“Falta Estado para lograr cambios sustanciales en la defensa de los derechos de los animales en Colombia”: Padilla

La concejala de Bogotá, Andrea Padilla Villarraga, fue distinguida como ‘Mujer defensora de los animales’ por la organización animalista más importante del mundo: PETA (People for the Ethical Treatment of Animals). Lleva más de dos décadas como activista y hoy, desde su trabajo como edil, impulsa importantes programas y acciones para acabar con el maltrato y el abandono. Además, asegura que faltan normas, recursos, institucionalidad y compromiso de los gobiernos locales y nacional para que en el país haya un cambio y los derechos de los animales se respeten.

Andrea Padilla defensora de los animales

Más de dos décadas lleva Andrea Padilla Villarraga dedicada a defender a los animales. Su activismo hoy lo ejerce desde el Concejo de Bogotá, fue elegida edil por el partido Alianza Verde, y desde esta tribuna se destaca su labor para desincentivar en la población las prácticas en las que se vulneran los derechos de los animales. Además, es una abanderada de programas de esterilización y adopción de gatos y perros.

 

Padilla es PhD en Derecho, sicóloga, activista por los derechos de los animales y concejala animalista de Bogotá, fue distinguida como ‘Mujer defensora de los animales’ por la organización animalista más importante del mundo: PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), en español: Personas por el Trato Ético de los Animales. Esta distinción, dice, la llena de gratitud y de compromiso con la agenda de los derechos de los animales, “que es, en muchos sentidos, una agenda global”.

 

Territorios Sostenibles habló con la concejala Padilla para conocer más de cerca su trabajo en frentes como la Ruta Animal, un programa que es ejemplo en el país en la defensa y el cuidado de los animales. Además, para conocer su visión del estado actual de la protección de los animales en Colombia.

 

¿Cómo se va a afrontar esta nueva etapa de la Ruta Animal en el país?

 

Con empatía y al 110%, tal como lo hicimos en el 2020 cuando iniciamos esta acción humanitaria de atención a los animales abandonados, una vez se decretó la pandemia por parte del Gobierno nacional. No podíamos ser indiferentes con lo que se advertía: un incremento en los casos de maltrato animal por abandono y falta de atención de los más desamparados por crisis económica. Por eso, con mi equipo nos lanzamos a esta tarea que hoy es reclamada por muchos animalistas aliados en diferentes ciudades del país.

 

Defensa a los derechos animales

 

¿Cuál es el balance de lo emprendido hasta el momento en la Ruta Animal?

En la primera etapa de la Ruta Animal hicimos 7 recorridos, llegamos a 19 localidades de Bogotá y visitamos a Soacha en 3 oportunidades. En total, les llevamos alimento a 11.437 gatos y perros; de ellos, 7.836 albergados en hogares de paso y 3.601 en condición de calle. Además, les donamos a 6 zoológicos y a 4 santuarios. También financiamos 38 esterilizaciones y apoyamos 121 rescates. En la segunda etapa de la Ruta, les llevamos repisas, gimnasios, camas, cobijas, areneros y juguetes a 634 gatos y perros albergados en 14 hogares de paso en Bogotá. La generosidad de las personas nos permitió recaudar un poco más de 60 millones. Gracias a ellas, la Ruta Animal existe.

 

¿Cómo avanzan iniciativas como las de prohibición y reemplazo de vehículos de tracción animal en Bogotá y Cundinamarca? ¿Qué panorama tiene de lo que sucede en el país?

El ejercicio que lideramos en 2012 para prohibir los vehículos de tracción animal en Bogotá y reemplazarlos por vehículos motorizados y otras alternativas económicas para los carreteros, estimuló la conciencia y sensibilidad de la gente. A fuerza de activismo estratégico logramos elevar el fenómeno en la agenda pública de la ciudad y en un año cumplimos el objetivo. Sin embargo, el proceso ha sido frustrante en el resto del país. Varias ciudades capitales han llevado a cabo la sustitución, pero el fenómeno aún persiste en la costa y en municipios de tercera a sexta categoría. Basta con ver las imágenes semanales de caballos caídos y maltratados, a través de medios regionales y redes sociales. Además, en ciudades como Cartagena y Santa Marta aún se explota a caballos con fines turísticos. Actualmente cursa un proyecto de ley que busca apalancar la sustitución de los vehículos de tracción animal en todo el país, en cuya construcción contribuimos, pero no ha avanzado. También incluimos el tema en el Artículo 324 del Plan Nacional de Desarrollo, pero es la hora en que el Ministerio de Ambiente sigue incumpliendo el mandato de formular la política nacional de protección animal.

 

¿Cómo avanza la implementación del Acuerdo 801 de 2021 para que en la capital no se puedan mantener, comercializar ni dar en adopción animales vivos en ninguna de las plazas de mercado?

