Proteger y preservar, por un lado, y reducir o eliminar, por el otro, son parte de la fórmula que propondrá la Convención sobre Diversidad Biológica (CDB) en China, donde en octubre los 196 países que la integran tendrán que tomar decisiones de futuro para la humanidad, con 21 objetivos que propondrá ese organismo.
Cuando hablamos de proteger y conservar, la CDB se refiere a que a 2030 no menos del 30 por ciento del total de ecosistemas terrestres y marinos deberá estar en la categoría de áreas protegidas globales y se debe asegurar el equilibrio y la conectividad ecológica entre ellas.
Llegar a ese 30 por ciento parece una cruzada difícil, pero los datos de 2020 contenidos en el Informe Planeta Protegido que se presentó en mayo pasado fueron alentadores. Según el documento, al menos el 17% de las zonas terrestres y de aguas continentales; y el 10% de las zonas marinas y costeras, se lograron conservar no sólo a través de los sistemas de áreas protegidas administrados de manera eficaz y equitativa, ecológicamente representativos y bien conectados, sino con las Otras Medidas Efectivas de Conservación basadas en áreas (OMEC) que ya están integradas en los paisajes terrestres y marinos más amplios.
Desde 2010, se han sumado a la red global de áreas protegidas con una cobertura total de casi 21 millones de km2, con la incorporación de nuevas áreas protegidas cada mes, a medida que los gobiernos nacionales y otros actores amplían sus esfuerzos por crear nuevas gobernanzas de los ecosistemas.
Desde que las OMEC se registraron por primera vez en 2019, dichas áreas han sumado otros 1,6 millones de km2 a la red global.
Lucha frontal contra las especies invasoras
El otro punto de inflexión que contiene la propuesta de la Convención es que se debe reducir, controlar o eliminar en un 50 por ciento la introducción de especies invasoras en esos ecosistemas, dados sus impactos negativos. Además, reducir a la mitad, mínimo, el volumen de los nutrientes perdidos en el medio ambiente y dos tercios de los pesticidas. Eliminar la descarga de basura plástica será un factor decisivo.
Los 21 objetivos para 2030 forman parte del borrador de un nuevo Acuerdo Marco Global sobre Biodiversidad que, además, plantea aumentar en 15% en 2050 la conectividad e integridad de los ecosistemas naturales, respaldando poblaciones sanas y resilientes de todas las especies, y reducir 10 veces, al menos, la tasa de extinción.
El riesgo de extinción de especies en todos los grupos taxonómicos deberá reducirse en 50 por ciento y con ello mantener el 90 %de la diversidad genética de todas las especies.
La finalidad de la CDB es alcanzar para 2050 lo que ha denominado “armonía con la naturaleza”, a través de cuatro objetivos: la mejora de la integridad de todos los ecosistemas; la valoración de las contribuciones de la naturaleza a la humanidad; el reparto justo y equitativo de los beneficios de la utilización de los recursos genéticos; y el cierre de la brecha entre la financiación disponible y lo que es necesario para alcanzar la visión de 2050.
Además, la CDB propone la eliminación, reforma o desvío de al menos 500.000 millones de dólares al año de incentivos que dañan el medio ambiente (sobre todo a combustibles fósiles y carbón) y un aumento de 200.000 millones de dólares en los flujos financieros internacionales a los países en desarrollo.
Para la CDB es necesaria “una urgente acción política global, regional y nacionalmente para transformar los modelos económicos, sociales y financieros” que permitan la estabilización para 2030 de la pérdida de biodiversidad y para 2050 “mejoras netas”.
Maruma Mrema, secretaria Ejecutiva de la CDB, dijo durante la presentación del borrador que el objetivo del Acuerdo Marco es “galvanizar esta acción urgente y transformadora de gobiernos y toda la sociedad, incluidos los pueblos indígenas y comunidades locales, la sociedad civil, la juventud así como instituciones empresariales y financieras”.
Ese llamado recoge otros pronunciamientos globales, en especial, los de Naciones Unidas, el IPCC y el IPBES, que reclaman una acción conjunta que permita la inclusión de las comunidades locales y de indígenas en la toma de decisiones y se incorporen a ellas todo el conocimiento ancestral que durante siglos han acumulado.
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