Alianzas, la ruta de Corantioquia para impactar el territorio

La autoridad ambiental para 80 municipios del departamento cumple 25 años de trabajo en el territorio. Su directora, Ana Ligia Mora, está convencida de que las alianzas y las corresponsabilidades son fundamentales para preservar los ecosistemas en su jurisdicción.

AnaLigia-Corantioquia proceso cerro Quitasol

La ingeniera ambiental Ana Ligia Mora Martínez, primera mujer que dirige Corantioquia, asegura que es imperativo hacer uso de la creatividad, la innovación y, sobre todo, de los aliados para lograr y para ejecutar de una excelente manera el Plan de Acción 2020- 2023, ‘Más sostenibilidad, más vida integrando la naturaleza con el desarrollo’.

 

Mora sostiene que estrategias como el programa Bio+, que ejecutan en la jurisdicción son fundamentales para transformar el territorio. Incluso, una parte de esta iniciativa fue presentada el lunes pasado en el Congreso de la República para ser convertida en ley. Con esa estrategia de trabajo para problemáticas como la deforestación, la corporación se plantea sembrar 12 millones de árboles en los cuatro años que vienen. Corantioquia cumplió 25 años de labores y su Directora habló con Territorios Sostenibles.

 

¿Cómo se materializa en su jurisdicción esa idea de su Plan de Acción en medio de la pandemia que vivimos?
Durante la formulación del plan ya estábamos en este proceso de la pandemia. Esto nos llevó a reafirmar que debíamos generar mayor corresponsabilidad de los actores entendiendo que Corantioquia, como cualquier institución, casi siempre es vista por el ciudadano como una instancia en la que la solución de los problemas solo está en las manos del Estado.

Le hemos dado mucha fuerza al Plan de Acción. Integramos a todos los actores del territorio. Es muy importante que entiendan que tienen derechos sobre ese patrimonio ambiental, pero también cuentan con oportunidades y posibilidades de aportar en la protección y el desarrollo.

La pandemia cambió lo que percibe la corporación en materia de ingresos. Dependemos de lo que llega por las transferencias de los municipios y también de la sobretasa del sector eléctrico. Todo eso se vio afectado con la emergencia que se vive por el Covid-19.

Necesitamos hacer uso de la creatividad, la innovación y, sobre todo, de esos aliados. Por eso la corresponsabilidad es fundamental. Queremos buscar que esos retos que plantea el Plan de Gestión Ambiental Regional se traduzcan en este Plan de Acción. En el aporte para los cuatro años buscamos integrar varias líneas, entre ellas poder trabajar con los sectores productivos, que hacen parte de nuestro quehacer y tienen unas obligaciones con la corporación. Ese compromiso va más allá de unas obligaciones. También buscamos darle mayor sostenibilidad al territorio en lo social, en lo ambiental y lo económico. Queremos generar esas alianzas y lograr otras más en lo público y lo privado para que los retos se logren materializar. Ese Plan de Acción se fundamenta en las alianzas, para estos cuatro años, en las corresponsabilidades y en entender que todos tenemos derechos, deberes y oportunidades que aportarles a esos 80 municipios de nuestra jurisdicción.

La entidad tiene más de 300.000 hectáreas declaradas bajo diferentes figuras de protección. Créditos: Foto cortesía Corantioquia.

El Plan de Acción incluyó, por primera vez en Colombia, un apartado para trabajar el componente étnico. ¿Cómo se construyó esta ruta?
Ese fue uno de los retos que encontré el año pasado. Lo étnico se venía trabajando. Nosotros tenemos en nuestro Consejo Directivo dos representantes de las comunidades étnicas, pero el relacionamiento y la gestión con estas comunidades estaba muy limitada. El deber ser transversal o que el enfoque, que ellos llaman diferencial, no se sentía en los diferentes programas y proyectos corporativos. Todo se fundamentaba en una relación contractual de una actividad del componente de el saneamiento hídrico.

Cuando empezamos a entender cuál es el papel de las comunidades afro y la manera de ver lo que sucede en el territorio, el conocimiento ancestral y que son patrimonio nuestro desde lo cultural y autóctono, se revaluó ese relacionamiento y nos propusimos retos mayores.

Eso se traduce hoy en un capítulo que logra incorporar el quehacer con las comunidades étnicas en cada uno de los programas y los proyectos corporativos. Estamos hablando de gestión sostenible de los bosques y necesariamente tenemos que contar con estas comunidades, con su manera de ver el bosque. Igualmente, en el componente educativo y en el mismo servicio de la autoridad ambiental. El trabajo generó un proceso de relacionamiento muy importante y un ejercicio muy valioso. Esto se empieza a implementar en el Plan de Acción con un enfoque que busca el buen vivir y la armonía con la tierra, que es el llamado que nos hacen estas comunidades.

