El gran maestro, exministro y exrector de Eafit, Juan Luis Mejía, dijo en algunos de los apartes durante su despedida de esa universidad que ese claustro se había “construido sobre hombros de gigante”. Esa frase se aplica también en el caso del Grupo Empresarial Argos, pues la organización no sólo ha estado sobre “hombros de gigante”, sino que sus empresas han “construido” buena parte del desarrollo de Medellín, de Antioquia y de Colombia.
Pocas cosas en la historia del desarrollo de los territorios han pasado sin que sobre ellas esté la huella de Argos. Desde las vías hasta los aeropuertos, los puentes sobre los ríos y nuestras casas y sitios de trabajo, Argos se ha abierto paso en medio de las más complejas geografías y las más apasionantes aventuras hacia un desarrollo sostenible.
No en vano, el oso de anteojos, con su fuerza natural, ha encarnado durante décadas la visión sostenible del Grupo Empresarial, del que hacen parte el Grupo Argos, Cementos Argos y Celsia, el holding que durante los últimos años viene ocupando un lugar de liderazgo dentro de las empresas más sostenibles del mundo, según el índice Dow Jones de Sostenibilidad (IDJS).
El Grupo Argos, por ejemplo, ocupó, en 2020, el segundo puesto en el sector de la industria, mientras Cementos Argos fue tercero en la categoría de materiales de construcción del IDJS, al tiempo que Celsia ocupó el mismo lugar en el de la industria eléctrica dentro de los Mercados Emergentes y Mercados Integrados Latinoamericanos-Alianza del Pacífico.
Cómo una organización del tamaño del Grupo Empresarial, con más de 14.000 colaboradores y con presencia en 15 países, ha logrado construir un ADN ambiental dentro de un sector altamente contaminante y, al mismo tiempo, ser tan rentable en lo económico y lo social.
Para María Isabel Echeverri, vicepresidente Legal y de Sostenibilidad, hay una razón tan grande como la organización misma: la convicción de sus fundadores. Hablamos con ella para conocer en detalle cómo funciona ese ecosistema empresarial que no sólo produce cemento y energía, sino rentabilidad social y ambiental en los territorios donde opera.
¿Qué hay en el ADN corporativo de las empresas antioqueñas que las hace estar en el máximo nivel de desempeño ambiental y de sostenibilidad en el mundo. De las 10 que aparecen en el Índice Dow Jones, ocho son antioqueñas, entre ellas el Grupo Argos?
María Isabel Echeverri: El más importante es la convicción. Nuestras organizaciones creen en que el compromiso no es sólo generar valor para un grupo de accionistas, sino para la sociedad. Existen unos valores superiores compartidos por los distintos actores, incluso dentro de las otras compañías que hacen parte del ecosistema empresarial nuestro.
Nuestra premisa de valor es trabajar por el bienestar de la sociedad y eso no es de ahora, está en la génesis de la organización desde hace más de 70 años. Lo valioso es que esos valores nacieron en lo local, pero los hemos ido extrapolando a la región, al país y al resto del Continente, donde tenemos empresas y hacemos sostenibles nuestros ecosistemas. Trascender ha sido un verbo rector de Argos, porque siempre debemos ir más allá de lo que normalmente deberíamos hacer. Eso es convicción.
El gran maestro Juan Luis Mejía decía en su discurso de despedida como rector de Eafit que la universidad se había construido sobre “hombros de gigante”. ¿Quiénes son esos gigantes sobre los que se ha construido el Grupo Argos?
Argos es una compañía colombiana, hecha por colombianos desde su fundación, pero que no les pertenece a unos pocos, sino que es de todos, dado que son los clientes de los fondos de pensiones los que han invertido sus ahorros en la organización. Los gigantes son cada uno de nuestros accionistas, los clientes, los proveedores y a quienes llegan nuestros proyectos.
