Crisis de calidad del aire, más allá de las contingencias

Los problemas de calidad del aire son cada vez más habituales para quienes habitan en ciudades o metrópolis alrededor del mundo. El acelerado crecimiento de las ciudades ha traído consigo múltiples impactos sobre los territorios que involucran cambios en los usos y coberturas del suelo, así como emisiones de contaminantes desde la superficie altamente dinámicos y crecientes en el tiempo. Un análisis de Low Carbon City y Territorios Sostenibles.

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Hasta hace no mucho tiempo concebíamos la atmósfera bajo la premisa de “lo que el viento se llevó”, es decir, creíamos que todo aquello arrojado a la atmósfera “desaparecía”. Sólo hasta hace algunas décadas nos volvimos conscientes de que lo que arrojamos a la atmósfera puede generar contaminación atmosférica.

 

La contaminación del aire es una amenaza para la salud humana y la de los ecosistemas. De acuerdo con la OMS (Organización Mundial de la Salud), al año mueren de manera prematura aproximadamente 4.2 millones de personas por enfermedades asociadas con la exposición a la contaminación atmosférica en ciudades y áreas rurales. Así, la repetida ocurrencia e intensificación de episodios de contaminación atmosférica afectan la salud humana y ambiental, y ponen en riesgo la sostenibilidad de los territorios, especialmente la de los urbanos.

 

Conscientes de este riesgo y de sus posibles implicaciones sobre la vida, desde Territorios Sostenibles y Low Carbon City hablamos de que existe una “Crisis de Calidad del Aire” . Este ABC de la crisis de calidad del aire tiene por objeto resaltar la urgente necesidad de comprender la gravedad de los problemas de calidad del aire, sus efectos sobre la salud, y su relación con la actual situación de Emergencia Climática, y en consecuencia, tomar acciones de sociedad encaminadas a disminuir la contaminación atmosférica y a mejorar las condiciones de la calidad del aire en los territorios.

 

«Se ha descubierto que la exposición a largo plazo a la contaminación del aire aumenta nuestras posibilidades de desarrollar enfermedades potencialmente mortales, como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, enfermedades respiratorias crónicas, cáncer de pulmón, infecciones pulmonares, diabetes, asma y muchos otros trastornos, como enfermedades mentales y obesidad… para las personas que viven o trabajan cerca de las carreteras principales, es equivalente a fumar 10 cigarrillos (medio paquete) al día”.

 

Jonathan Grigg, profesor británico de pediatría respiratoria y medicina ambiental de la Universidad Queen Mary de Londres.

Una crisis con historia

La historia alrededor de la Crisis de Calidad del Aire obedece a dinámicas de ciudades y territorios. No existen cifras definidas de manera global para la evolución de los niveles de contaminación en ciudades que puedan definirse como generales, por lo tanto construimos una breve reseña de hechos asociados con la conceptualización de la problemática, y su normatividad de acuerdo con reportes generales.

