Resiliencia a escala de gobernanza territorial

El inicio de la 61 Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Barranquilla estuvo enmarcado en dos grandes anuncios: el préstamo de 250 millones de dólares del banco para la capital del Atlántico, el primero de su género en la región Andina, para proyectos sostenibles y de biodiverciudad. El segundo fue el acuerdo suscrito con Asocapitales para llegar a la carbono neutralidad urbana en 2050, dentro de los compromisos de Colombia con el Acuerdo de París sobre Cambio Climático, que estima una reducción de GEI de 51 por ciento a 2030.

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Barranquilla volvió a abrirle las ventanas a América Latina y el Caribe. Y lo hizo por la puerta grande: la Asamblea Anual de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que desde ayer sesiona en alternancia desde la capital del Atlántico, donde los temas asociados a la resiliencia de los territorios y la lucha contra el cambio climático estarán en la agenda de deliberaciones por los próximos tres días.

 

Y si en el desayuno se sabe qué va a ser el almuerzo, lo que nos espera es un plato fuerte cargado de buenas noticias. Por ejemplo, el BID anunció ayer el otorgamiento de un crédito directo a Barranquilla por cerca de 250 millones de dólares, el primero de ese monto y género que se hace a una ciudad en la región Andina, a 25 años de plazo y con un alto contenido en inversiones sostenibles y resilientes. De hecho, Barranquilla es una de las 10 ciudades de Colombia con el sello de Biodiverciudad.

 

El otro gran momento fue la firma del acuerdo del BID con la Asociación de Ciudades Capitales (Asocapitales) para desarrollar programas y proyectos encaminados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en las grandes urbes y contribuir al cumplimiento de las metas de reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) que Colombia suscribió en el Acuerdo de París sobre Cambio Climático de 2015, que era del 20 por ciento, pero en diciembre se elevó al 51 por ciento, por decisión del Gobierno nacional.

 

El millonario préstamo a Barranquilla estará destinado, en buena parte, a proyectos de reactivación sostenible e infraestructuras verdes, así como a programas de resiliencia de las comunidades más afectadas por los fenómenos climáticos y, por supuesto, por la pandemia. Uno de los proyectos más importantes tiene que ver con la recuperación y elaboración de un plan de manejo ambiental de la ciénaga de Mallorquín, ecosistema estratégico de la región Caribe.

 

Así mismo, el BID acompañará la transferencia de conocimiento y relacionamiento internacional en torno a obras de adaptación y mitigación al riesgo de desastres, entre otras la canalización de los arroyos y la construcción de sistemas de drenaje de aguas lluvias, una de las mayores problemáticas del urbanismo en la capital del Atlántico.

 

Barranquilla es una de las ciudades colombianas con las más altas tasas de inversión en infraestructura de Colombia y ha sido reconocida internacionalmente por su apuesta en la protección de los ecosistemas, en especial, de los ríos y humedales. De ahí la importancia, además, de la firma de la Alianza Público Privada que se firmó ayer para la reactivación del proyecto de navegabilidad del río Magdalena, la principal vía fluvial del país, pero abandonada a su suerte durante décadas.

 

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El malecón del río Magdalena es una de las obras de infraestructuras verdes más importante del Caribe y un símbolo del desarrollo urbano de Barranquilla. Foto: Alcaldía de Barranquilla.

Barranquilla ha sido un cliente VIP del BID y sus relaciones tuvieron en 2011 un punto muy alto, cuando la ciudad fue piloto para Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES), un programa de asistencia técnica que ofreció apoyo directo a las ciudades de América Latina para el desarrollo y ejecución de planes de sostenibilidad urbana.

 

El BID, entonces, le otorgó un crédito por 100 millones de dólares y eso permitió a la administración distrital llevar a cabo importantes inversiones públicas que se materializaron en obras que les han cambiado la cara a sus barrios y, en definitiva, han mejorado la calidad de vida de los barranquilleros.

 

La alianza del BID con Asocapitales promoverá el diseño de proyectos para el reducción y aprovechamiento de residuos con estrategias de economía circular, el impulso a la movilidad sostenible y la eficiencia energética de la infraestructura urbana, elementos centrales del llamado Plan de Reactivación Sostenible del Gobierno nacional que estima inversiones por poco más de 170 billones de pesos a 2023.

 

Entre los proyectos centrales de ese plan de reactivación, entre otros, está la transición energética, con la que el país espera tener instalados no menos de 2.500 megavatios de energías renovables no convencionales, eólica y solar, a 2025, así como poner en el mercado de los vehículos no menos de 600 mil autos eléctricos a 2030.

 

La meta de sembrar 180 millones de árboles a 2023 también será fundamental para llegar a la carbono neutralidad del país en 2050 y tener cero deforestación en 2030. Además, Colombia lidera el Pacto de Leticia, que junto a Brasil, Ecuador y Perú, ayudará a preservar el pulmón natural más grande del mundo y combatir en sus entrañas los cultivos de uso ilícito, el tráfico de madera y la pérdida de biodiversidad.

 

Es así como en las primeras sesiones de la Asamblea del BID quedó claro el compromiso de la banca multilateral con la resiliencia en América Latina y el compromiso de todos los sectores comprometidos con el desarrollo sostenible en una recuperación no sólo de la economía de la región, sino del restablecimiento del bienestar de sus habitantes en temas sanitarios, de empleo, de acceso a la educación, de la tecnología, la digitalización, el intercambio de conocimiento, la bioeconomía y la Cuarta Revolución Industrial.

 

Luis Fernando Ospina.
Luis Fernando Ospina.

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