En Territorios Sostenibles conversamos con Alberto Ayala, quien es el Director Ejecutivo del Distrito Metropolitano de Gestión de Calidad del Aire de Sacramento – California (Estados Unidos) y experto en calidad del aire, y hace parte del grupo de expertos que han urgido a la EPA a hacer más exigentes los estándares de calidad del aire con el objetivo primordial de proteger la salud y la vida.
Alberto Ayala es Magíster y Doctor en ciencias de la educación, formó parte durante 17 años de la Junta de Recursos del Aire de California, es profesor adjunto de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de West Virginia y colabora con la Teledyne Ryan Aeronautical. Contribuyó a descubrir el escándalo masivo de las trampas de diesel de la compañía Volkswagen, en el que se demostró que la marca automotriz había programado ilegalmente millones de vehículos para pasar las pruebas de emisiones.
Actualmente está teniendo lugar en Estados Unidos una deliberación sobre la decisión de la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) de mantener los estándares actuales de calidad del aire, especialmente para PM2.5. De acuerdo con la evidencia científica revisada y analizada por un grupo de científicos, expertos e instituciones, estos estándares no son adecuados para preservar la salud y la vida. Detalles sobre esta deliberación fueron revisados por Territorios Sostenibles en la publicación Necesitamos estándares de calidad del aire más estrictos para proteger la salud y la vida
Estos son algunos puntos fundamentales de nuestra conversación con Alberto Ayala.
Territorios Sostenibles (TS):
¿Qué significado tienen los estándares de calidad del aire o niveles máximos de contaminación en relación con la salud y la vida?
Alberto Ayala (AA):
Gracias a décadas de investigación científica, se reconoce ampliamente que el material particulado 2.5 o PM2.5 es uno de los contaminantes atmosféricos más nocivos para la salud humana, así como la necesidad de entenderlo mejor y reducir su presencia en el ambiente. Por supuesto hay impactos ecológicos, hay impactos secundarios, por ejemplo sobre la visibilidad, pero la prioridad es y debe ser protegernos a nosotros los humanos.
Se ha determinado en múltiples estudios que la exposición de los humanos al material particulado 2.5 puede llegar a causar muertes prematuras y morbilidad, es decir puede causar un número de defectos al sistema del corazón, al sistema neurológico, y muchos otros daños al cuerpo humano. Por eso múltiples esfuerzos se hacen desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en diferentes lugares del mundo como Europa, Estados Unidos y Colombia para controlar los niveles de este contaminante.
TS:
¿Cómo definir los estándares de calidad del aire a partir de la mejor evidencia científica disponible? ¿Cuál es esa evidencia?
AA:
Para los científicos es sabido que el estudio de cualquier tema tiene algún nivel de incertidumbre. Nunca es posible encontrar evidencia que sea 100% indicadora de una cosa u otra. La incertidumbre es parte del proceso científico y hay métodos bien establecidos para manejar esa incertidumbre.
Sin embargo, en algunas ocasiones los medios de comunicación usan este concepto de manera errónea para afirmar que si los científicos plantean la existencia de incertidumbre es que no saben lo que está pasando. Esa es una interpretación equivocada.
La definición de los estándares de calidad del aire está basada en el concepto del peso total de la evidencia, es decir que la decisión se basa en la revisión de toda la información a la que se tenga acceso. Así fue el proceso llevado a cabo para realizar el pronunciamiento público ante la EPA.
Los académicos, las agencias investigadoras del gobierno como nosotros, y la sociedad civil han contribuido a la consecución de evidencia. El proceso trata de examinar la evidencia total entendiendo que hay incertidumbre.
Quiero resaltar dos puntos fundamentales que soportan el pronunciamiento público frente a la EPA:
Primero, el proceso no fue bien realizado porque violaron las reglas. El proceso de revisión de los estándares está bien establecido y lleva implementado décadas. Sin embargo, esta administración [el gobierno actual de Estados Unidos] cambia completamente el proceso y elimina la oportunidad a los científicos de varios sectores de dar recomendaciones a la Agencia.
Segundo, la Agencia decidió ignorar evidencia científica disponible acerca de los impactos del contaminante PM2.5 sobre la salud.
TS:
¿Deben los estándares o niveles máximos ser los mismos para todos los paises, o deben obedecer a diferencias regionales, geográficas y sociales?
AA:
Definitivamente los estándares de calidad del aire son aplicables en todo el mundo, porque todos somos humanos y el sistema humano reacciona de manera similar sin importar de dónde provenga la exposición al contaminante. La OMS ha establecido estándares globales muy similares a los propuestos a la EPA y basados en evidencia similar.