  • 1958Contaminación del aire (WHO Technical Report Series, No. 157). Aparece un primer reporte técnico de la OMS en el que se trata el tema de la contaminación atmosférica y sus efectos sobre la salud. Este informe introduce la ciencia de la contaminación del aire, las fuentes de contaminantes del aire, factores que afectan concentraciones ambientales, métodos de medición de concentraciones de contaminantes y efectos sobre la salud.
  • 1964Contaminantes atmosféricos (WHO Technical Report Series, No. 271). Aparece un segundo reporte que enfatiza la necesidad de guías internacionales de calidad del aire y solicita a la OMS actuar en su formulación.
    • Aparecen los “contaminantes criterio o guía”. Además se subdividieron en cuatro niveles según las concentraciones y tiempos de exposición en relación con el aumento en la severidad de los efectos sobre la salud y/o el ambiente.
    • Se reporta que algunos contaminantes pueden tener efectos mutagénicos, pero se concluyó que se sabía muy poco sobre este tema para permitir clasificación de tales contaminantes en las categorías definidas.
    • Por primera vez se aceptó que la exposición a largo plazo a contaminantes podría inducir enfermedades crónicas y conducir a un acortamiento de la vida, y que concentraciones más bajas podrían conducir a efectos más graves para la salud que la mera irritación.
    • Se concluye que sería imposible establecer internacionalmente estándares de emisión aplicables, y que la prescripción de dichos estándares debe dejarse a discreción de los gobiernos individuales o las autoridades locales.
  • 1972 Criterios de calidad del aire y guías para el aire urbano (WHO Technical Report Series, No. 506). Este reporte abordó la necesidad de tomar en cuenta el equilibrio entre la protección de la salud y el costo de bajar los niveles de contaminantes del aire.
    • Aparece el diagrama piramidal de los efectos sobre la salud debido a la exposición a la contaminación del aire.
    • Se incluye la necesidad de publicar revisiones críticas para cada contaminante individual.
    • Se definieron concentraciones más bajas en términos de tiempos promedio específicos asociados con los efectos sobre la salud para SO2, humo, CO y oxidantes fotoquímicos
  • 1987 – Aspectos destacados de las directrices de la calidad del aire para Europa. Esta fue la primera edición de los AQG (Air Quality Guidelines o Directrices de Calidad el Aire) de la OMS, proporcionando recomendaciones en forma de valores/rangos numéricos o factores de riesgo unitario para un total de 28 contaminantes del aire.
    • Se enfatiza en que los valores de referencia no deben considerarse como estándares en sí mismos. Esto último quedaría a juicio de los reguladores que tendrían que considerar factores económicos, sociales y culturales.
    • El azufre y el humo negro se consideraron juntos al proporcionar recomendaciones, y por primera vez la OMS recomendó el uso de métodos gravimétricos para evaluación de la concentración de partículas en este campo.
    • También se consideró una dimensión ecotoxicológica; valores de referencia para algunos contaminantes, SOx, óxidos de nitrógeno y ozono / oxidantes fotoquímicos, en base a los efectos sobre la vegetación terrestre.

  • 2000 – Aspectos destacados de las directrices de la calidad del aire para Europa – segunda edición. La segunda edición de los AQG de la OMS proporcionó recomendaciones en forma de valores / rangos numéricos y factores de riesgo unitario (FRU) para los contaminantes incluidos en la edición anterior, además de otros. 
  • Aparece una sección para contaminantes del aire interior (humo de tabaco ambiental, vítreo artificial, fibras y radón).
  • Por primera vez, se proporcionaron pautas por separado para SO2 y PM.
  • Se desarrollaron factores de riesgo unitario para PM y para ozono: concentraciones de contaminantes asociado con niveles específicos de respuesta de salud entre la población definida por subgrupos Se propuso una guía numérica para el ozono, mientras que para PM sólo se estimó el riesgos relativos estimados para diferentes factores de riesgo unitario
  • Se presentó un capítulo sobre el uso de las directrices para proteger la salud pública discutiendo varios problemas de gestión de la calidad del aire cuando las pautas se utilizarán para el desarrollo de normas exigibles.
  • 2005 – Directrices de la calidad del aire: actualización global.
    • Esta fue la última publicación de la OMS hasta la fecha que proporcionó valores de referencia  de calidad del aire para PM, ozono, NO2 y SO2.
    • Describe que típicamente los niveles de contaminación del aire son normalmente más altos en los países en desarrollo que en los países altamente países industrializados desarrollados.
    • Por primera vez se propusieron objetivos provisionales para PM, ozono y SO2. Estas fueron concentraciones de contaminantes asociadas con un aumento específico del riesgo de mortalidad cuando están por encima de lo esperado a nivel de pautas.
    • Se dedicó un capítulo a la calidad del aire interior y se propuso un marco para desarrollo futuro de los AQG de interior de la OMS.
    • Se discute por primera vez el tema de la equidad ambiental, que alude a la distribución desigual de los riesgos para la salud debido a la contaminación atmosférica al interior y entre los países, y sus posibles causas subyacentes.

Referencias

Fiore, A. M., Naik, V., & Leibensperger, E. M. (2015). Air quality and climate connections. Journal of the Air & Waste Management Association, 65(6), 645-685.

Fuller, G. (2019). The Invisible Killer: The Rising Global Threat of Air Pollution-and how We Can Fight Back. Melville House.

Rao, S., Klimont, Z., Smith, S. J., Van Dingenen, R., Dentener, F., Bouwman, L., … & Reis, L. A. (2017). Future air pollution in the Shared Socio-economic Pathways. Global Environmental Change, 42, 346-358.

Anjum, N. A. (2020). Good in the worst: COVID-19 restrictions and ease in global air pollution.

World Health Organization. (2016). Ambient air pollution: A global assessment of exposure and burden of disease.

 

Angela María Rendón Pérez.
Angela María Rendón Pérez.

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