-19, fue un espejismo, ya que actualmente superan los niveles previos a la pandemia”.
Otro de los puntos que revela el informe es que la ambición necesaria para alcanzar los compromisos de reducción de emisiones para 2030 debe ser siete veces mayor para cumplir el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados fijado en el Acuerdo de París.
Según António Guterres, secretario general de la ONU, la magnitud de fenómenos recientes como las olas de calor en Europa, las inundaciones en Pakistán o las sequías prolongadas en China, el Cuerno de África y Estados Unidos, no tienen nada de natural y representan el precio que hay que pagar por la adicción de la humanidad a los combustibles fósiles.
“Los impactos que genera el cambio climático se están adentrando en un territorio desconocido de destrucción y que, pese a esta situación, cada año insistimos en redoblar esta adicción a los combustibles fósiles, mientras los síntomas empeoran rápidamente”, aseguró Guterres.
La OMM advierte también que los países caminan en la dirección equivocada ya que las concentraciones de gases de efecto invernadero siguen creciendo y alcanzando nuevos máximos. Además, resalta la importancia de intensificar el uso de sistemas de alerta temprana que fomentar la resiliencia de las comunidades vulnerables frente a los riesgos climáticos actuales y futuros
Para Petteri Taalas, secretario general de la OMM, “la investigación del clima demuestra cada vez más que muchos de los fenómenos meteorológicos extremos que estamos experimentando se han vuelto más probables e intensos debido al cambio climático causado por actividades humanas”.
El informe consigna, además, que los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia y que la probabilidad que la temperatura media anual sea temporalmente 1,5°C más alta que el promedio correspondiente al período 1850-1900, al menos uno de los próximos cinco años, es del 48%.
En tanto que las ciudades, que acogen a miles de millones de personas y causan hasta el 70% de las emisiones causadas por el hombre, se enfrentarán a repercusiones socioeconómicas cada vez mayores.

Peor que antes de la pandemia
El informe ‘Unidos por la ciencia’ de la OMM entrega datos significativos sobre lo que sucedió en la pandemia y deja en claro que los niveles bajos de contaminación de esos meses de encierro quedaron en el recuerdo.
“Los niveles de dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O) presentes en la atmósfera siguen aumentando. La reducción temporal de las emisiones de CO2 observada en 2020, durante la pandemia, tuvo escasa incidencia en el aumento de las concentraciones atmosféricas (lo que queda en la atmósfera después de que el océano y la biosfera absorben el CO2)”, dice el documento.
Además, en 2021, las emisiones mundiales de CO2 de origen fósil volvieron a alcanzar los niveles previos a la pandemia de 2019, tras descender un 5,4% en 2020 como resultado de los confinamientos generalizados.
Los datos preliminares muestran que las emisiones mundiales de CO2 en 2022 (de enero a mayo) superan en un 1,2% los niveles registrados durante el mismo periodo en 2019, como consecuencia de los aumentos observados en Estados Unidos, India y la mayoría de los países europeos.
Otro dato significativo es que una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de los cambios en el uso de la tierra están relacionadas con el comercio de alimentos entre países, de las cuales más de tres cuartas partes se deben al despeje de tierras para la agricultura, en particular el pastoreo.
De otro lado, alrededor del 90% del calor acumulado en el sistema de la Tierra se encuentra almacenado en el océano; el contenido de calor oceánico correspondiente al período 2018-2022 fue más elevado que el de cualquier otro quinquenio, ya que los índices de calentamiento del océano experimentaron un aumento especialmente pronunciado en los dos últimos decenios.
Según la publicación, se prevé que en cada uno de los años comprendidos entre 2022 y 2026, la temperatura media anual global cerca de la superficie supere la de los niveles preindustriales (1850-1900) y que ese aumento oscile entre 1,1 grados centígrados y 1,7 grados.
“Las ciudades, que albergan el 55% de la población mundial, es decir, 4200 millones de personas, generan hasta el 70% de las emisiones causadas por el hombre, al tiempo que son muy vulnerables a los efectos del cambio climático, como el aumento de las precipitaciones intensas, la elevación acelerada del nivel del mar, las crecidas costeras agudas y crónicas y el calor extremo, entre otros riesgos importantes”, sostienen los especialistas en la publicación.
Y, por último, según los especialistas de la OMM, en la década de 2050, más de 1.600 millones de personas de más de 970 ciudades estarán expuestas regularmente a temperaturas medias de períodos de tres meses que alcanzarán como mínimo los 35 grados centígrados.