El hecho de que las fuentes del contaminante PM2.5 en Colombia sean diferentes a las fuentes en California no quiere decir que el contaminante PM2.5 sea diferente.
Es la misma ciencia la que nos muestra la evidencia del impacto sobre la salud. También hay mucha ciencia desde la que se entiende cuáles son las fuentes, cómo se reducen, cuáles son las mejores políticas para controlar este contaminante.
Sin embargo, es fundamental un entendimiento del contaminante en escala local. Hay elementos locales que tienen que ver, por ejemplo, con el tiempo de exposición de las personas. Mayor exposición al material particulado por las emisiones de vehículos da lugar a impactos que van más allá de la contaminación regional.
Esto es lo que tratan de controlar los estándares. Hay necesidad de entender las fuentes locales y las condiciones locales que pueden llevar a exposiciones mayores, pero al mismo tiempo entender que los estándares globales son aplicables a todo el mundo. El sistema humano es el sistema humano, un corazón de Colombia puede morir igual que un corazón de California o un corazón de Europa.
TS:
¿En todos los estados de Estados Unidos usan los mismos estándares y de la misma manera?
AA:
Los estándares de calidad del aire son nacionales, en todas las ciudades tenemos que seguir este programa de control de contaminación nacional.
Cuando se trata específicamente de episodios de alta contaminación, por ejemplo por incendios forestales, los niveles de contaminación van a ser mucho más altos. En California hemos registrado casi 15 veces más que el estándar por episodios de corto plazo.
Dado que Estados Unidos es un sistema federal, una vez que las estándares se promulgan, la responsabilidad de implementar planes para cumplir con los estándares recae sobre los estados y las regiones a través de los SIPs (State Implementation Plans o Planes de Implementación Estatal).
Esta implementación considera un entendimiento de las fuentes, la formación secundaria en la atmósfera, y cómo se hacen la mitigación y la reducción de esa contaminación. Una vez que los planes se desarrollan, se envían al Gobierno Federal para su aprobación. De darse la aprobación formalmente, estos planes se vuelven instrumentos legales.
Cualquier ciudadano puede constatar el cumplimiento del plan y de no cumplirse puede llevar el caso a la corte por afectaciones a la salud. Por eso es tan importante todo este proceso, esto va a determinar la decisión federal, va a determinar a dónde va el estado de California y el país (Estados Unidos) para cumplir con estas protecciones de salud pública.
TS:
Partiendo del objetivo fundamental de proteger la vida ¿qué sigue ante la decisión de la EPA de mantener los estándares?
AA:
Desafortunadamente la administración actual de Estados Unidos ha sido muy consistente en ignorar la ciencia, en no creer en la ciencia. No les interesa proteger al medio ambiente, están más interesados en proteger a la industria del petróleo y la industria pesada.
Vamos a tomar una acción legal y esperamos que sean las cortes las que corrijan estos errores. Estamos hablando de ciencia, de política pública, de la protección de la salud pública.
TS:
Se espera que la OMS recomiende nuevos estándares durante 2020, ¿cómo esperamos que sean esos estándares?
AA:
Las últimas recomendaciones realizadas por la OMS apuntan a que necesitamos considerar estándares diario y anual más bajos que los actuales. Estos estándares están alineados con los valores que de acuerdo con la evidencia científica sugerimos sean implementados en Estados Unidos.
Todos estamos viendo la misma ciencia acerca de los impactos sobre la salud.
Los estudios que nosotros revisamos son los mismos que la OMS ha examinado y por eso la importancia de la comunicación, y de considerar el peso total de la evidencia que proviene de diferentes perspectivas, expertos y disciplinas.
El comité que le da recomendaciones a la EPA no tiene expertos en disciplinas fundamentales como la epidemiología o toxicología, no cuenta con expertos para hacer el análisis de la evidencia científica. Surge entonces la pregunta de cómo la Agencia puede justificar la decisión acerca de los estándares.
TS:
¿Cuál es la ruta diseñada por las organizaciones de California y la sociedad en respuesta al pronunciamiento de la EPA de mantener los estándares?
AA:
Tras la fecha de nuestra solicitud de hacer más estrictos los estándares, la EPA tiene un período de 2 meses para responder públicamente y realizar una comunicación de la decisión final. Esta comunicación es pública y la podemos revisar todos, toda la sociedad interesada, y podemos contemplar cuál debe ser la acción siguiente. Es muy posible que la acción siguiente sea tomar acción legal.
