El Papa Francisco, quien fue uno de los artífices no reconocidos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015, gracias a su encíclica papal Laudato Sí, o la Casa Común, aseguró el año pasado, en plena pandemia y en medio de una Plaza de San Pedro vacía en Semana Santa, que “nadie se salva solo”.
Hablaba de la solidaridad global, pero, sobre todo, se refería a que ese “depósito de porquería” en que habíamos convertido el planeta estaba en un punto de no retorno que demandaba una acción conjunta y decidida de las grandes naciones en torno a la definición de un nuevo modelo económico que pusiera al ser humano en el centro de las decisiones.
Con la llegada de la pandemia y sus efectos sobre todo el sistema económico, sanitario, ambiental y social, las palabras del Papa se convirtieron en una realidad que aún no encuentra soluciones eficaces y duraderas para enfrentar lo que, sin duda, es peor que el COVID-19: el cambio climático.
Así, esa sentencia franciscana de que “nadie se salva solo” es la que ahora se cumple con las decisiones que tomó el Gobierno sobre las nuevas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), y dentro de los compromisos de Colombia en el Acuerdo de París de 2015, en lo relacionado con la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), responsables del calentamiento global.
Esas nuevas NDC para Colombia están soportadas bajo el principio del Presidente Iván Duque de “Producir conservando y conservar produciendo” y, en especial, en la apuesta del país en lograr la carbono neutralidad en 2050 y cumplir la meta de reducir las emisiones de GEI en 51 por ciento a 2030.
Antioquia, 40 millones de árboles
Pues bien, ese compromiso no se logra solo. De ahí la importancia del reconocimiento que el propio Gobierno hizo ayer a un selecto grupo de entes departamentales, municipales y Corporaciones Autónomas, por su apuesta de acción climática en los Planes de Desarrollo territoriales y los Planes de Acción de las autoridades ambientales.
Ese sello de Promesa Climática reconoce las apuestas y los compromisos plasmados en las hojas de ruta regionales y locales en torno a la adaptación y mitigación del riesgo sobre Cambio Climático, como bases fundamentales de país en sus compromisos de NDC a mediano y largo plazo.
Dentro del grupo de reconocimientos hechos por el Ministerio de Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Antioquia, y una de sus Corporaciones Autónomas, Corantioquia, estuvieron en primera línea por sus planes, proyectos y programas con fuerza de acción climática, lo que demuestra el poder de articulación interinstitucional y visión compartida del desarrollo sostenible.
En el caso de Antioquia, por ejemplo, el Gobernador Aníbal Gaviria fue el primero en el país de declarar una “emergencia climática” y crear un comité científico con un grupo de expertos de varias disciplinas del conocimiento, con quienes se acordaron 100 acciones, 60 programas y 283 indicadores transversales a todo el Plan de Desarrollo, todos con sello de acción climática.
Se hace relevante dentro de ese esquema de Gobernanza, el compromiso adquirido por la Gobernación de aumentar de 25 a 40 millones de árboles sembrados a 2023, dentro de la meta nacional de 180 millones de individuos plantados a ese mismo año.
Respecto de Corantioquia, que agrupa a 80 de los 125 municipios del Departamento, su Plan de Acción tiene una visión integral de los desafíos de los territorios y se articula de forma armónica con la visión de Antioquia 2040, en la que el desarrollo sostenible es un concepto que trasciende lo ambiental y se extiende a lo económico, lo social y lo cultural.
La distinción hecha a la Gobernación y a Corantioquia representa la oportunidad de capacitar a funcionarios de ambas entidades en temas relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y formulación de proyectos sobre Cambio Climático, pues acá hay aportes de cooperación internacional de Naciones Unidas, de Alemania y Dinamarca.
Esa capacidad interinstitucional es muy valiosa para la región, pues hace pocos meses el propio Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible había reconocido a la Corporación Autónoma de los Ríos Nare y Negro, Cornare, como la segunda mejor del país en Desempeño Institucional 2020.
Colombia, ejemplo global en NDC
Los compromisos de Colombia respecto de las metas acordadas para reducción de emisiones de GEI estaban estimadas en 20 por ciento a 2030 (bajar de 345 millones de toneladas a 236 millones de CO2), como parte del Acuerdo de París sobre Cambio Climático de 2015.
