Piensen por un momento en la majestuosidad del Nevado del Ruiz (Tolima) y el vértigo que se siente al observar el Cañón del Chicamocha (Santander). Ahora, pregúntense cuál podría ser su valor estratégico y patrimonial para la humanidad. Todo. Por eso, Colombia busca que ambos sean declarados como Geoparques por la UNESCO y entren en una nueva categoría, no de conservación, sino desarrollo desde el punto de vista del patrimonio geológico y de interés científico.
Pues bien, ese objetivo para Colombia deberá seguir sobre la mesa, porque la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) acaba de oficializar los ocho nuevos Geoparques que entran a su Red Mundial, con lo que ahora son 169 en 44 países.
La nueva lista la encabeza Italia, con dos reconocimientos, Alemania, Polonia, Indonesia, Grecia, Finlandia y Dinamarca.
Dicha distinción les permite a esos países fomentar la cooperación entre los expertos y profesionales del patrimonio geológico, promover la sensibilización sobre los riesgos geológicos y las estrategias de atenuación de las catástrofes naturales, entre otras, las ocasionadas por el cambio climático, así como la necesidad de llevar a cabo una gestión sostenible de los recursos naturales.
La Red Mundial es el nexo de unión entre sitios del patrimonio geológico, caracterizados por su importancia internacional, su excepcionalidad y su extraordinaria belleza, en los que dicho patrimonio se aprovecha para promover el desarrollo sostenible de las comunidades que los habitan.
Un geoparque es un territorio que posee algunos rasgos o elementos de la geología que tienen un valor científico internacional. No es una figura de protección, sino de desarrollo y para traer valores a los territorios alrededor de ese patrimonio geológico. Es decir, su gestión debe ser capaz de obtener un beneficio para los habitantes a partir del turismo sustentable, productos de proximidad, educación y proyectos científicos.
Los sitios a los que se confiere la denominación de Geoparque Mundial cuentan con una estructura de gestión eficiente y un perímetro claramente delimitado. Además, su superficie es lo suficientemente vasta como para permitir el desarrollo económico sostenible de la zona en que están emplazados, esencialmente gracias al turismo. Esto constituye una homologación de la calidad de los sitios interesados, a petición de los países miembros de la ONU.
Efectos de la pandemia
Como consecuencia de la pandemia del COVID-19, el Consejo de Geoparques Mundiales solo pudo considerar las candidaturas que habían sido aplazadas en 2017-2019, por lo que las realizadas posteriormente siguen bajo evaluación.
Los nuevos Geoparques son:
Aspromonte (Italia)
En Calabria, al sur de Italia. Se eleva hasta casi 2.000 metros sobre el nivel del mar y alberga una población de más de 273.000 personas. Su peculiar geología es resultado de una evolución geodinámica y sismotectónica que comenzó hace más de 500 millones de años y que aún continúa.
Se encuentra en un fragmento peninsular de la cadena de los Apeninos, que corresponde a un fragmento de la cadena alpina que se desprendió de España, el noroeste de Italia, Cerdeña y Córcega. La geomorfología única permite una hermosa vista de 360 grados del Estrecho de Messina, el Monte Etna, las Islas Eolias, los territorios greco-calabreses, el territorio de Locri y la llanura de Gioia Tauro.
Majella (Italia)
Situado en los Apeninos Centrales, cubre una superficie de 740 km² con un rango altitudinal de 130 a 2.800 metros sobre el nivel del mar, con más de 60 picos en el Macizo de la Majella, la mitad de ellos de más de 2.000 metros de altitud, como es el caso del Monte Amaro.
El geoparque está tallado por una serie de cañones y cuenta con numerosos ríos y algunos lagos perennes que son esenciales para el mantenimiento de la fauna. Con uno de los relieves más jóvenes de los Apeninos, la zona está constituida principalmente por piedra caliza fosilífera, y con restos de presencia humana que se remontan a unos 600.000 años.
Contiene 95 geositios. La mayoría tienen un considerable valor educativo y turístico. Gracias a su inusual paisaje de altos relieves cerca del mar y a su heterogeneidad geomorfológica, se caracteriza por una gran variedad de microclimas, ecosistemas y nichos ecológicos, lo que ha dado lugar a un excepcional y valioso grado de biodiversidad.
Turingia (Alemania)
En el centro de Alemania, abarca una superficie de unos 988 km², a una altitud que oscila entre los 250 y los 900 metros sobre el nivel del mar. Su geología documenta más de 150 millones de años de la historia de la Tierra, desde la amalgama del supercontinente Pangea hasta su ruptura en el Triásico tardío, y cuenta con el único afloramiento del límite Triásico/Jurásico en el centro de Alemania.