Estamos acercándonos a aquello que no nos da beneficio ni en términos del medio ambiente ni en términos de la salud y por eso estamos en esta “pelea”.
Como ciudadanos del planeta debemos avanzar más rápidamente para afrontar las crisis actuales, por ejemplo, la crisis del cambio climático es una crisis tan mala o incluso peor que la pandemia actual. Necesitamos trabajar más rápidamente para enfrentar estos problemas.
Reconocemos que afortunadamente estamos en un país donde existe este proceso público definido por leyes muy claras que nos dan protección y habilidad para actuar cuando estamos en desacuerdo con el Gobierno Federal. Es un sistema que apreciamos y creemos tiene beneficio en escala global porque nos permite defender la ciencia.
Si logramos defender las decisiones que están basadas en el objetivo principal de la protección de la salud pública, la protección de los humanos, podremos lograr que la contaminación del aire no nos cause la muerte. No podemos vivir sin aire.
Quienes tuvimos la oportunidad de participar en procesos similares e hicimos parte de los grupos que le dan las recomendaciones a la EPA, sabemos de manera directa cómo debe ser llevado el proceso. Ahora nos causa consternación que la administración actual cambie los procesos. Este no es un sistema autoritario en donde el rey dice qué hacer y sin cuestionamientos se hace. Estamos defendiendo nuestros derechos y nuestra misión principal es proteger al ciudadano.
TS:
¿Hacia dónde vamos con los motores de combustión, el cambio de tecnologías y el uso del diesel?
AA:
En el año 2000 California tomó el primer paso en identificar en la combustión del motor diesel un compuesto que causa cáncer y 12 años después la OMS hizo lo mismo.
Es clara la importancia de los motores de combustión interna en el desarrollo económico global, la vida moderna existe gracias a la combustión interna. Pero empezamos a entender el impacto sobre la salud de las emisiones producidas por esta combustión, y esto nos llevó a buscar ideas de cómo controlar esas emisiones, de cómo seguir aprovechando el beneficio de estos motores que le dan fuerza a la economía pero sin tener que pagar las consecuencias de los impactos sobre la salud.
En las últimas dos décadas ha habido mucha investigación, tanto de los gobiernos como de la industria automotriz y los fabricantes de los motores, para continuar con el uso y beneficio de los motores pero al mismo tiempo reducir las emisiones. Estas investigaciones apuntan al mejor diseño de motores, controles de combustión y combustibles más limpios.
Una vez que ya sabes tecnológicamente cómo mitigar el impacto de los motores en términos de reducir las emisiones, esas mismas características, esos mismos requerimientos, se hacen también estándares.
TS:
¿Qué ha pasado con el caso de la compañía Volkswagen?
AA:
El problema con la Volkswagen fue que teniendo los estándares que definían claramente el nivel de control de sus vehículos, ellos decidieron no seguir esas reglas, es decir las leyes. “No pensaron que los íbamos a descubrir”. Estoy escribiendo un libro sobre mi experiencia en esto.
Los estándares están para proteger el medio ambiente y la salud pública. Una vez que tú decides no seguirlos, te arriesgas a que podamos descubrirte.
El acuerdo al que llegamos con Volkswagen a través de la Corte Federal le da a la compañía hasta 10 años para usar fondos con el fin de rectificar el daño hecho al medio ambiente. Estos fondos se usarán como catalizador para avanzar en nuestros objetivos de electrificación del sector transporte. Estamos invirtiendo ese dinero en desarrollar infraestructura para cargar los vehículos, para generar hidrógeno y para dar los subsidios para los vehículos eléctricos.
Hemos creído y seguimos creyendo que el gran avance del sector transporte debe de ser hacia las cero emisiones, hacia la electrificación a través de baterías o celdas de combustible con hidrógeno, y que esa electricidad sea completamente renovable.
La compañia Volkswagen debe hacer inversiones no sólo en California sino en todo el país, lo cual ha dado la posibilidad a estados como Iowa, Nebraska y Oklahoma de empezar a imaginarse la transformación del transporte de acuerdo con un enfoque que se viene abordando en países de Europa y Asia.
De una violación de las leyes por parte de la marca Volkswagen, con un impacto masivo contra el medio ambiente, estamos ahora obteniendo beneficio y avanzando en objetivos más globales acerca del sector transporte.
TS:
¿Cómo proteger la salud pública y el medio ambiente de los efectos de la contaminación del aire teniendo en cuenta las políticas económicas? Más ahora en el contexto del COVID-19 y el cambio climático.
