África es el continente de la desesperanza climática y Colombia está en la escala medio alta de riesgo por efectos del cambio climático sobre los niños. Dramático panorama global.
No sólo las cifras producen escalofrío, sino que reflejan la desesperanza de cientos de millones de menores en todo el mundo que ahora sufren, sin tener la culpa, las consecuencias del cambio climático. Según el reciente informe de la UNICEF, erca de 1.000 millones de niños, la mitad de la población mundial en esa categoría, padecen los mayores estragos del calentamiento global, aunque serán todos los que los padezcan, de no tomarse decisiones de fondo y urgentes.
En el documento titulado “La crisis climática es una crisis de los derechos del niño: Presentación del Índice de Riesgo Climático de la Infancia”, UNICEF establece las estrechas relaciones entre la exposición de los niños a las perturbaciones climáticas y medioambientales y su vulnerabilidad según el acceso a los servicios esenciales como agua, aire limpio, salud y educación.
Los 1.000 millones de niños que afrontan las mayores secuelas del cambio climático viven en uno de los 33 países considerados “de muy alto riesgo”, la mayoría de ellos ubicados en África y que en su conjunto sólo emiten el 9 por ciento del total de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que confirma lo desigual que son los efectos de la crisis climática.
Estos infantes, dice la agencia de las Naciones Unidas, se enfrentan a la combinación letal de estar expuestos a múltiples perturbaciones climáticas y medioambientales y ser altamente vulnerables, debido a la precariedad de los servicios esenciales que reciben, como el agua y el saneamiento, la atención médica y la educación. Los resultados del informe muestran unas cifras que seguirán empeorando a medida que los efectos del cambio climático se aceleren.
El Índice de Riesgo Climático para la Infancia va de 0 a 10 y los países africanos, en su mayoría, están en rangos superiores a 7, mientras para Colombia se calculó un riesgo medio alto, con 5.4 puntos. Venezuela está en riesgo alto, con un índice de 5.5.
Entre contradicciones e injusticias climáticas
Lo paradójico y contradictorio es que mientras los 33 países “de muy alto riesgo” emiten sólo el 9% de las emisiones globales de CO2, los 10 países que generan más emisiones representan casi el 70% de ellas. Sin embargo, solo uno de estos países, India, se encuentra clasificado como país “de muy alto riesgo” en el índice.
Las perturbaciones climáticas y medioambientales están menoscabando la totalidad de los derechos de los niños, desde su acceso a un aire limpio, alimentos y agua potable, hasta su derecho a una educación, a una vivienda, a estar protegidos contra la explotación e incluso a sobrevivir. La vida de prácticamente todos los niños resultará afectada, dijo Henrietta Fore, Directora Ejecutiva de UNICEF, en la presentación virtual del informe.
Si bien casi todos los niños del mundo corren el riesgo de sufrir alguna de estas amenazas climáticas y medioambientales, los datos revelan que los países más afectados se enfrentan a crisis múltiples y, a menudo ocultas, que podrían mermar el progreso en materia de desarrollo y aumentar las carencias de la infancia.
Y el dato es desalentador: se estima que 850 millones de niños (uno de cada tres) viven en zonas donde confluyen al menos cuatro de las perturbaciones climáticas y medioambientales referidas. Nada menos que 330 millones de niños (uno de cada siete) viven en zonas afectadas como mínimo por cinco peligros considerables.
“El cambio climático es profundamente desigual. Aunque ningún niño es responsable del aumento de las temperaturas mundiales, ellos sufrirán las peores consecuencias. Los niños de los países menos responsables sufrirán más que nadie”, afirmó Fore.
Las cinco claves para superar la tragedia climática de los niños
Si no se toman las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero cuanto antes, los niños seguirán sufriendo más que nadie. En comparación con los adultos, los niños necesitan más alimentos y agua por cada unidad de peso corporal; tienen menos capacidad para sobrevivir a los fenómenos meteorológicos extremos; y son más susceptibles a las sustancias químicas tóxicas, los cambios de temperatura y las enfermedades, entre otros factores.
El documento de UNICEF no se queda en los datos desalentadores, pero sí exige a los gobiernos, las empresas y los actores relevantes que se adopten medidas urgentes y de largo plazo, entre otras:
- Aumentar las inversiones destinadas a la adaptación y la resiliencia al clima en los servicios más importantes para la infancia. Si queremos proteger a los niños, a las comunidades y las personas más vulnerables de los efectos más graves del cambio climático que ya están comenzando a surgir es necesario adaptar los servicios más importantes, como los sistemas de agua, saneamiento e higiene y los servicios de salud y educación.
- Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. A fin de evitar los peores efectos de la crisis climática, es necesario emprender acciones contundentes de inmediato. Antes de 2030, los países deben reducir sus emisiones un 45% como mínimo (en comparación con los niveles de 2010) para impedir que la temperatura aumente más de 1,5ºC.
- Proporcionar a los niños educación sobre el clima y competencias ecológicas, ya que son fundamentales para su adaptación y su preparación ante los efectos del cambio climático. A pesar de ser los menos responsables, los niños y los jóvenes sufrirán las desastrosas consecuencias de la crisis del clima y la inseguridad del abastecimiento de agua. Tenemos el deber de actuar en defensa de todos los jóvenes y de las generaciones futuras.
- Incluir a los jóvenes en todas las negociaciones y las decisiones relacionadas con el clima a nivel nacional, regional e internacional, incluida la COP26. Los niños y los jóvenes deben participar en todos los procesos de formulación de decisiones relacionadas con el clima.
- Garantizar que la recuperación de la pandemia de COVID-19 sea respetuosa con el medioambiente, genere bajas emisiones de carbono y beneficie a todo el mundo, de una forma que no ponga en peligro la capacidad de las generaciones futuras para abordar y responder a la crisis climática.
Ocho (8) datos para pensar el futuro de la infancia
El informe entregado por UNICEF es devastador al tenor de las cifras. Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia para cambiar de rumbo. No hay tiempo de espera.
- 240 millones de niños están muy expuestos a las inundaciones costeras.
- 330 millones de niños están muy expuestos a las inundaciones fluviales.
- 400 millones de niños están muy expuestos a los ciclones.
- 600 millones de niños están muy expuestos a las enfermedades transmitidas por vectores, entre ellos el coronavirus.
- 815 millones de niños están muy expuestos a la contaminación por plomo.
- 820 millones de niños están muy expuestos a las olas de calor.
- 920 millones de niños están muy expuestos a la escasez de agua.
- 1.000 millones de niños están muy expuestos a niveles cada vez más elevados de contaminación atmosférica.