Están corriendo los tiempos. En junio debe cumplirse el primer objetivo del acuerdo, que es reglamentar el comercio de animales vivos en establecimientos comerciales, con criterios elevados de bienestar animal. En agosto debe entrar a regir la prohibición de comercializar animales vivos de todas las especies en todas las plazas de mercado de Bogotá, tanto públicas como privadas. En octubre debe estar listo el informe del Instituto de Protección Animal acerca de las especies domésticas susceptibles de padecer enfermedades congénitas o hereditarias, con el fin de desincentivar su reproducción y comercialización. Y en febrero de 2022 entra a regir la prohibición de comercializar aves ornamentales en toda la capital.  Además de estas fechas claves, está la que le ordena al distrito entregar en julio los planes de reconversión económica para las personas que venden legalmente animales vivos en plazas, a los cuales podrán acogerse quienes realizan la misma actividad en establecimientos. Por supuesto, se prevén acciones de control para atajar el incumplimiento de cualquiera de estas disposiciones.

 

¿Qué significa para usted, y para el equipo que trabaja a su lado, el premio recibido por PETA?

Tres cosas: gratitud, honor y responsabilidad. Reconocimientos como este son para seguir abriendo camino en beneficio de la causa a la cual se sirve; en este caso, la causa de los derechos de los animales. PETA es, de lejos, la organización internacional más importante e incidente en este tema, lo que supone la posibilidad de trascender fronteras.  Hace 20 años inicié mi activismo con ellos: consultándolos, admirándolos, queriendo algún día hacer eco de su revolución en Colombia. Recibir hoy este premio me llena de gratitud y compromiso con la agenda de los derechos de los animales, que es, en muchos sentidos, una agenda global.

 

¿Qué falta para lograr cambios sustanciales en la defensa de los derechos de los animales en el país?

Falta mucho. Faltan normas, recursos, institucionalidad y compromiso de los gobiernos locales y nacional. En una palabra: falta Estado. Pero también faltan sensibilidad, educación, cultura. Los animales sufren excesiva e innecesariamente a lo largo y ancho del país en múltiples escenarios: son usados como objetos de entretenimiento, son criados para arrancarles sus pieles, son convertidos en comida, son sometidos a viajes infernales de hasta 30 días por mar, son tirados a las calles y desatendidos hasta en la más elemental de sus necesidades. No podemos negar que hemos avanzado y que, gracias a la movilización ciudadana, a las denuncias, a las redes sociales y a la opinión pública, su protección ya está en la agenda política de algunas ciudades y de los medios de comunicación. Pero si todo esto no se materializa en cambios sustanciales para ellos, en la garantía de sus derechos, serán meras ganancias simbólicas. Por ejemplo, lo que estamos logrando en Bogotá debe replicarse en el resto del país. Necesitamos llevar esta agenda al próximo congreso y al próximo gobierno nacional.

 

¿Cree que desde las administraciones municipales y regionales se viene haciendo lo correcto para preservar los derechos de los animales?

Lo que se haga por los animales siempre será positivo, pero, hasta ahora, la mayoría de acciones territoriales han sido débiles y escasas. El maltrato a los animales, la violencia sistemática contra ellos sigue siendo una constante en todo el país. Uno de los mayores obstáculos son las resistencias culturales. Por eso es tan importante hacer norma, acompañar a los gobiernos locales en su implementación y destinarle al tema recursos específicos. Se necesita una entidad que lidere la política nacional de protección animal que está en mora de entregar el Ministerio de Ambiente.

 

¿Cómo cree que se debe trabajar para lograr resultados en el tráfico de fauna silvestre en el país, que es una de las actividades ilícitas que más dividendos deja?

El tráfico de animales silvestres es el cuarto delito trasnacional de mayores dividendos. Esto nos pone frente a una realidad enormemente desafiante. A nivel institucional se han hecho esfuerzos importantes, pero falta mucho. Concretamente: mayor rechazo social a este delito. Necesitamos que la gente denuncie no solo el comercio, sino la tenencia de animales silvestres. En segundo lugar, más policía permanente y capacitada en los principales puntos de tráfico, salida y comercio de animales. Tercero, más y mejor institucionalidad para atender a las víctimas que deja este cruel ilícito. Y por último, más judicialización y sanciones efectivas para traficantes y comerciantes. Incluso, sanciones para quienes compran y tienen animales silvestres.

 

¿En qué va el proyecto de ley para acabar con la exportación marítima de animales vivos con fines de consumo, cría, levante, producción o engorde?

Detenido. Sabemos que esta será una pelea de titanes por el lobby y los intereses de algunos empresarios ganaderos que, además, no representan los intereses de su gremio. Seguramente tendremos que radicarlo nuevamente el 20 de julio de 2022, cuando tengamos un nuevo Congreso. Persistiremos.

 

Rafael González Toro.
Rafael González Toro.

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