Al menos 6.000 personas han sido evacuadas de la zona de influencia del volcán Cumbre Vieja, que hizo erupción en la tarde del domingo pasado en la población de La Palma, en la Comunidad Autónoma de Canarias (España).
En 24 horas el volcán ha emitido más de 20.000 toneladas de dióxido de azufre y por el momento las autoridades no han restringido las operaciones aéreas en la zona, pero sí se decretó una zona de exclusión para evitar que autos y personas transiten por lugares cercanos y puedan ponerse en riesgo.
Ese radio de exclusión comprende dos kilómetros en torno a las zonas de emisión del volcán, según lo confirmó la Guardia Civil. Además, se informó que en la tarde del lunes se evacuaron familias de la localidad de Tacande, en el municipio de El Paso, luego de que se abriera una nueva boca por la que está arrojando cenizas y gases.
El presidente de Gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró que “en este momento lo más importante es la seguridad de los ciudadanos” y se puso al frente de la situación cancelando un viaje que tenía programado a los Estados Unidos para la sesión número 76 de las Naciones Unidas.
“Esta tarde, tras visitar el puesto de mando y algunas zonas afectadas por la erupción volcánica para conocer el estado de la población, he asistido a una nueva reunión del Comité Director del Pevolca, en La Palma. Reitero el agradecimiento a todos los efectivos de este dispositivo”, dijo Sánchez, en su cuenta de Twitter.
Las autoridades informaron, además, que la colada de lava ya destruyó unas 100 viviendas y fueron cerradas cinco carreteras provinciales en las poblaciones de El Paso, Los Llanos de Aridane, Todoque y Tajuya.
Desde el Ministerio de Ciencia e Innovación aseguraron, en una comunicación oficial, que “no hay respuesta científica a la incógnita de cuánto va a durar la erupción volcánica de Cumbre Vieja en la isla de La Palma”.
Esta información fue reafirmada por la ministra de esa cartera, Diana Morant, quien se reunió con la directora del Instituto de Geología y Minería de España (IGME-CSIC), Ana María Alonso Zara, para ultimar los aspectos centrales del dispositivo científico en torno a la erupción del volcán.
También, desde el Instituto de Geología y Minería de España, avanzan los estudios para conocer la composición de los gases y la lava que emite el volcán y así determinar qué tan nocivos son para la vida de humanos, flora y fauna en la zona.
Hasta la noche del lunes se esperaba que las emisiones de lava se desplazaran a terrenos cercanos a la costa, pero los geólogos descartaron que la colada tocara las aguas al menos en la mañana de este martes 21 de septiembre, ya que la velocidad de este material se redujo en la tarde del lunes.
El Cuerpo de Bomberos de Gran Canaria avanza en las labores de prevención y rescate de animales en la zona. Además, el personal sigue con revisión y confirmación de evacuaciones y en la tarea de extinguir conatos de incendio evitando propagación. También en la retirada de depósitos de combustibles.
Por el momento, aunque la situación es incierta, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, anunció que su gobierno aprobará un decreto ley para permitir a los damnificados la construcción de viviendas con ayudas públicas. “Se trata de una zona gravemente afectada por una emergencia de protección civil, lo que equivale a zona catastrófica”.
Los expertos aseguraron, también, que esta situación de emergencia está lejos de poder ser controlada, ante lo imprevisible de la erupción, por lo que recomendaron que se sigan todas las disposiciones emitidas por las autoridades.
“Lo que ha ocurrido es el proceso normal de una isla de origen volcánico como es La Palma. Es imposible saber con antelación cuando se van a producir este tipo de erupciones, pero sí podemos detectar la actividad de la lava cuando produce pequeños terremotos y deducir que en un momento determinado puede producirse una erupción”, explicó Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos de España.