Desde el nacimiento de la empresa, sus primeros dueños vieron la necesidad de juntarse con las comunidades que estaban asentadas en sus territorios y trabajar en alianza con ellos para construir un modelo de desarrollo común. Fue así como se creó Argos en Antioquia, pero después nació Cementos El Caribe, producto de esas alianzas con las comunidades de la Costa, y más tarde Cementos del Valle, con la gente de la región como socios. No contentos con eso, la organización decidió entra a la Bolsa y poner a disposición de la gente de todo el mundo parte de sus acciones. Hoy estamos en 15 países.
¿Cómo se cumple en Argos la premisa fundacional de crear valor y generar bienestar para sus aliados y demás actores?
Trabajando juntos en torno a propósitos comunes, con alto sentido humano y responsabilidad social. Crear valor es parte del ADN, porque no sólo es generar riqueza monetaria para los dueños, sino bienestar y mejores condiciones de vida para los demás, incluidos los socios, los proveedores, los clientes, las comunidades. La generación de valor está garantizada en toda la cadena de operación.
En el Grupo tenemos claro, desde siempre, cómo es que vamos a generar valor a cada uno de los aliados estratégicos. Y no lo hacemos sólo en términos económicos, sino educativos, de capacitación y acceso al conocimiento, de educación financiera, en salud, en logística…
¿Cuáles son los pilares centrales del concepto de sostenibilidad del Grupo?
La estrategia de sostenibilidad tiene cuatro pilares: generar relaciones de confianza, producir de forma responsable, velar por la rentabilidad del negocio y compartir nuestros valores. Esto último es muy importante en la visión del Grupo, porque a pesar de tener relaciones con muchos grupos de interés distintos a la producción de cemento, los valores sí deben ser compartidos.
No buscamos la rentabilidad por la rentabilidad, pues no es posible tener empresas rentables en entornos de pobreza y exclusión. Y, por supuesto, un gran pilar para ser sostenibles en el largo plazo es el de construir relaciones de confianza.
¿Cómo funciona esa visión de largo plazo, fundamental para ser sostenibles?
Esto me lo han escuchado en muchas partes: estas organizaciones, como tienen unos principios y valores tan claros desde su constitución, pese a que hace muchos años nadie hablaba de sostenibilidad y de responsabilidad social, ellas ya trabajan bajo principios de protección y cuidado de la naturaleza, así como del bienestar de las comunidades.
La grandeza de Argos es proporcional a su compromiso ambiental desde sus inicios. De lo contrario, no se entendería como es posible que tengamos plantas de producción en las mismas zonas desde hace más de 60 años.
Y, claro, hemos ido evolucionando, porque los mercados lo hacen, lo hacen nuestros clientes y lo hacen los mismos ecosistemas. Argos funciona como un pulpo, pues tiene que tener manos para atender lo corporativo, lo administrativo, lo normativo, lo laboral, lo ambiental y, sobre todo, lo social.
Una capacidad de adaptación que se hace posible cuando se tiene un Gobierno Corporativo tan potente como el del Grupo…
Así es. No se puede pretender ser una empresa sostenible sin tener un liderazgo y una convicción total de la necesidad de comportarse de forma responsable con sus aliados. Si no hay una junta que cree en los beneficios de hacer inversión ambiental, por ejemplo, pues la estrategia de sostenibilidad no funciona. De ahí que la fuerza de tener un Gobierno Corporativo sale de la Junta Directiva, pero se irriga al resto de los actores. Se trata de un valor fundamental sustentado en la confianza.
Una confianza que se convierte en el mejor antídoto contra la incertidumbre, mucho más en estos tiempos de pandemia y de crisis climática…
Creo que Argos siempre ha estado a la vanguardia de los compromisos globales por el medio ambiente. Estuvimos, incluso, en las mesas de trabajo de la COP21, Acuerdo de París sobre Cambio Climático, en el marco de una iniciativa mundial que involucra a todas las compañías cementeras. Es la Iniciativa para la Sostenibilidad de las industrias cementeras, en la que trabajamos juntos y bajo principios rectores.