AA:
Está claro que una fracción de material particulado PM2.5, específicamente la fracción que llamamos carbono negro (black carbon), contribuye al calentamiento global. Entonces tenemos co-beneficio al volver más estrictos los estándares. Se protege la salud pública y se contribuye a mitigar el calentamiento global.
Es fundamental pensar en políticas públicas para tener el co-beneficio de un aire más limpio y un clima más sostenible.
Evidencia científica reciente y aún en desarrollo en países como China e Italia donde sufrieron los impactos del COVID-19 antes que nosotros, muestra vínculos importantes entre el virus y la contaminación ambiental en dos aspectos:
1. Una persona que está expuesta a contaminación de material particulado elevado porque vive en un lugar donde hay alta contaminación es más susceptible a un impacto mayor frente al COVID-19 que una persona que vive en un lugar con aire más limpio. Su sistema inmunológico y la capacidad de su cuerpo de defenderse contra el virus es menor.
2. Partículas pequeñas de la contaminación del aire, inferiores al PM10 o PM2.5, con tamaños similares a los del virus, pueden servir como medios de transporte del virus. Hay más probabilidades de infectarse si se vive en un lugar donde hay mucha contaminación del aire con este tipo de partículas. Esas partículas funcionan como una avenida para el virus.
Nos queda mucho por investigar, nos queda mucho por entender, nos queda mucho por aprender, pero hay información muy importante porque nos da la oportunidad de contemplar el beneficio de unos estándares adecuados de PM2.5 en un contexto presente, un contexto donde se tienen muy claramente el beneficio potencial con esta crisis y con la del cambio climático global.
TS:
Considerando que algunos países han dado pasos hacia la prohibición del diesel, ¿cómo han avanzado en este tema en California y Estados Unidos?
AA:
No es vía la prohibición, es estimulando el mercado y la transición hacia otras tecnologías.
Avanzar en los objetivos ambientales apuntando a que el rendimiento y el desempeño sean los que incentivan la transición. Eso promueve la industria y la innovación, da posibilidad al mercado de decidir cómo cumplir con los estándares.
Todo proceso de combustión tiene impactos. Antes pensábamos que habían combustibles limpios como el gas natural, por ejemplo, pero ahora es claro que toda combustión interna trae contaminación que causa daños al ser humano y al medio ambiente.
El enfoque ahora es promover la electrificación a través un balance entre “zanahorias y garrotes” mediante las regulaciones. Por ejemplo, California cuenta con nuevas leyes en las que los fabricantes de vehículos pesados, vehículos comerciales de carga, deben empezar a vender motores de cero emisión, es decir eléctricos o similares, para el año 2024.
Apuntamos a promover iniciativas que resulten en la electrificación del sector transporte de la misma manera que en Europa y otros países. Creemos que la competencia y el mercado global impulsan la transformación del transporte más que las leyes, los estándares o los gobiernos. No se trata de decir no al diesel y la gasolina, se trata de decir sí a la electrificación. Ahí tenemos un papel fundamental nosotros los consumidores.
La compañía Tesla es un gran ejemplo. Antes de Tesla los fabricantes producían vehículos eléctricos de niveles de rendimiento inferiores a los vehículos de combustión. Tesla logró entregar al mercado un producto superior en cada aspecto con respecto a los vehículos de combustión. Entendieron que la manera de vender vehículos de cero emisiones es hacer un producto superior a la alternativa de combustión. Ningún fabricante lo había logrado antes.
Soy optimista, creo que aún debemos aprender mucho de esta crisis pero que una vez superada, el mercado irá cambiando, por sus méritos de innovación y por los beneficios que la nueva tecnología presenta al consumidor
TS:
¿Cómo lograr que en nuestros países el aire limpio sea un derecho fundamental para todos?
AA:
Todos tenemos la responsabilidad de generar conciencia social a través de nuestras acciones como gobiernos, como académicos, como profesionales, como personas comunes.
Entender que el aire limpio no es un privilegio, el aire limpio es un derecho fundamental.
Mientras no logremos llegar a esos niveles de contaminación atmosférica en los que sabemos que no hay impacto sobre la salud pública, es necesario continuar con “la lucha”. La ley federal (en Estados Unidos) es muy clara: los estándares tienen que diseñarse con un solo objetivo, el de proteger la salud pública. Son las normativas, las regulaciones y acciones subsecuentes en donde se tienen que considerar la tecnología, el costo, el costo-beneficio, etcétera.
Los estándares de calidad del aire tienen que preservarse con el objetivo original y legal. Ese objetivo es definir los niveles de contaminación que garanticen amplía protección a la salud pública.
Todo ser humano necesita aire, ese aire debe cumplir con los estándares.