Con una inversión de 725 millones de pesos se formulará el Plan de Manejo Ambiental como área protegida del Cerro Quitasol, ubicado en el norte del Valle de Aburrá.
Este anuncio se dio tras la visita de directivos del Instituto Humboldt, Corantioquia el Área Metropolitana y la Alcaldía de Bello, quienes ratificaron su decisión de continuar trabajando por la conservación de esta área protegida, declarada como tal el pasado 17 de diciembre de 2020 dentro del Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI).
Del área protegida Quitasol – La Holanda hacen parte 17 veredas de 6 municipios: 4 del Valle de Aburrá (Bello, Barbosa, Copacabana y Girardota) y 2 de la subregión del Norte antioqueño (San Pedro de los Milagros y Donmatías).
En este territorio se preservan importantes fuentes hídricas y se cuenta con la presencia de 14 especies de fauna, entre ellas varias aves endémicas, incluida el gorrión montés o montañerito paisa (atlapetes blancae), el cual se encuentra en peligro crítico (CR) e incluso estuvo considerado como extinto; y 5 especies de flora, entre ellas el Cedro (cedrela odorata) y el roble (quercus humboldtii).
“Nosotros ponemos toda la capacidad científica y técnica para trabajar de manera conjunta con la Alcaldía de Bello, Área Metropolitana y Corantioquia. Necesitamos que esta área protegida sea emblemática. Que la gente se apropie de la naturaleza. Tenemos un plan de trabajo para hacer un gran ejercicio de ciencia participativa. Que los ciudadanos se acerquen al cerro Quitasol, que contemple la naturaleza, pero que también la documente. Que generen datos que se conecten con una red de ciencia para entender cómo la naturaleza hace parte del territorio”, dijo Hernando García Martínez, director Instituto Humboldt.
El área está localizada sobre la margen izquierda del río Aburrá-Medellín, sector occidental del Valle de Aburrá. Tiene una altura máxima de 2.800 metros sobre el nivel del mar y una mínima de 1.600. Además, se encuentra en el orobioma bajo y medio de Los Andes, y tiene tres zonas bioclimáticas: Bosque húmedo premontano, Bosque húmedo montano; y Bosque muy húmedo montano bajo.
La zona contiene coberturas naturales del valle de Aburrá que aportan bienes y servicios al área rural y urbana que lo rodea cómo aprovisionamiento de agua y control de erosión. Además, cuenta con especies endémicas y en peligro de extinción y áreas de patrimonio arqueológico y cultural.
Según Corantioquia, en ese lugar se va a construir un Espacio Público Verde, iniciativa que busca rescatar y fortalecer las altas potencialidades ambientales y culturales de la zona, además de fomentar el turismo de naturaleza como un programa de negocio verde para el DRMI.
Esta fase del proyecto incluirá la intervención de 2,5 kilómetros del recorrido por el Camino Corrales (de gran valor arqueológico), la construcción de dos miradores y un sitio especial para el avistamiento de aves. Además, de la instalación de señalética e intervención en temas de gestión del riesgo en varios puntos del camino.
“Esta es una gran noticia. Hacemos oficial la declaratoria como Distrito de Manejo Integral. Trabajamos de manera integral con la Alcaldía de Bello, el Área Metropolitana y el Instituto Humboldt, que es el que valida estos ejercicios. Estamos trabajando para la formulación del Plan de Manejo, que va a definir cómo se trabaja este territorio y dar la noticia de que vamos hará parte del programa Antioquia más viva, para apropiarnos más de este espacio y que todos los colombianos lo puedan conocer. La única forma de cuidar el patrimonio natural es cuando lo conocemos. El Cerro Quitasol está vivo y es un espacio para aprender, disfrutar y cuidarlo”, aseguró Ana Ligia Mora, directora de Corantioquia.
El Área Metropolitana del Valle de Aburrá y el Municipio de Bello intervinieron en el mantenimiento de 234 hectáreas de reforestación y la siembra de 182.500 árboles en esta área protegida. Además, la autoridad ambiental urbana realizó la construcción y mantenimiento de 13.000 metros de caminos cortafuego y más de 6.800 metros de cerco, y distintas jornadas de sensibilización, siembra y mantenimiento con la comunidad.
“Muchos de los servicios ecosistémicos están aquí. Esta es una muy buena noticia desde le punto de vista ambiental, social y económico. En este lugar hay algunas comunidades indígenas. Esta es una oportunidad para que haya una apropiación ambiental de los ciudadanos”, expresó Juan David Palacio, director del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
Según el Decreto 1076 de 2015, un DRMI se define como un “espacio geográfico, en el que los paisajes y ecosistemas mantienen su composición y función, aunque su estructura haya sido modificada y cuyos valores naturales y culturales asociados se ponen al alcance de la población humana para destinarlos a su uso sostenible, preservación, restauración, conocimiento y disfrute”.