En un tono mucho más fuerte al que usó en su primera participación como Jefe de Estado ante la Asamblea de la ONU, en 2019, el Presidente Iván Duque se despidió de sus homólogos en Nueva York reclamando más solidaridad y equidad de la comunidad internacional frente a las “inauditas” decisiones de los países más ricos de acaparar el mayor número de vacunas contra el COVID-19, mientras en las naciones más pobres muchas personas ni siquiera han recibido ni una dosis.
En el que fue su último pronunciamiento como Jefe de Estado, Duque le recordó al pleno de la ONU que “si se mantienen los atrasos en la distribución equitativa de vacunas para todas las naciones, nos exponemos, como humanidad, a que nuevas variantes puedan atacarnos con mayor ferocidad. La inmunidad global requiere de la solidaridad para que no exista acaparamiento de unos frente a las necesidades de otros”.
Duque aprovechó este escenario del multilateralismo para hacer, además, una especie de rendición de cuentas ante la ONU, utilizando como hilo conductor lo que ha significado la crisis sanitaria en el deterioro de la salud humana y del planeta, así como los efectos sobre las poblaciones más vulnerables y las oportunidades que ha traído en torno a la acción climática, pues todo está relacionado con el cambio climático.
Dicha rendición no estuvo exenta de referencias a los problemas que entrañan para la región la permanencia de gobiernos dictatoriales y candidaturas populistas y demagógicas, en clara alusión a Venezuela y a los candidatos de izquierda que ya están en campaña electoral con miras a las elecciones de 2022 en Colombia.
“La única salida posible para la crisis en Venezuela es la salida definitiva de Nicolás Maduro y la realización de unas elecciones democráticas y libres, con amplia verificación internacional. No hacerlo, agravará la crisis política y social en toda la región”, dijo Duque.
Duque agradeció el apoyo de la comunidad internacional para enfrentar los desafíos de la que llamó “la peor crisis migratoria” de la región y advirtió que de no enfrentar la crisis climática, ese fenómeno se convertirá en una amenaza global para el planeta.
Salud, atención social y reactivación: pilares de Duque ante la ONU
Su discurso estuvo sustentado en tres pilares fundamentales, todos relacionados con la pandemia: salud, atención a los más vulnerables y reactivación segura y sostenible, pero recordó que en su primera participación ante la ONU había puesto los acentos en la legalidad, la equidad y el emprendimiento.
Además de resaltar los enormes compromisos con el sistema sanitario en Colombia, con cientos de miles de millones invertidos en la capacidad instalada en los centros hospitalarios y la compra de vacunas para lograr inmunizar al 70 por ciento de la población colombiana (unos 36 millones de personas), Duque hizo un detallado repaso de lo que ha significado el más ambicioso programa social en la historia de Colombia, pese a las dificultades fiscales del país.
El Jefe de Estado reconoció los esfuerzos de los sectores privados y de los gremios económicos en la aprobación de la Ley de Recuperación Social que se acabó de aprobar en el Congreso y que le permitirá al país obtener ingresos por poco más de 16 billones de pesos, esto es, cerca del 1.8 por ciento del PIB nacional, lo que permitirá mantener programas como Ingreso Solidario, Apoyo al Empleo Formal, Matrícula Cero en educación superior y empleo para los jóvenes.
“Podemos decir, con orgullo, que somos el gobierno de Colombia que ha puesto en marcha la más ambiciosa agenda social de este siglo y, tal vez, de nuestra historia. Hasta diciembre de 2022, mantendremos una renta básica de emergencia, llamada Ingreso Solidario, para llegar a más de 4 millones de hogares vulnerables brindando un apoyo económico directo, a más del 25 por ciento de toda nuestra población”, señaló.
“Este ha sido un esfuerzo colectivo, alcanzado sin populismo y sin afectar la competitividad de nuestras empresas”, agregó.
Colombia ratificó ante la Asamblea de Naciones Unidas sus compromisos ambientales y aseguró que es necesario que la comunidad internacional y los organismos multilaterales de crédito no sigan midiendo el déficit fiscal de los países emergentes con los mismos criterios que lo hacían antes de la pandemia, dados los efectos económicos del coronavirus, al tiempo que insistió en fortalecer el financiamiento verde a través, entre otros, del BID y la CAF.
Transición energética y financiamiento verde
El Presidente Duque pidió del multilateralismo una acción común contra el cambio climático e insistió en la necesidad de avanzar hacia una transición energética que reduzca la emisión de gases de efecto invernadero.
Recordó que la Cumbre sobre el Cambio Climático en Glasgow que se realizará en noviembre próximo deberá definir un rumbo distinto a la hora de combatir el calentamiento global, pero en especial fortalecer el financiamiento verde y la promoción de las energías renovables no convencionales, destacando que Colombia multiplicará por 20 la generación de energía solar y eólica en 2022.
De igual forma, el Presidente Duque reafirmó su compromiso con la reducción en un 51 por ciento de los gases de efecto invernadero a 2030, lograr la carbono neutralidad en 2050 y llegar a cero deforestación en 2030. Al mismo tiempo, destacó los avances para usar hidrógeno verde como combustible limpio y defendió su papel en la protección de la Amazonia.
En este punto, Duque hizo una mención directa a los Acuerdo de Paz firmados con las Farc en 2016 y aseguró que en sus tres años de gobierno la implementación ha avanzado más que en los 20 meses del anterior. Alabó los resultados de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial que se adelantan en las zonas de conflicto, pero pidió una lucha frontal y unificada contra el narcotráfico, pues es una amenaza contra la seguridad global y contra el medio ambiente.
Colombia ha logrado las cifras más altas de incautación de drogas ilícitas de su historia, dijo Duque, pero recalcó que el problema es enorme, pues por cada hectárea de hoja de coca que se siembra, se destruyen dos de bosques.