A fines de 2020, dentro de los ajustes y revisiones aprobados por los países miembros, previstos cada cinco años, el país entendió que no era posible llegar a esos acuerdos globales de no aumentar en 1.5 grados Celsius la temperatura del planeta a 2030 ni menos estar por debajo de los 2ºC a 2050 en relación con los registros de la era preindustrial.
Es así como en Diciembre, el Presidente Duque anunció que esa meta sería de una reducción de 51 por ciento en la emisión de GEI; es decir, pasar de 345 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a 169 millones de toneladas a 2030 y lograr la carbono neutralidad en 2050.
El ajuste de esas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) estipulan, entre otros planes, una transición energética que aumentará la generación de energías renovables no convencionales del 1 por ciento (dato a 2018) al 13 por ciento a 2025, con una generación de 2.500 megavatios, 50 veces lo que se producía hace dos años a través de paneles solares y sistemas eólicos.
Así mismo, el compromiso de sembrar 180 millones de árboles en poco más de 600 mil hectáreas de zonas degradadas, donde la deforestación ha hecho desaparecer cientos de especies y contaminado las fuentes hídricas como consecuencia de los cultivos de uso ilícito, la minería ilegal y el tráfico de madera.
En consecuencia, el Gobierno actualizó esas NDC y estableció, a través de 195 indicadores, nuevas metas en torno a programas y proyectos sobre adaptación y mitigación del riesgo de desastres por Cambio Climático, en los que todos los Ministerios y demás organismos estatales, en asocio con gobiernos locales, corporaciones autónomas, organizaciones sociales, empresarios y cooperación internacional, tienen compromisos claros y definidos.
Esos NDC actualizados contienen 146 medidas, de ellas 32 de carácter nacional (ministerios), 89 subnacionales (departamentos y municipios), 24 intersectoriales, 7 empresariales y 3 de carbono negro (Ministerio de Ambiente).
Los sectores clave son ocho y allí están los de seguridad alimentaria, transformación justa de la fuerza laboral, derechos humanos, equidad intergeneracional, Enfoque diferencial, equidad de género, protección del agua, los ecosistemas y la biodiversidad, y la economía circular.
Esta apuesta ha llevado a que Colombia sea reconocido en el ámbito global como uno de los países con las metas más ambiciosas de reducción de emisiones de GEI, pese a ser uno de los menores contaminantes en América Latina.
Todos ponen
En términos globales, la emisión de GEI alcanza los 36.4 billones de toneladas de CO2, de las cuales China aporta 10.7 billones, Estados Unidos 5.3 billones y toda Suramérica 1.09 billones de toneladas. Como lo dijimos antes, Colombia produce actualmente unos 345 millones de toneladas de dióxido de carbono y espera reducirlas a 169 millones a 2030 y ser carbono neutro en 2050.
Para lograrlo, además de cumplir sus metas país, deberá articular sus estrategias al desarrollo regional y local, no sólo en términos ambientales, sino de sostenibilidad económica y social, pues ha sido evidente el impacto de la pandemia del COVID-19 sobre toda la estructura institucional del país.
Hace tres semanas, el Gobierno aprobó un nuevo documentos Conpes para la reactivación sostenible, con recursos por cerca de 170 billones de pesos, dentro del cual aparecen como estratégicos los programas de deforestación, transición energética, pago por servicios ambientales, negocios verdes, educación ambiental, economía circular y, en especial, la lucha contra los cultivos ilícitos y la minería ilegal, considerados por el Presidente Duque como asuntos de Seguridad Nacional.
El reconocimiento a Colombia, además, está acompañado de millonarios recursos provenientes de la cooperación internacional y del estímulo a trabajar de la mano de organizaciones multilaterales de la talla del PNUD, la agencia alemana GIZ, las embajadas de Alemania y de Dinamarca, así como de sus aliados en la región, entre otros los países miembros del llamado Pacto de Leticia y la Visión Amazonía.
Estos planes y compromisos serán vitales para Colombia en los escenarios internacionales en los que se definirán las pautas globales contra el cambio climático y la protección de la biodiversidad, pues la COP26 se hará en Glasgow en noviembre, y la de Diversidad Biológica y Servicios Ecosistémicos a mitad de 2021.