 

Usted, como diputada, lideró la ordenanza del corredor del oso. ¿Cómo se trabaja desde Corantioquia para la preservación de esta especie tan importante en los ecosistemas?
Sí, tuve la oportunidad de buscar un instrumento que nos permitiera la consolidación de los corredores biológicos pensando siempre la conectividad de los ecosistemas. Desde Corantioquia cada vez se hace más relevante y clara la necesidad de conectar estas áreas que generan una importancia desde los servicios ecosistémicos y esa ordenanza abrió la puerta para articular las diferentes acciones interinstitucionales para buscar recursos y generar un enfoque articulado y una conectividad muy relevante para el territorio. En Corantioquia tenemos más de 300.000 hectáreas declaradas bajo diferentes figuras de protección, pero hay muchas fracturas y zonas donde no existe esa conectividad. Por eso nuestras especies y esos objetos de conservación se ven muy expuestos y vulnerables a esa falta de conectividad.

Una de las estrategias de la entidad es la siembra, en estos cuatro años, de 12 millones de árboles. Créditos: Foto cortesía Corantioquia.

Uno de los retos, sin duda, en el ejercicio de mitigar riesgos e impactos ambientales es la minería. ¿Cómo se trabaja en este tema?

Lo primero que hay que decir es que nosotros en Corantioquia tenemos el deber de apoyar todos los procesos que se hagan bajo la premisa de la legalidad sea minero, forestal o manufacturero. Por eso incluimos en el Plan de Acción un enfoque sectorial que nos permita trabajar con los sectores de la mano. Ayudarles a que su gestión ambiental sea excelente y cada vez tengan estándares mayores. Pero en el caso específico de las extracción ilícita de minerales, es una problemática que nos angustia mucho porque a veces nos quedamos cortos en las posibilidades de acción. Porque ahí no solo actuamos nosotros como autoridad ambiental, sino que interviene la Fuerza Pública, la Gobernación de Antioquia y su Secretaría de Minas o la Fiscalía. Con esa posibilidad de alianza estamos en los territorios promoviendo la formalización a pequeños y medianos mineros que tienen la intención de hacer las cosas bien. En otros lugares, como el Bajo Cauca y el Nordeste, en donde hay muchas problemáticas de ilegalidad tenemos la tarea que avanzar con la Fuerza Pública en ese ejercicio de autoridad. La premisa fundamental es trabajar de la mano con el que quiere hacer las cosas bien y el que no lo haga tendrá la aplicación de la norma en el ejercicio propio de autoridad.

 

¿Cómo se trabaja desde su iniciativa Bio+ para combatir la deforestación?
Bio+ es el legado que queremos dejar estos cuatro años para esos 80 municipios y, ojalá, para el territorio nacional. Luchamos contra la deforestación en el departamento y uno de esos focos grandes es el que está entre el Nordeste y el Bajo Cauca.

Bio+ incorpora procesos sociales y productivos con el componente ambiental buscando generar ecosistemas sanos que generen oportunidades para las diferentes comunidades.
Una de las estrategias es la siembra y por eso nos planteamos, para estos cuatro años, sembrar 12 millones de árboles. Asociado a esto, la estrategia incluye saneamiento hídrico, seguridad alimentaria, gestión sostenible de los bosques. Bio+ es la oportunidad de entregar al territorio un ecosistema sano que brinde oportunidades desde lo social, lo económico y lo ambiental. Si esto continúa en el tiempo puede transformar el territorio antioqueño y, ojalá, el nacional.

Para estos cuatro años, Corantioquia se centrará en la aplicación, en su Plan de Acción, del ODS 17 (Alianzas para lograr los objetivos). Esto permitirá impactar positivamente el territorio. Créditos: Foto cortesía Corantioquia.

Corantioquia le dio un vuelco al reconocido sistema de pago por servicios ambientales, ¿cómo fue ese cambio?
Nosotros, respetando y valorando inmensamente el ejercicio y el legado que Cornare nos ha entregado con BanCo2, quisimos hacerle un ajuste y dejar capacidades instaladas en los municipios. Le incluimos un elemento de pago en especie que va directamente relacionado con la restauración ecológica de esas zonas donde nacen las fuentes hídricas. También está asociado a hogares ecológicos y seguridad alimentaria. Este pago en especies se ejecuta desde las juntas de acción comunal.

 

¿Cómo asume Corantioquia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su Plan de Acción?
Los ODS fueron la base para la formulación de los programas y proyectos corporativos, sin duda, pero hoy nos estamos centrados en uno. Y si logramos eso, los otros se cumplen. Es el 17 (Alianzas para lograr los objetivos). Esto permitirá impactar positivamente el territorio. Y esta es la ruta que tenemos estos cuatro años.

 

Rafael González Toro.
Rafael González Toro.

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