Ecolair es una empresa antioqueña que nació de los sueños de una estudiante: Mariana Pérez. Ella, en sus años escolares, se dedicó a investigar y a experimentar para crear un dispositivo para limpiar el aire y así mejorar la salud de las personas.
Tras muchas horas de trabajo, de ensayo y error, y de exposiciones en las ferias de la ciencia colegiales, su desarrollo fue creciendo y llegó hasta Estados Unidos. Allí encontró los socios necesarios para crear su propia empresa y nació Ecolair.
Esta compañía desarrolló una planta de tratamiento de calidad del aire y tiene sus creaciones patentadas en Colombia y Estados Unidos. Territorios Sostenibles habló con Mariana Pérez, hoy jefe de proyectos de Ecolair, quien contó acerca de esta solución creada para mejorar la calidad del aire para las personas, animales y demás seres vivos.
¿Cuál fue la motivación para iniciar con Ecolair?
Somos Ecología Colombiana del Aire (Ecolair), una empresa que se encarga de desarrollar proyectos de innovación en el sector ambiental. La historia comenzó desde niños, en una feria escolar en la que decidí trabajar en un producto para purificar el aire. Al final del colegio participé en una feria de Explora y tuve el apoyo de EPM. Obtuve el primer puesto y la posibilidad de asistir a Estados Unidos a participar en un certamen. Allí conocí uno de los socios.
Después el proyecto pasó a una etapa industrial para elaborar un producto que cumple con todas las condiciones para ser desarrollado en empresas.
¿Cuáles son los desarrollos y en qué patentes están trabajando?
Manejamos dos productos que están protegidos en Colombia y Estados Unidos. El primero se llama FIVA, que es un sistema mecánico que se encarga de remover los elementos nocivos que contiene el aire que se respira en el territorio. Es una planta de tratamiento de aire que remueve y filtra el aire que está pasando por su sistema. Esta remoción se hace con alta eficiencia. Estamos certificados por laboratorios nacionales e internacionales con porcentajes de remociones de hasta el 99,87%, en gases como el dióxido de azufre, que es altamente nocivo para los seres vivos (incluidos animales y plantas). También en remociones de material particulado de hasta el 92%, de compuestos orgánicos volátiles y diferentes elementos que generan un daño a nuestro entorno y a nosotros mismos.
Ese mecanismo trabaja con la circulación interna de una sustancia líquida (este es el segundo producto), llamada Lamep, elaborado con vegetales para generar la reutilización de esa sustancia después de usar esos componentes.
¿Cómo ha sido el proceso de patentar estos desarrollos tecnológicos?
Estas son protecciones que se le hacen a los productos y que le dan más valor. Contamos con un aliado, que es un bufete de abogados llamado ClarkeModet, que nos hace el acompañamiento verificando las normativas y nos representan en cualquier país del mundo. Empezamos a trabajar con esto desde 2016. Un proceso de patente se puede demorar hasta tres años, pero es una protección necesaria para el producto y da una confianza a la hora de salir a negociar.
¿Cómo es la aplicación en el territorio de estos desarrollos?
Con FIVA hemos instalado dispositivos en un horno incinerador en nuestro lugar trabajo, porque somos cero generadores de residuos. Además, otro instalado en una ladrillera, que estuvo cerrada por altas emisiones durante tres años, y en junio de 2020 se pudo abrir gracias a que entró a operar nuestro desarrollo. También tenemos una planta de tratamiento de aire en Girardota, que es un conjunto de dispositivos instalado en la Estación de Bomberos de ese municipio. Allí se concentra el aire con altas emisiones de unas 286 de la población. Estamos finalizando el proceso de instalación y tener las primeras mediciones. Esto arrancó a inicios de mayo y para agosto se espera tener el paquete de las primeras mediciones listo.
¿Cómo están los acercamientos con la empresa privada?
Hemos tenido contacto con varias empresas que se han interesado en disminuir sus emisiones. Hay unas que, aunque están cumpliendo con la normativa, quieren usarlo para cuidar más el medio ambiente. Otras también quieren evitar sanciones. Este proceso se ha fortalecido en los últimos meses y por lo pronto no podemos revelar nombres por temas de confidencialidad.
¿Cómo ayudan estos desarrollos para los problemas de calidad del aire del Valle de Aburrá?
Como esta tecnología, que se basa en capturas de aire directa, se han registrado tres tecnologías. Nosotros somos la cuarta. Si esto lo apoya el sector oficial va a tener una eficiencia mayor en los lugares donde se presentan los problemas de emisiones. Ya tiene todas las garantías para poder ser comercializado y está medido y aprobado por distintos laboratorios. Queremos llevar nuestra planta de tratamiento de aire a muchos lugares de Colombia.