Es una Gobernanza global en la que las empresas, los gobiernos, la academia, la sociedad civil, se unen en torno a preguntarse cómo se logran los objetivos que la humanidad demanda en el largo plazo para no sucumbir. Acá nadie se salva solo, como lo dijo el Papa Francisco.
Riesgos e incertidumbres que se convierten en oportunidades para el Grupo…
Efectivamente. La industria cementera tiene la capacidad de disponer de cientos de miles de toneladas de residuos sólidos en las ciudades y reutilizarlos como combustibles alternativos en sus procesos. Una de las cosas más lindas de todo el proceso de diálogo y relacionamiento es poder construir juntos un camino sólido.
Es así como Argos, por ejemplo, ayudó a construir hace poco más de ocho años el inventario de emisiones de muchas empresas y las del propio Ministerio de Ambiente. No esperamos a que nos digan qué debemos hacer, sino que buscamos cómo ayudar a que lo que hacemos sea mejor y más sostenible.
Pero el riesgo y la incertidumbre se superan cuando se tiene el talento humano para lograrlo…
Total y ese es uno de esos temas que más nos apasionan en Argos. Las organizaciones las hacen las personas. Y las nuestras, son maravillosas, porque comparten esas visiones, principios y valores de las que ya hablamos. Un empleado de Argos que ingrese a la organización y no crea en el cambio climático, pues durará días en su trabajo, porque todo el mundo le hablará en un lenguaje que él no entenderá. Así de sencillo, pero no fácil, porque esa filosofía debe extenderse a los demás actores y a los demás países donde operamos.
¿Cómo se aplica en Argos el concepto de materialidad, ese que permite que las compañías sean parte de la solución de los problemas en los territorios donde operan, entre otros los asuntos de la calidad del aire, la protección del agua, la movilidad limpia, los bosques…?
El concepto de materialidad en la organización es una herramienta de gestión en sí misma, porque responde a las preguntas sobre qué es importante no sólo para la compañía, sino para sus grupos de interés, en los que están, sin duda, los ciudadanos. Esos aspectos relevantes están repartidos en tres dimensiones: económica (eficiencia y productividad de los mercados), ambiental (cambio climático, emisiones de GEI) y comunidades (bienestar, salud, educación, cultura).
Detengámonos en lo ambiental. ¿Cómo opera el sistema de gestión de Argos?
Como los temas asociados al cambio climático están tan relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero y éstos están tan presentes en el sector de las cementeras, lo que hemos hecho es identificar cuáles son las mejores maneras con las que podemos abordar el problema de las emisiones e identificar cuáles son las mejores palancas que nos ayudan a movilizar a nuestros actores en la reducción de las emisiones.
No sólo trabajamos en cambio climático, sino en economía circular, construcción sostenible, infraestructuras verdes, bioeconomía, pues queremos ser agentes de cambio en los sectores de industria y construcción. La innovación es un requisito obligatorio de la sostenibilidad. Trabajamos muy duro en protección de las fuentes hídricas y la conservación de la biodiversidad.
¿Cómo es eso del cemento verde?
Nuestra apuesta es por buscar permanentemente mejores prácticas de producción. El año pasado, lanzamos ese producto, que no es otra cosa que mejorar la relación clínker-cemento, pues entre menos usemos del primero, menos contaminantes producimos, sin que se afecte la calidad del producto. El cemento verde tiene menos clínker y emite 38 por ciento menos de CO2, porque usamos unas arcillas calcinadas menos contaminantes.
El Gobierno nacional está en la ruta de la reactivación sostenible y segura, después de una crisis sanitaria, económica y social sin antecedentes por causa de la pandemia. ¿Qué papel está cumpliendo Argos en torno a la infraestructura verde y la construcción sostenible?
No sólo por la pandemia, sino desde antes, Argos ha estado comprometida con el desarrollo sostenible del país. Sin duda que nuestro papel es fundamental en la construcción de vías, pero también en la de los aeropuertos y, por ejemplo, ElDorado tiene el mejor sistema de manejo de residuos sólidos de toda la región. En construcción sostenible, nuestro portafolio tiene la más amplia gama de posibilidades y ahí nos sentimos muy orgullosos por todo lo que aportamos al desarrollo sostenible.