El extraordinario registro fósil del geoparque ha sido objeto de investigación durante más de 300 años, lo que ha permitido acumular una gran experiencia geológica.
Vestjylland (Dinamarca)
Un tercio de su superficie es terrestre. El resto son zonas marinas, en el estrecho del Limfjord y el Mar del Norte. Cuenta con paisajes glaciares de colinas, con planicies formadas por sedimentos fluviales provenientes de la fusión de los glaciares), lagunas y lagos. El llamado Avance Principal es de las más recientes formaciones y tuvo lugar hace entre 23.000 y 21.000 años.
El geoparque comprende 13 lugares de la Red Natura 2000 y cinco reservas naturales y de fauna y flora, que abarcan más de 90 sitios geológicos y naturales.
Saimaa (Finlandia)
Recibe su nombre del lago Saimaa, el mayor de Finlandia y el cuarto de Europa. Se extiende a una altitud de entre 20 y 180 metros sobre el nivel del mar. Un tercio de su superficie de 6.063 km² es agua, salpicada de miles de islas, con una costa combinada que supera los 8.000 kilómetros. Los cimientos rocosos de Saimaa apuntan al antiguo pasado de la zona, cuando formaba parte del lecho marino, hace unos 1.900 millones de años.
El suelo de la zona se formó en los últimos 20.000 años como resultado de la erosión de la capa de hielo. Desde entonces, una serie de especies únicas y en peligro de extinción, como la foca anillada de Saimaa y el salmón del Atlántico, quedaron aisladas en la zona. Las impresionantes pinturas rupestres de las orillas del lago atestiguan la presencia humana desde la Edad de Piedra.
Grevena–Kozani (Grecia)
Al norte de Grecia, en la región de Macedonia Occidental. Tiene una superficie de 2.486 km², con altitudes que oscilan entre los 380 y los 3.800 metros sobre el nivel del mar. El río más largo de Grecia, el Aliakamon, lo atraviesa.
Comprende formaciones rocosas que datan de hace unos 1.000 millones de años y documentan varios acontecimientos de las placas tectónicas, como el nacimiento del océano Tetis y la aparición de Europa como masa continental diferenciada.
El monte Orliakas, un arrecife a caballo entre la antigua zona de colisión africano-europea, está allí. Los estudios de estas características geológicas contribuyeron significativamente al desarrollo de la teoría predominante sobre el origen de las placas tectónicas. Cuenta con algunos de los fósiles de proboscídeos más importantes del mundo, las Tierras de los Elefantes, y el colmillo de mamut más largo conocido del mundo, de más de 5 metros de longitud.
Belitong (Indonesia)
Situado a unos 400 kilómetros al norte de Yakarta y abarca la isla de Belitung y más de 200 pequeñas islas en una zona marina de 13.000 km². La zona marina representa unos dos tercios de la superficie total del geoparque.
Belitong es conocida por sus espectaculares paisajes de granito Tor, formas terrestres de grandes afloramientos rocosos independientes creados por la erosión y la meteorización. También cuenta con raras tektitas formadas por impactos de meteoritos, conocidas como Piedra Satam o Billitonita, y con yacimientos minerales únicos, como el depósito primario de estaño de Nam Salu, la veta de estaño más rica de la región del sudeste asiático.
El geoparque alberga a más de 288.000 personas de diversas culturas, incluida la tribu Sawang. Las principales fuentes de ingresos son la agricultura, la pesca y la minería.
Sierra de Santa Cruz (Polonia)
En el sureste de Polonia, en la parte occidental de los montes Świętokrzyskie (Santa Cruz). Su altitud oscila entre los 200 y los 400 msnm y en él viven más de 252.000 personas. Se encuentra dentro de la Zona de Sutura Transeuropea (TESZ), un importante límite tectónico entre la Plataforma Varisca de Europa Occidental, la Plataforma Precámbrica de Europa Oriental y el cinturón orogénico de estructuras alpinas, que son clave para entender la estructura geológica de Europa.
Es la única zona de la TESZ en la que afloran en superficie rocas sedimentarias que representan la secuencia de todos los periodos geológicos, desde el Cámbrico hasta el Cuaternario. Su geología, combinada con siglos de intervención humana, ha dado lugar a una rica diversidad de paisajes, flora y fauna. Las huellas de la actividad humana se remontan a 60.000 años, e incluyen campamentos neandertales y hermosos sistemas de cuevas.