Medellín y Bogotá son las ciudades que más han reducido sus índices de PM 2,5 en los últimos veinte años en América Latina. Así lo demuestra una trabajo desarrollado por el Grupo de Investigación en Calidad del Aire (GICA) de la Universidad Nacional de Colombia, en el que se midieron 15 urbes de la región de más de 1.000.000 de habitantes.
En cuanto PM 2,5, de las urbes estudiadas, las que más bajaron sus índices en las últimas dos décadas son Medellín (-2,023 microgramos por metro cúbico al año) y Bogotá (-1,003 microgramos por metro cúbico al año).
“En el estudio se recopiló información en las diferentes ciudades que tienen medición de calidad del aire en tiempo real en la región. Nos enfocamos en 84 ciudades de más de un millón habitantes. De ellas solo 24 tienen información de medición de calidad del aire de manera continua y de esas, solo 15 cuentan con información disponible en línea que se pueda descargar”, dijo Luis Belalcázar, ingeniero químico, PhD en Ingeniería Ambiental y profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia.
Esas 15 ciudades estudiadas son: Bogotá y Medellín (Colombia), México DF, Mexicali, Monterrey, Tijuana y Guadalajara (México), Buenos Aires (Argentina), Montevideo (Uruguay), Santiago (Chile), Río de Janeiro, Sao Paulo y Vitoria (Brasil), Lima (Perú) y Quito (Ecuador).
El estudio, realizado por los estudiantes de maestría Julián Herrera, Yuri González y el por el profesor Belalcázar, entre otros miembros del Grupo GICA, demostró que, en general, en América Latina se miden cinco contaminantes monóxido de carbono, PM 2,5 (material particulado), CO2, ozono y NO2 (dióxido de nitrógeno).
En la mayoría de estas 15 ciudades hay 20 años de datos de monitoreo. Por ejemplo, en el caso de PM 2,5 y NO2, las ciudades con mayor concentración promedio anual, o sea, las más contaminadas, son Mexicali, México DF y Santiago de Chile. Es de anotar que de esas 15 ciudades, incluidas Bogotá y Medellín ninguna cumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que es de 10 microgramos por metro cúbico.
De otro lado, Vitoria (Brasil), se muestra como la ciudad con mejor calidad del aire de las que se estudiaron dentro de los parámetros escogidos por los investigadores.
En cuanto a NO2 (que está directamente relacionado con el crecimiento del parque automotor) la disminución es más leve e, incluso, en Santiago de Chile hay un leve incremento con 0,104 partes por billón al año.
El monitoreo satelital y medición en superficie
En cuanto al monitoreo satelital, en el estudio se analizaron los datos del satélite Tropomi, que es una herramienta desarrollada en la Unión Europea y mide las columnas de concentración de contaminantes. Para el caso, se siguió midiendo PM 2,5 y NO2.
“Uno de los aspectos importantes en calidad del aire es saber si hay una concordancia entre lo que mide el satélite y la medición en superficie”, agregó Belalcázar.
En las 15 ciudades hay una correlación alta que está cerca o por encima de 0,9 (en promedio). Esa relación y comportamiento es positivo para el estudio de la calidad del aire en las ciudades donde no hay monitoreo y se podría estudiar el fenómeno con Tropomi como una primera aproximación.
Sin embargo, la investigación concluyó que Tropomi no funciona de manera tan correcta en ciudades como Medellín y Buenos Aires, porque la correlación es muy baja con valores que van entre los 0,23 y 0,33, respectivamente. Este aspecto aún continúa en estudio por parte de los investigadores.
El impacto en la cuarentena
En cuanto a la investigación del impacto de la cuarentena en el norte de América del Sur participaron dos estudiantes de maestría: Juan Felipe Méndez y Jorge Vargas y los profesores Néstor Rojas, Ómar Ramírez y Jorge Pachón. Se usó información en superficie y de satélites para medir PM 2,5.
Estos datos mostraron que las concentraciones en Colombia se redujeron durante la cuarentena estricta (15 de marzo al primero de mayo) de una manera menor que durante la cuarentena relajada (del 2 de mayo al 15 de junio).
Esto es curioso, según los investigadores, porque durante la cuarentena relajada había una mayor cantidad de actividad industrial y vehículos que durante el periodo de cuarentena estricta. Los investigadores usaron información satelital y descubrieron que, antes de la cuarentena, en el norte de América del Sur se presentaron diversos incendios forestales con masas de aire, que provenían desde estas zonas, e incidieron de manera directa en varias ciudades de la región.
“Esto nos comprueba el impacto de los incendios forestales en la calidad del aire, incluso cuando no hay actividad antropogénica, no hay vehículos ni industrias. Este fenómeno lo hemos observado antes entre enero y abril”, dijo Belalcázar.
Este es un plus que entrega Tropomi, según los investigadores, para evaluar de manera remota, usar esta información y evaluar la calidad del aire en eventos como los sucedidos durante 2020.