Hay conceptos que hoy están sobre la mesa de las discusiones globales en torno al cambio climático y son los de adaptación y mitigación, que son pilares que desde hace décadas Argos ya viene aplicando. ¿Cómo funcionan?
Es que hablar de sostenibilidad implica anticipar el riesgo y el daño. Eso se llama mitigar, es decir, anticipar el daño ambiental. Ahora, si el daño es inevitable, entonces hay que compensar, restaurar, regenerar. Una de las formas de compensar es reforestar, pero nuestro objetivo central es mitigar. De ahí que hayamos hecho inversiones en compañías forestales, trabajamos con Banco2, hacemos Pago por Servicios Ambientales y desde la Fundación Grupo Argos hacemos proyectos y programas de conservación para cuidar lo que ya existe.
Hacemos desarrollo e investigación y es así que tenemos otras formas de compensar, como ocurre con las micro-algas que nos permiten absorber gases contaminantes. En los próximos días estaremos presentando los nuevos compromisos ambientales del Grupo.
Las cifras del Grupo Argos
Los resultados obtenidos por el Grupo en 2020 están sustentados en la jerarquía de la mitigación de impactos, en la identificación y control de riesgos y la potenciación de oportunidades, en cinco líneas:
Cambio climático y reducción de GEI
Meta a 2030: reducción de emisiones específicas netas de CO2: 523 kg/t de material cementante.
Agua y Biodiversidad
Metas a 2030: rehabilitación de áreas intervenidas: 90%.
Canteras en áreas de alto valor con plan de manejo: 85%.
Reducción del consumo de agua en cemento: 245 l/t.
Reducción del consumo de agua en concreto: 216 l/m³.
Reducción del consumo de agua en agregados: 94 l/t.
Construcción Sostenible
Meta a 2030: ingresos por productos con características de sostenibilidad: 800 millones de dólares.
Emisiones
Metas a 2030: reducción emisiones material particulado: 45 g/t de clínker.
Reducción emisiones dióxido de azufre: 205 g/t de clínker.
Reducción emisiones óxidos de nitrógeno: 1.205 g/t de clínker.
Economía Circular
Metas a 2030: uso de combustibles alternativos: 33%.
Materias primas alternativas en cemento: 15%.
Material cementante suplementario en concretos: 18%.
Los hitos 2020
Inversión social superior a los 4,6 millones de dólares que impactó positivamente la vida de más de 700.000 personas. El 55% de la inversión se enfocó en el apoyo a la gestión de la pandemia en las zonas de influencia en las regionales en Antioquia, Atlántico y Valle del Cauca.
Incremento del 6,2% en el nivel consolidado de sustitución de combustibles fósiles por alternativos y utilización de más de 95.000 toneladas de residuos en sustitución calórica, con contribución de las plantas Roberta, Harleyville, Newberry y Martinsburg, en Estados Unidos; Comayagua, en Honduras; y Cartagena y Rioclaro, en Colombia.
Uso del 7,6% de energía proveniente de fuentes renovables en la matriz comparada, con un crecimiento interanual del 5%.
Utilización de cerca de 3,4 millones de toneladas de residuos en los procesos de cemento y concreto, para un incremento superior a las 600.000 toneladas, aproximadamente 21% más en comparación con 2019.
Aumento del 50% en el número de vehículos eléctricos y a gas que apuntan a una distribución más verde sustentada en la disminución de huella de carbono. Se evitó la emisión de 237 toneladas de CO2.
Reciclaje de 195 toneladas de sacos en el marco del programa Sacos Verdes. Entre 2013 y 2020, se han procesado más de 7 millones de sacos.
Reducción de un 11% el consumo de agua en el negocio de concreto y recirculación de un 109% el agua de todas las operaciones (11 millones de m³, equivalentes al consumo de 60.000 familias en un año).
Rehabilitación del 81% de las áreas intervenidas en ejercicio de la minería para protección de la biodiversidad.
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